Enfrentamiento parte 3 Final

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Ares se acercó con largos pasos.
- Romperé esa linda armadura - y se lanzó a la carga.

Palas Atenea fue a su encuentro, esquivando con facilidad los golpes. Ares utilizó ambas piernas y brazos, junto con su amplio conocimiento en la lucha cuerpo a cuerpo, ni aun asi podía acestarle puñetazo o patada. Moviéndose en círculos cerrados y abiertos.

Palas Atenea sentía el poder de la armadura fluir por su cuerpo cómo un vapor calido envolviendóla por dentro potenciando su vista y agilidad. Veía todo más lento, como si estuvieran luchando bajo el agua. Los esfuerzos de Ares en usar sus endurecidos nudillos eran inútiles.

- Mí turno - dijo Palas Atenea, y sus manos se reforzaron con placas doradas triplicando su mortalidad.

A Ares no le dió ni tiempo de decir "Maldita perra" por qué Palas Atenea le dió tremendo gancho en la quijada que por poco no se lo separa de la boca.

El dios trastabilló hacía atrás, los oídos le zumbaban como avispas confundidas. Con los ojos viendo cosas brillosas, escupió al suelo una mezcla de saliva y sangre dorada con algunos dientes extras.
Ares intentó insultar pero su boca estaba tan dolorida que apenas pudo vociferar inpromperíos ininteligibles. Como estaba de espaldas a sus "bebes" Elevó las manos hacía los lados, llamándolos.

El gran mazo de batalla y el escudo de bronce se elevaron en el aire y fueron hacía su dueño. Ares ya no sonreía, hilos de baba y sangre dorada se deslizabán por su barbilla. Su pecho subía y abaja al ritmo acelerado de su corazón ansioso de matar, masacrar. Pero sucedió algo que Ares no previó, el mazo pasó de largo y el escudo igual, fueron a parar a las manos de Palas Atenea.

- Perdón, ¿Son tuyos? - se burló la diosa.

- No...no es posible... - balbuceó - ¡Traidores!

Ares sintió dos clases de dolor, físico y emocional. Colérico, volvió a utilizar sus nudillos de hierro, la mujer se protegió levantando el escudo, los nudillos de hierro impactaron haciendo vibrar todo la superficie de bronce celestial del escudo. Palas Atenea aferraba con una fuerza sobrenatural ( Incluso para un dios ) el mango del mazo. Toda la armadura le hacía rebosar de poder. Con la mente despejada podía pensar con claridad. Esperó paciente hasta el sexto golpe vibrante, y contraatacó.

La diosa hizo a un lado el escudo y dió un potente revéz al rostro de Ares, éste con los sesos revueltos cayó al suelo pero enseguida se levantó con un locura abrumadora tan solo para recibir otro mazazo en el pecho, con tal descarga que que el mismo dios con su cuerpo salió volando de la calle para incrustarse en la primera casa como si fuera una cortina, una larga hilera de polvo y ruido crujiente iba indicando que más paredes iban siendo decoradas con ventanas extras.

- Eso fue por lo de hace rato.

Valla... que poder Pensó Hefesto aliviado de que la situación este ya controlada. Observó a su alrededor apesadumbrado, la destrucción causada. Muchas familias no tendrían donde dormir aquella noche, hizo nota mental en darles mucho oro por los daños y arreglar las casas, dejarlas aun mejor de como estaban antes. Sus ojos recorrían toda la zona y vieron a lo lejos, cerca de las "Bebes", un bulto en el suelo. era Afrodita.

Todo el duro recorrido del dios, lo detuvo una pared de un patio trasero de un domicilio. Ares se levantó con brusquedad, saliendo de los pesados escombros, se tocó el pecho, su propio mazo le dejó una fea marca hundida.
Si... asi es mucho más divertido. pensó en su mente, no podía articular pues su boca sufrió importantes daños. Apuntó al cielo con una mano.

El sol ya besaba el lejano horizonte del Oeste, algunas nubes se movían con pereza en el cielo. Como Ares es hijo de Zeus ( El dios más poderoso que existe y rey de dioses en el monte Olimpo ) heredo en parte pequeña una porción del poder de los truenos y rayos. Una fuerte ráfaga del norte empezó a juntar las nubes blancas, cambiandolas con rapidez de color a un gris opaco. Tapando poco a poco lo poco que quedaba del sol.

ATENEA VS ARESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora