11 { ¿Sabía algo? } ♡

1K 57 0
                                    

Narrador Omnisciente.

Luego de que ambos chicos se fueran cada uno por su lado, un fuerte sonido provino de la oficina.

Demean caminó apurado para ver a su hermano.

Esta vez no toco la puerta, simplemente entro a ver a su hermano pequeño.

Lo miró y corrió a él.

Izan estaba en el piso, le había afectado lo anterior.

Su alma estaba rota. Y no hablo de que se haya roto después de prometer dejarla en paz, si no meses atrás.

—A ver, tranquilo.

Demean hizo el intento de ayudarle pero él se negó.

—Déjame aquí, tengo que aprender. ¡Viviré así por el resto de mi vida! ¡Por eso se ha ido! Porque no quiere una carga como yo envuelta en su vida.

En cuanto a sus ojos, estos estaban comenzando a mojarse.

Pues quien haya dicho que los hombres no lloran, se ha equivocado. Porque Izan Harrison, era todo un hombre al aceptar que ya no podía más, que anhelaba estar a lado de Dalia, que quizás no luchó lo necesario por Lia pero al menos lo intentó.

Para una persona en esa condición y no solo ella, sino también los que lo rodean  sus vidas son muy difíciles, todo cambia de la noche a la mañana. Como había pasado en la vida de Izan Harrison.

Un chico que estaba en la cima de la montaña, con buenos amigos, una familia que lo apoyaba —ambos seguían ahí— Fama de ser el mejor centrocampista no solo del Gonzma sino del mundo. 

Puedes pasar de estar anotando goles para ganar aquella bota de oro en la cual estabas dominado, a que te digan que has quedado paraplejico permanentemente. Y que después de un año una pizca de esperanza regrese a ti al sentir dolor en tus piernas mientras tenias en ellas a la chica de la cual te negabas a sentir algo, por el simple hecho de tener miedo.

Por lo tanto la dejas ir por unos meses, pero regresas porque has aceptado el miedo, te has dejado sentir. 

Pero ella ha decidido alejarse de ti porque ha aceptado que tú no sientes nada por ella.

Y tú, crees que ella no siente cosas por ti.

Volviéndose esto, un sin fin de sentimientos confundidos para ambos lados.

—Claro que no, ella se ha ido porque la has cagado hace tiempo.

—Lo sé.

Demean quiso levantarlo.

—No demean, déjame aquí. Yo me he tirado solo y debo levantarme solo ¿no?

—Sí, pero deberíamos practicarlo, porque ahora no vas a conseguir nada, espera, llegamos a casa y nos ponemos manos a la obra.

Intento una vez más.

—¡Ya te dije que no! Dejame solo.

El mayor se quedó en silencio negando con la cabeza. 

Y al final terminó marchándose de ahí.

Las personas con paraplejia deben afrontar cambios repentinos en el cuerpo y la corporalidad que producen dependencia para realizar las actividades diarias, alteran la imagen corporal, reducen la interacción social, crean un sentimiento de pérdida de control, alteración en la integridad de la persona, sentimientos de inseguridad, estrés, autoconfianza baja, angustia emocional,etc.

Este tipo de lesión modifica el estilo de vida, las personas tienen que aprender nuevas formas para realizar las actividades cotidianas y para relacionarse con el mundo. Por ello perciben estos cambios como una ruptura entre la vida que llevaban y la que tendrán que asumir con la discapacidad, por lo cual tienen que encontrarle un significado a esta condición, aprender a aceptar su futuro y no vivir amarrados en el pasado, encontrar un significado a la vida y sentirse motivados para continuar. Por ello se esfuerzan por comprender la alteración, superar las restricciones impuestas por el cuerpo y construir nuevas formas de estar en el mundo.

ℱ𝓊ℯ𝓇𝒶 𝒟ℯ ℒ𝓊ℊ𝒶𝓇Where stories live. Discover now