Solo nosotras (mollibby) (tgamm)

Capitulo 6

POV Libby.

Durante la llamada le conté todo a Andrea mientras iba hacia la casa de Ollie.

Tal vez no era el mejor lugar cuando vi a Molly en la acera de enfrente saludándome con una sonrisa de labios.
Claro, vecinos. Gracias a Dios Ollie no tardó en abrirme la puerta y entré pitando.

—¿Cómo no me habías dicho que ella había vuelto?— Pregunté muy alterada una vez que estábamos en su cuarto.

—Sí, me ha subido fiebre está noche y mi padres prefirieron que no fuese al insti hoy pero ya estoy mejor. Gracias por preguntar.— Se me había olvidado que en un principio iba a venir aquí porque no había venido a clases.

—Perdón pero es que Molly me encerró en un armario junto a ella hace quince minutos.— He vuelto a decir su nombre.

—¿¡Cómo!?- Preguntó asombrado.— Explícame eso, ahora mismo.

—Solo, no sé qué pasó que de repente estaba en el armario junto a ella. Me empezó a decir que estaba arrepentida y que quería mi perdón y yo le heche todo lo que había sufrido en cara, que no podía llegar así como así y perdonarla. Doy la conversación por terminada pero, o sorpresa, el armario no abre, ella inteta abrilo y yo tropiezo acorralandola contra la puerta. En ese momento me mira a los ojos y me pide una oportunidad. Por suerte la puerta se abre de golpe haciendo que cayese en cima de ella. Me levanto y ella me devuelve el móvil porque justo me estaba llamando Andrea. Obviamente ella ve el nombre de «my girl» y lo susurra. Para este momento yo solo estaba nerviosa por todo y me fui. ¡Y justo antes de entrar a tu casa la he visto y me saludo!— Termino de explicar sin aire.

—Son muchas cosas que asumir pero, ¿ella te pidió una oportunidad?— Tenía que preguntar lo único que no quería responder.

Asentí en silencio.

—¿Una oportunidad cómo? ¿Crees que ella se refería roman-

—No sé cómo se refería y no me interesa.—Le interrumpo para no dejarle decir lo que había pensado.

—Entonces... ¿No le darás la oportunidad sea lo que sea?

—Definitivamente no. Nuestra historia ya está cerrada.

—Cerrada cerrada me da que no. Sabés que Molly es persistente y no creo que te vaya a dejar tan fácil.— ¿Por qué él tenía que decir todo lo que no quería asumir?

—Yo solo venía a dejarte los libros. No ha hablar de ella.— Evite el tema.

—Vale. ¿Y los libros?

Silencio total. Se me han olvidado los libros por todo el tema de... Uf.

—Te doy los míos.— Le dije abriendo mi mochila.

Cuando volví a mi casa, retomé algo que hacía mucho que no hacía, mi diario.

Querido diario, ella volvió. Le he contado todo lo que alguna vez quise contarle pero no he podido hacerle ninguna pregunta. Preguntas de porqué lo hizo o porqué empezó a salir con Ollie a la vez que conmigo. Pero ahora me hago una pregunta a mí: ¿soy capaz de perdonarla?
Quiero decir, hace un año lo era y durante meses lo fui pero, ¿actualmente? No lo sé. Fui capaz de perdonar a Ollie aunque el también ocasionó todo pero, cuando me contó que su familia le enseñó que eso estaba mal, que era del demonio y que su padre lo paso fatal por una mujer que le engañaba con otra mujer, comprendí que solo sentía odio porque no le habían dando otra opción, y él entendió todo cuando se lo explique. Vio que no estaba mal aunque su familia lo viese diferente y me acepto, y ahora es mi mejor amigo.
¿Podría perdonar a Molly también? Ella me ha pedido una oportunidad y no sé si soy capaz de dársela.

—¡Libby!— Me llamó mi madre desde el piso de abajo.— Hay alguien aquí que quiera verte. ¡Baja!

¿Ha estas horas? No es que sea excesivamente tarde pero es de noche. No son horas teniendo en cuánta que mañana hay clase.

—Hola, Lips.— Me saludó aún en la entrada con un enorme ramo de rosas y una carta.

—Andrea.— Dije sabiendo que ya tenía una sonrisa tonta en la cara. Verla ahora me tranquiliza.— No hacia falta.— Cogí el ramo y ella se quedó con la carta.— Vamos a mi cuarto.— Agarre su mano y subimos con la mirada fija de mi madre. Lo que hablé con ella debe ser rápido antes de que mi madre empiece a poner la oreja.

Deje el ramo sobre mi mesa y nos sentamos en mi cama.

—¿Por qué has venido? Tipo, adoro que me sorprendas con estas cosas pero es muy tarde y es peligroso estar en la calle a estas horas.— Le dije con una sonrisa. Estaba feliz de que ella estuviese aquí.

—Da igual que sea tarde. Hoy era importante que estuviese para ti.— Me agarro la mano mirándome directamente a los ojos.— Durante la llamada... Te veías muy nerviosa, no parecía que las cosas fueran bien. ¿Cómo te sientes, Libby?

Dentro de lo que cabía, era normal que Andrea me visitase de manera sorpresa. Lo había hecho un montón de veces por distintos motivos pero, esta vez, no era una cosa más. Esto iba a ser un antes y después.

La mire. Sus ojos estaban llenos de preocupación, y solo había sido por escucharme nerviosa en llamada. Andrea era increíble. A todo el mundo se lo parecía. De entre toda la gente con la que podría estar, me eligió a mí.

Me abalancé sobre ella dándole un fuerte abrazo.

No quiero mentirle y no quiero que se preocupe por mí. Quiero que esté bien y que nuestra relación siga funcionando. Quiero mantenerme junto a ella.

Me gustaría decirle que me da miedo lo que pueda hacer Molly, que no sé cómo ha cambiado y que una parte de mí si quiere darle esa oportunidad, de manera amistosa. Quiero saber qué pasó por su mente en esa época y si pensó en mí como yo pensé en ella. Pero no soy capaz.

En el fondo sigo siendo esa niña asustadiza que le da miedo lo que piense el resto.

No fui capaz de darle una respuesta. Solo quería abrazarla y quedarnos así por siempre. Sin que nada nuevo pasará y todo se mantuviera igual.

—Te quiero, Andrea.— Dije aún abrazandola con fuerza.

Mierda, se me han salido las lágrimas.

—Yo también, Lips. Por eso estoy aquí y, por eso te he hecho esto.— Me dijo secando mis lagrimas.— Sé que te gusta la poesía. Que te gustan las cosas hechas a mano antes de que me gaste todo mi dinero en cualquier obsequio.— Hablo nerviosa dándome la carta.— No se me da bien pero, te hice una poesía. Y siempre que sientas que algo no va bien, puedes leerla y saber que estoy aquí para ti.

Empezaba a abrir la carta cuando ella me detuvo pidiendo que la leyese cuando ya se fuese.

A lo que accedí.

Andrea y yo nos quedamos un rato tumbadas en mi cama. Sí, evite el tema de Molly aunque ella me lo intento sacar otra vez pero, justamente ahora, solo quería estar con ella y olvidarme de cualquier problema posible.