❣︎ℂ𝕦𝕒𝕟𝕕𝕠 𝕞𝕖 𝕣𝕖𝕔𝕦𝕖𝕣𝕕𝕖𝕤❣︎

10

Tal y como lo dijo aquel dia, cumplio con la promesa que hizo. Después del funeral de Odasaku tuvo un encuentro con Ango, quien lo miraba curioso y expectante, ni siquiera se atrevió a preguntar que había sido del albino. Ya sabia la respuesta.
Dazai no lucia con ganas de bromear o charlar, tan serio y lúgubre que hasta el mismo Sakaguchi se estremeció al verlo. Incluso el sentía el peligro al que se exponía si hacia un mal movimiento.

Tuvo que esperar algun tiempo escondido mientras Ango se encargaba de todo, claro que era ilegal, pero se la debia, ademas Dazai era su amigo. La culpa tampoco lo deja negarse al pedido, ademas de que Osamu podria amenazarlo si no hacia lo que el queria. Un sinnúmero de posibilidades y en todas un mismo resultado.

Años de aquello, el castaño se integro em La Angencia de Detectives Armados, un lugar similar pero a la vez tan distinto a la Port-mafia.
Su actitud mejoro considerablemente, Dazi siempre ha sido bueno fingiendo cosas que no siente o piensa, pero ni siquiera el puede negar que se siente mas comodo en la agencia que cuando estaba en la Port-mafia.

Al menos un poco.

Como cualquier dia de su ahora nueva rutina, se le fue asignada un mision con su compañero de trabajo, Doppo Kunikida.

En el camino estaban discutian los detalles de esta. Aunque eran mas gritos de regaños por parte de Doppo que realmente detalles pero al final terminaban hablando de la misión colocándose serios cuando el tema lo ameritaba.

—¡Oh! Mira Kinikida-kun, el río tiene la corriente y profundidad perfecta para realizar un suicidio! —exclamo con emoción, hablando de las ideas de suicidio que se le ocurrían como siempre.—

Doppo caminaba al frente de el, por lo que no los estaba viendo directamente. Este se limito a solo suspirar.

–Concéntrate en la misión, Dazai, deja tus estupideces suicidas para después —hablo firme mientras se ajustaba bien sus lentes, mas concentrado en revisar el reporte de la misión que en lo que hacia su compañero—.

No escucho mas respuesta y creyendo que el castaño por primera vez lo habia obedecido, el también se callo.
Su calma no duro tanto, solo unos segundos de aquello escucho un salpique proveniente del río, como si alguien se hubiera tirado.

Sus ojos se abrieron ante la realización de lo qie ocurria, por lo que giro hacia el lado su rostro dispuesto a voltearse completamente para confirmar si su compañero seguia detras de el. Claro que esto no fue necesario, pues ni bien sus ojos giraban hacia el rio, pudo apreciar a Osamu siendo arrastrado por la corriente, como si de una hoja de un arbol se tratara.

—¡Dazai, que carajos! —le grito mas sus  reclamos no eran escuchados, después de todo, el ex-mafioso ya se habia alejado lo.suficiente para casi no verse—. No me pagan lo suficiente para aguantar esto —se dijo a si mismo, soltando su pesado y exasperante supiro—.

Entre tanto el castaño estaba con el rostro en el agua, el oxigeno de sus pulmones aun lo mantenían con vida pero poco a poco empezaba a sentir la presion por la falta del oxigeno que se estaba agotando. Sonrio ligeramente, esperando que esta vez la muerte se lo llevara, pero no paso. Oh que sorpresa.