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Si bien, Julián no salía de su casa, se enteraba de la mayoría de cosas que pasaban en el vecindario gracias a las vecinas entrometidas que casi a diario llegaban a la puerta de su casa y hablaban con su madre de cualquier estúpido tema que realmente era irrelevante para el.

A diario se levantaba tarde, era como cualquier otro adolescente de 15 años, le daba igual la mayoría de cosas que pasaban pero aún asi estas mismas le irritaban.

Deslizándose lentamente por las escaleras bajo hasta el comedor, donde justamente su madre estaba metiendo un plato cubierto por una ligera capa de plástico al frigorífico, estaba por salir y mayormente a diario dejaba el desayuno listo en la nevera.

El padre de Julián nunca estuvo presente en si, ya que sus padres se divorciaron cuando tenía ocho años y desde entonces su madre sale casi diario, lo que desde después de los 12 años le dejó de interesar realmente.

En la mente de el adolescente el ya se valía completamente a si mismo, lo que vaya, era cierta parte verdad, pero ese otro porcentaje ni siquiera sabia que era realmente de la vida.

-¡Julián! Por fin despiertas...hablo Jeanette, la madre de el que ahora parecía ante sus ojos un desagradecido, pero sin embargo su saludable hijo.

-Si, supongo que si. Dijo el sin muchas ganas de hablar, su vos aún era ronca por la larga cantidad de horas que llevaba dormido por lo que se aclaró la garganta levemente.

Camino sin mucho interés hasta el fregadero donde se sirvió algo de agua de la llave de agua fría y bebió lentamente hasta que la sensación de sed se fue.

-Tengo que irme, ya sabes. Hablo su madre con un tono frío, sin embargo volteando a verlo, para ver la reacción de aquel joven al que todo parecía darle igual.

-Claro, si es necesario vete toda una semana. Dijo el de forma seca, sin sarcasmo o resentimiento, y aunque en el fondo si le molestaba que nadie se preocupara realmente por el, este aparentaba como si todo estuviera bien.

-Si...bueno, solo olvidalo. Volvió a decir la mayor para luego salir de la cocina y segundos después escuchar como una puerta se cerraba.

Julián solo suspiro y volvió a subir las escaleras, buscando algo que realmente valiera la pena hacer, comenzó por levantar algunas cosas que se encontraban tiradas por el suelo de su habitación y volvió a colocarlas respectivamente en la repisa.

Volvió a suspirar, meditando en el silencio de toda su casa, casi sin notarlo se estaba volviendo loco y por una última vez volvió a ver todo su alrededor en la habitación.

En ese momento, una pequeña notificación en su teléfono sonó por el cuarto, hasta llegar a sus oidos, lo que lo hizo sobresaltar levemente y con el ceño fruncido se acercó hasta la mesa de noche donde estaba reposando su teléfono.

Era un mensaje de uno de sus estúpidos nuevos amigos de la preparatoria, aun así abrió la aplicación y se metió al chat, donde se encontraba un texto y un vídeo que a primera vista se veía irrelevante.

"Hermano tienes que ver esto, se filtró un video privado de una de las chicas más buenas del Colegio".

Si bueno, realmente si le ganó la curiosidad al chico, por lo que en un momento pareció pensarlo finalmente pulso el pequeño recuadro donde se supone que sería el vídeo y ruidos obscenos comenzaron a salir por lo que el joven se sobresalto y por descuido casi cae su teléfono al suelo.

De manera nerviosa pero veloz apagó su celular, mientras su cara se encontraba roja, no vio nada, por que el sonido lo había realmente asustado.

En ese mismo momento recordó que nadie más que el estaba en su solitario hogar, pareció mirar a todas direcciones, como si alguien o algo lo estuviera viendo y al caer en cuenta que nadie lo escucharía, nuevamente pulso el video pero bajo el volumen antes de volver a escuchar todo eso que le causó un susto al inicio.

Poco a poco la mente de Julián dejaba de pensar con claridad, bueno, era un adolescente pero jamás le había sucedido algo como tener una "erección" y claro que el sabia lo que era y el por qué sucedia, no era un estúpido.

Se tiró en su gran cama, con la notable molestia en sus pantalones y mirando una y otra vez ese vídeo, nunca había hablado directamente con esa chica, ni siquiera la conocía, pero era un adolescente, estaba claro que sus hormonas estaban locas dentro de el y que en cualquier momento algo como eso pasaría.

Bueno, se sacó los pantalones y comenzó lo inevitable, se sentía extraño, sin embargo no estaba mal, antes había tenido pensamientos de ese tipo, si pero no se sentía tan bien.

De pronto, simplemente dejó el teléfono de lado, no prestó atención si lo dejó sobre su mesa de noche, las sábanas o simplemente lo arrojó al suelo.

Dejó de pensar, así como así y de pronto dejó salir suspiros y notables sonrojos.

No pensaba en una chica.

Pensaba en chicos.

Con su antebrazo cubrió lo que pudo de su rostro aún rojo y dio una pequeña sonrisa a la nada.

Y de un momento a otro, solto un gemido, bueno, no le pareció nada raro, el sabia que muchos adolescentes de su edad estaban confundidos y creyó que el solo era uno más al que le llamaban la atención los chicos por el momento.

Y así 10 minutos después término lo que había comenzado, se sintió levemente culpable y con un vacío al términar, no debió hacer eso y menos con el video filtrado de una de las chicas de el colegio.

Sacudió la cabeza y dejó de pensar en eso para luego ducharse y salir con otra pijama, esta vez una más cómoda.

Bajo a prender la televisión y se dirigía a la cocina cuando en ese momento sonó el timbre de la puerta, esto lo extraño sin embargo fue a abrir con su reconocido semblante serio.

-¡Julián que gusto verte! ¿Esta tu madre?. Penny Turner, una buena amiga de Jeanette estaba del otro lado del marco de la puerta, y detrás de ella se veía una cabellera alborotada, era el pequeño Alex, de 8 años, ojos marrones y muy tímido, según su madre.

-Ah, no ella no está en casa. Hablo Julián con total normalidad mientras su tono de vos seguía siendo serio, al escucharlo hablar, el pequeño Alex inclinó levemente la cabeza para poder ver al joven más alto y dio una pequeña sonrisa.

De manera inconsciente Julián le devolvió la sonrisa, Alex ciertamente le parecío tierno, lo cual creyó semanas antes que sería todo lo contrario pues una tarde mientras veía por su ventana lo vio jugando con otro pequeño, uno llamado Miles que realmente era insoportable a comparación de Alex.

Muy pocas personas realmente llegaban a agradarle a Julián, pero Alex tenía una energía realmente alegre pero calmada.

Eran iguales.

Lo que solo hizo sonreír más a Julián.

-Oh bueno, verás yo hace dos días había acordado con Jeanette que si podía cuidar a mi hijo yo le pagaría a ella. Dijo la madre de Alex mientras soltaba un suspiro, se notaba apurada, lo que no le hubiera interesado si no fuera por que el niño pequeño le causó demasiada curiosidad a Julián.

-Puede dejarlo conmigo, yo lo cuidare como si fuera mi mano derecha. Dijo con un tono ciertamente más amigable el Joven en pijama.

-Gracias Julián, ¡te lo agradezco enserio!. Dijo nuevamente la Sra. Turner, para que luego Julián se hiciera a un lado y sólo entrara Alex, quien se quedaba estático mirando al más alto.

Luego de dos minutos Julián por fin cerro la puerta, algo frustrado por enterarse que cuidaria a Alex por 12 horas pues la madre de el niño no regresaría hasta después de tres días.

-Bien niño...¿que te gusta hacer?. Dijo Julián sin ideas y tratando de que el pequeño se sintiera lo suficientemente cómodo.

-Me gusta jugar con mi amigo...Miles. Dijo finalmente después de algunos segundos, lo que a Julián solo lo hizo frustrarse más.

-¿Que tal si jugamos los dos? A algo que te guste, lo que sea. Hablo mientras le daba una sonrisa al niño.

-Bueno, si...esta bien. Vaya que Alex era tímido, nunca había conocido un niño tan callado.

The Ghost Of You [Julián Casablancas, Alex Turner]Where stories live. Discover now