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CAPÍTULO SEIS,
culpa y dolor

AL COMENZAR NOVIEMBRE, el clima comenzó a ponerse muy frío

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AL COMENZAR NOVIEMBRE, el clima comenzó a ponerse muy frío. Las montañas cercanas a la escuela adquirieron un suave tono blanco y el lago se congeló.

A Artemis le encantaba el invierno, gracias a los buenos recuerdos que tenía de sus padres cuando jugaban en la nieve o cuando su padre le enseñaba a patinar sobre hielo. No pasaba un día sin que pensara en ellos. Pero cuando alguien vino a hablar con ella sobre eso, reaccionó extremadamente mal, como esta vez, en la sala común.

—Yo tampoco conocí a mis padres. Tuve que vivir con mi tío y mi tía, pero ellos no son muy buenas personas..¿eso también te pasó a ti, no? Somos bastante parecidos. Vives con el profesor Snape, ¿no? —le preguntó Harry en voz baja.

A ella no le gustaba hablar de sus padres, aún era un tema muy delicado.

—No veo por qué me haces todas estas preguntas tontas —dijo Artemis fríamente, levantándose de su silla y tomando su libro— Y la respuesta es no. Sólo porque tus padres y los míos estén muertos no significa que de repente seamos amigos, no somos nada parecidos. ¡Tu ni siquiera conociste a tus  padres! No tienes recuerdos de ellos, lo que hace que todo sea menos doloroso para ti. No puedes entender lo que yo pasé con ellos durante nueve años. Así que déjame en paz y ocúpate de tus propios asuntos.

Puede que Artemis hubiera sido demasiada dura con Harry, pero para ser honesta, a ella no le importaba. Nunca había tenido la oportunidad de decirle a su hermano lo mal que se sentía todos los días. Artemis simplemente no quería causarle más problemas, ella se consideraba una carga para él. Por su culpa, Aquiles había dejado atrás su ambición de ser un Auror exitoso para cuidar de ella, y eso era algo que Artemis nunca se perdonaría. Hablar de sus padres era sin duda algo sumamente delicado para ella.

Artemis no pudo evitar pensar todas las noches antes de quedarse dormida qué hubiera pasado si, ese día, no hubiera roto la varita de su padre. Steven Snape probablemente habría extinguido el fuego con un movimiento de su varita y luego le habría explicado a su madre, que era muggle, una vez más cómo funcionaban las varitas.
Artemis Snape fue la única culpable de la muerte de sus padres. Y Aquiles y Severus lo sabían perfectamente, nunca la habían culpado, pero ella sabía que por dentro sí lo habían hecho.

Tratando de despejar su mente, la rubia salió hacia los terrenos del castillo y se dejó caer debajo de un árbol, ignorando el frío que sentía en las piernas.

En ese momento, deseó que Draco Malfoy estuviera allí, alardeando de su equipo de Quidditch y de su futura victoria sobre Gryffindor. Artemis no era fanática del deporte, no le resultaba divertido ver a la gente volar de un lugar a otro jugando como bárbaros. Pero a ella realmente le gustaba burlarse de Draco diciéndole que Gryffindor iba a ganar.

Volviendo su atención al libro de hechizos en sus manos, Artemis lo abrió directamente en la página que estaba leyendo antes de ser molestada por Harry.

Durante sus tres meses en Hogwarts, Encantamientos se había convertido en su asignatura favorita. Al contrario de lo que todos pensaban, ella no era una gran fanática de las pociones; le fue bien en clase, pero estaba lejos de ser su asignatura favorita. En su lista estaba Encantamientos, seguido de cerca por Transfiguración.

Al día siguiente, Artemis fue arrastrada fuera del Gran Comedor por Draco.

—¿Qué es tan importante que no puedo desayunar? —le dijo la chica, mirándolo con una ceja en alto.

—No sé si eso es cierto, pero escuché que ayer tuviste una pelea con Potter y uhmm... quería saber si estabas bien —dijo Draco, luciendo un poco nervioso.

En el momento en que Artemis abrió la boca para quejarse de lo rápido que corrían los chismes en Hogwarts, alguien la llamó.

Artemis y Draco suspiraron cuando vieron a Harry Potter caminando hacia ellos, aunque él solo miraba a la chica.

—¡Hola Arty!

Este apodo sorprendió a Artemis; Harry nunca lo había llamado así.

—¿Podemos hablar? ¿Solos?

—¿Qué? ¿Tienes miedo de hablar delante de mí, Potter? —Draco lo desafió, pero Artemis puso una mano en su pecho para alejarlo.

Ella no quería pelear. Era demasiado temprano para aguantarlos a ambos.

—Vete a la mesa de Slytherin —le dijo.

Draco la miró sorprendido, pero rápidamente lo ocultó cuando recordó que Harry estaba con ellos. El rubio asintió hacia Artemis y se fue, no sin antes mirar a su enemigo.

—Espero que lo que tienes que decirme sea interesante, porque interponerse entre mi desayuno y yo es un crimen.

Harry sonrió cuando se dio cuenta de que ella no estaba enojada por lo de la noche anterior.

—En realidad, quería preguntarte algo... ¿No sabes qué pasó con la pierna del profesor Snape?

—¿Lo dices por qué cojea? Si.. no lo sé, tal vez el perro del tercer piso lo mordió.

—¿Si? Yo lo pensé pero...

La risa de Artemis lo interrumpió.

—Solo estaba bromeando. No sé qué le pasó a su pierna, pero si estás preocupado por él, te puedo asegurar que pronto se pondrábien.

Dejando a Harry sin palabras, Artemis entró al Gran Comedor y en lugar de dirigirse a la mesa de Gryffindor, se dirigió a la mesa de Slytherin, obteniendo algunas miradas de disgusto que no le importaban.

Cuando se sentó junto a Draco, el chico la miró fijamente por un momento, esperando que ella le dijera lo que Potter quería. Pero por supuesto, Artemis no tenía intención de decirle nada y comenzó a servirse cosas en el plato.

—¿Potter te molestó? —preguntó finalmente.

—No.

—¿Estás segura?

—Sí.

—¿Y por qué te llamó Arty? —ahora que su preocupación había pasado, Draco la miraba con el ceño fruncido—¿Son amigos? ¿Es mejor amigo que yo?

—Nunca sería su amiga —dijo Artemis con indiferencia.

—¿Me lo prometes?

Artemis se volvió para mirarlo y descubrió que le estaba dando la cara de cachorro más hermosa que jamás había visto.

—Tu puedes llamarme Art —dijo.

Draco no pudo evitar sonreír al notar que esa era la última señal que le faltaba para darse cuenta de que ella aceptaba plenamente su amistad.

ARTEMIS [DRACO MALFOY]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz