9 - Ponerlo en contra

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—Escuché de un museo en México que está establecido en lo que antes era un palacio virreinal de la Nueva España; tienen una cabeza mortuoria, ¿puedes creerlo? Mori-san dijo que quedó sorprendido por la exhibición, dice que también tienen un mamut.

—¡¿Hah?! ¡¿Por qué no me llevaste ahí?! ¡El calor de aquí es insoportable! —lo pateó ligeramente en la pantorrilla.

—¡Ah-ja ja ja ja! Ups~, será la próxima vez.

En el momento en el que Chuya estuvo dispuesto a seguirse quejando de las malas decisiones de Dazai, su celular sonó. La pantalla mostró quince mensajes y diez llamadas perdidas de Atsushi, durante su paseo por el museo, tuvo que apagar el celular para evitar interrupciones, encendiéndolo al final de la visita, pero no se molestó en revisar sus notificaciones.

—Es Atsushi, ¿qué le pasa?—preocupado, mostró la pantalla al alfa.

—¡Whoa, diez llamadas perdidas! Si te llama para decirte que los bebés tuvieron una pesadilla o que no se comieron su papilla de manzana pensaré que es un idiota.

—Bueno, ¿qué ocurre? —hizo un gesto con la mano indicándole a Dazai que cerrará la boca.

¡C-Chuya-san, ¿por qué no contestas?! ¡Es urgente! ¡Aoi-chan desapareció!

—¡¿Qué?! ¡Una tarea Atsushi, una tarea te encargué! 

—Pon el altavoz —ordenó Dazai.

¡N-No sé que pasó! ¡Todo estaba yendo bien, hice lo que siempre hago! L-Les di de cenar, los bañé y arropé, luego los llevé a dormir —el albino estuvo a punto de quebrarse—. ¡Sólo me distraje un momento y cuando regresé Aoi-chan ya no estaba!

—¿Y Shirase?

—¡Cuando digo que Aoi-chan no está es porque alguien se las ingenió para entrar, Shirase-san está inconsciente!

—Tsk... Síguela buscando, vamos para allá —desesperado, colgó—. ¡Escuchaste, tenemos que irnos!

Al dar el paso, Dazai lo sujeto del brazo impidiéndole que se fuera. Ese simple agarre le fue suficiente para darse cuenta que el cuerpo del omega temblaba, una desesperación que causó que las mejillas de Chuya enrojecieran por el enojo, ¿por qué tenía que detenerlo ahora cuando era una situación de vida o muerte?

—Espera, Chuya —se dio tiempo para abrazarlo—. Ir ahora significa un riesgo para nosotros. Quién quiera que haya sido, sabe que no estamos ahí.

—¿H-Hah? ¡Aoi está en peligro! —se las arregló para recuperar fuerza y de un empujón alejó a Dazai—. Vete al diablo, si no irás, yo sí... Aunque eso signifique que tenga que dar mi vida por ella.

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En la sala de reuniones de Port Mafia, los ejecutivos esperaban la llegada del oyabun; en la entrada, haciendo guardia, Lagarto Negro permanecía de pie en posición de firmes. El primero en llegar al lugar fue el Saiko-komon, quién recibió una leve inclinación de parte del grupo de asalto.

—Nuestro oyabun se ha hecho presente. Todos, de pie —ordenó Hirotsu, el veterano del grupo.

Los ejecutivos se levantaron de sus asientos, casi sin hacer ruido. Los pasos de Dazai hicieron eco en la silenciosa habitación iluminada con luz roja. Todos, ante su presencia, se inclinaron y saludaron con la mano derecha a la altura de sus pechos, debiéndole respeto y devoción.

Oyabun, respecto a lo ocurrido —Ango se atrevió a decir— aún no tenemos información certera de quién podría ser el responsable.

—Informe de los hechos, Verlaine —indicó el alfa, tomando asiento.

Unbreakable | Soukoku - Omegaverse | BSDWo Geschichten leben. Entdecke jetzt