Capitulo 5

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POV Libby.

Pasaba por los pasillos del instituto después del club de geodas. Andrea tenía que irse rápido para grabar uno de sus comerciales y me había ofrecido a cerrar el aula y guardar los materiales.

Hoy el club de geodas tenía uno de los últimos horarios así que no quedaba casi nadie en el instituto.

Total silencio, solo escuchaba el sonido de mis pasos al caminar. Era tranquilizador, ver todo en calma. Normalmente Ollie se hubiese quedado conmigo haciendo esto pero hoy ni siquiera vino a clases. Lo cual es raro, bastante raro.

Miro el móvil pendiente a si me llega algún mensaje suyo pero no hay nada. Quiero decir, no solemos hablar diariamente pero esperaba algún mensaje sobre ella o pidiéndome los deberes, siempre está muy pendiente a los estudios.
Tal vez debería pasarme después por su casa y darle los deberes, sí, haré eso.

Voy a agarrar los libros de su taquilla pero antes aviso a mi madre de que iré a casa de Ollie.

De repente, la luz cálida que había a mi alrededor desaparece y alguien me empuja hacia el armario del conserje.

—¿¡Qué mierda te pasa!?— Gritó molesta escuchando como cierra la puerta con un gran golpe.

Este armario huele a canela.

—¿Ahora dices palabrotas?— Su voz, me suena mucho. Tiene un tono amigable y alegré.

Trato de reconocer quien es sin éxito.

—Sé que hace mucho que no hablamos pero escúchame, solo un momento.— Pidió encendiendo la débil luz que había.

Basto medio segundo para reconocerla de pies a cabeza. Esa piel de cobre que siempre brillaba bajo los rayos del sol, su pelo corto castaño con su clásica coleta y brazos llenos de pulseras, con esa pulsera azul de cuerda. Se mantenía igual, o casi igual, su manera de vestir había cambiado, lo único que mantenía era su clásica chaqueta vaquera sin mangas.

No me equivoqué el otro día, ella realmente había vuelto.

—No tengo nada que hablar contigo.— Sí tenía, claro que tenía cosas que hablar con ella. Tenía miles de preguntas pero el rencor mezclado con el agobio que sentía no me permitían hacerlas.

—Yo sí tengo cosas que decirte, solo será un momento. Por favor.— Me atravesaba el corazón cuando me miraba así, con esos ojos de cachorrito triste. Se la veía tan sincera.

Solté un suspiro.— Tienes diez minutos. No más y tal vez menos.— Me crucé de brazos y me puse lo más recta que pude para parecer más amenazante. Sin duda, seguir siendo bastante más alta que ella ayudaba.

—¡Gracias!— Dijo con una sonrisa.— Libby, lo hice mal, lo sé, pero quiero remediarlo. Quiero poder ayudarte y desmostrar que he cambiado. Quiero que me perdones.

Estaba pasmada, no podía creer que volvía a escuchar su voz, que realmente estaba frente a mí y no era un sueño.

—No lo dirás en serio.— Levanté una ceja incrédula.— Me abandonaste.

—Y no sabes cuánto me arrepiento.— Dió un paso adelante y yo otro atrás chocando contra la pared.

—¿Te arrepientes? Haberlo dicho antes, ya está, perdonada.— Le dije sarcástica.

—¿En serio?— Sigue siendo igual de tonta para captar las cosas. Sigue pareciendo un perro alegré cuando esta feliz.

—¡Claro que no! ¿Te recuerdo que hiciste?— Elevé mi tono de voz, todo lo que sucedió me invadió y que viniese con unas simples palabras a arreglar todo me enfureció— Cuando Ollie se enteró de nuestra relación y lo anunció de la manera más homófoba posible delante de todo el instituto, tú rompiste conmigo, dijiste que yo te había obligado a todo y me dibujaste en la taquilla "lesbiana de mierda" junto a tu nuevo grupito de amigos homófobos. Pero, ¡claro! Ollie a ti te defendió de todo porque habíais estado saliendo ¡dos semanas antes de que cortases conmigo!— Recalque el dos semanas antes muy enfadada.— En cima, dos meses después de todo eso, tú te vas de la ciudad sin ni siquiera despedirte de mí, pero todo lo que pasó no desapareció cuando tú te fuiste, siguió y siguió durante todo el curso, ¡y también el verano donde me quedé encerrada en casa sin poder salir porque era juzgada por todo el mundo! No fue hasta que comenzó segundo que Andrea arregló todo y me ayudó a mí. Me ayudó a superarte a ti y a todo lo que habías provocado.— Terminé de recordarle todo aún alterada.— Así que me fuiste infiel, me hiciste bullying, me abandonaste y provocaste, no uno, sino el peor año de mi vida.— Finalicé enumerando con los dedos.

Se había quedado totalmente anonadada. Era normal, nunca me había visto tan enfadada. Ella siempre me vio tranquila y tímida pero había cambiado mucho, no era consciente de que la persona que conocía ya no está.

Estaba asumiendo todo por las cosas que ella no sabía. Ella no estaba segura de que decir y me tocaba romper el silencio.

—Lo peor de todo, Molly— Aclaré un poco mi garganta, dije su nombre inconsciente y se me rompió un poco la voz— Es que yo aún te perdonaba. Cuando comenzó y cuando te fuiste. Yo esperaba un mensaje tuyo justificando todo en donde volveríamos a ser novias y todo volvería a estar bien pero, nunca lo hiciste.— La furia se había ido dando paso a la tristeza.

—Libby, yo, no sé qué decirte.— Estaba muy confusa y perdida.

—Las cosas han cambiado, eso es todo. Quiero creer que tú también y que no le harás a nadie más lo que me hiciste a mí.— Hablé yendo hasta la puerta para abrirla, bueno, intentarlo.— Tsk, esto no abre.— Murmuré, momento serio arruinado.

—No se lo haré a nadie más. Me arrepiento cada día de haberle hecho eso a la persona que más amo. Ahora más que nunca sabiendo más de la historia.— Confesó pasando hacia delante para intentar abrir la puerta. Tampoco lo logró.

No quise decir nada ante sus palabras e intente volver hacia la puerta pero tropecé.

Algo que también había cambiado en mi es que me había vuelto más hábil para no darme de cara en todos sitios.
Estos mismos reflejos hicieron que acorralase a Molly contra la puerta, dejándonos a unos cuantos centímetros de distancia.

—Dame otra oportunidad, Libby.— Me susurró con sus ojos puestos en los míos. Esa voz tan segura y que metransmitía tanta confianza, la seguía manteniendo.

No me dió tiempo a hacer nada antes de que la puerta se abriese de golpe y cayese sobre ella.

Rápidamente me levanté sacudiendo un poco mi ropa.

—Ten, se te ha caído.— Me devolvió mi móvil en el momento justo que Andrea me empezó a llamar.— «My girl»— Murmuró el nombre del contacto, parece que para si misma.

La mire, me miró, sé que esperaba que dijese algo respecto lo que me había dicho, pero no lo hice.

Contesté a Andre y me fui sin despedirme.

Solo nosotras (mollibby) (tgamm) Where stories live. Discover now