Cap 2

946 41 18
                                    

Una pareja se encontraba paseando por unas tiendas para bebés. Veían ropa, juguetes y cosas necesarias para la llegada de su cachorro.
-¿Cómo crees qué sea nuestro bebé? -preguntó Ace feliz al imaginarse a su hijo.

-Realmente no me importa como sea, porque lo amare sin importar como se vea, pero sería lindo que sacará tus pecas. -dijo avergonzado de decir eso.

-¿Mis pecas? -preguntó como si nada mientras el otro asentía sin poder verle a los ojos. -Ya veo, a mi me gustaría que sacará el color de tu pelo o tus hermosos ojos.

-Pero que cosas dices. -dijo apenado mientras acariciaba su vientre de ya ocho meses.

-Bueno, creo que lo mejor será irnos, no me gustaría que te sobre esforzaras. -dijo preocupado. Él otro sólo pudo asentir a su petición.

Ahora el rubio estaba sólo. Su esposo tuvo que volver a su trabajo, no sabía que más hacer. En esa estapa de su embarazo no podía hacer ni la mitad de las cosas que solía hacer, eso lo deprimia un poco. Encendió la televisión en busca de algo que lo entre tuviera, pero nada.

Ya harto decidió tomar una ducha algo larga mientras trataba de ordenar sus pensamientos. ¿Cómo sería su vida ahora? Sabía que al principio tendría que dedicarse todo el día a su bebé, porque un cachorro necesita de su madre mucho los primeros meses, sabía también que su pareja estaria ahí para ayudarlo.

Después de su largo baño, fue a preparar la comida para su esposo que seguro llegaría cansado. Últimamente las contracciones eran fuertes que apenas lograba aguantar el dolor.
-Ahg mierda... Ufff apenas puedo soportar el dolor. -dijo mientras trataba de mantenerse de pie.

Al terminar de cocinar solo se dedicó a tratar de calmar el dolor, pero este no paraba. No tenia idea de que hacer, había leído por ahí que el parto de un Delta era doloroso y complicado, así que el miedo que sentía de que el bebé viniera ahora, era grande. No se sentía preparado.

Sintió como su parte de abajo estaba húmeda, eso hizo que se alterará. Le habían avisado que cuando eso pasara el cachorro estaría en camino.
-¡¿Qué hago?! ¡Ah! ¡El teléfono, debo llamar a Ace o a alguien! -gritaba mientras iba lo más rápido que podía, pero en cuanto estába apuntó de marcar, vio a su Alfa entrar por la puerta.

-¿¡Sabo!? -dijo al ver a su pareja sosteniéndose de un mueble mientras sus piernas temblaban y sus ojos lloraban de dolor. -¿¡Qué sucede!? -preguntó alterado.

-¡El bebé! ¡Ahg! ¡El bebé ya viene! -gritó de dolor.

El pecoso rápidamente cargo a su esposo y agarro la bolsa para el parto y los llevó al coche. Al llegar al hospital no le permitieron entrar, así que ahí estaba afuera esperando que su esposo e hijo o hija estén bien. Muchas horas pasaron, no podía evitar sentirse angustiado.

Mientras que en la sala de parto un delta gritaba a todo pulmón.
-¡¡Ahhh!! ¡¿Cuánto más debo esperar?! -gritaba enojado, no habían dejado pasar a su esposo y eso lo ponía más nervioso.

-¡Por favor espere más! -ordenó el médico. -Debemos esperar a que tenga unos 10 centímetros. -dijo serio.

-¿Cuanto llevó...? -preguntó cansado, esperando que falte poco.

-Llevas 6 centímetros, pero falta poco si pudiera hacer el esfuerzo de caminar un poco para que el procedimiento sea más rápido. -explicó el médico.

-¿¡Que?! ¡Esta loco! ¡¡Ahhh!! ¡¡No puedo más!! No siento mis piernas... -dijo mientras más lágrimas bajaban por sus ojos.

-Bueno entonces solo debe esperar un momento, después podrá pujar. -ordenó el doctor.

-Entonces al menos deje que mi esposo pase, por favor se lo ruego... Lo necesito aquí. -dijo apenas.

-Está bien, pero debera usar una cuantas protecciones así que tardará un rato. -explicó mientras el otro asentia a penas.

El alfa seguía esperando a fuera intranquilo a que alguien le diga algo. En eso vio a un médico salir de ahí y rápidamente fue a preguntar.
-¿Mi esposo esta bien? ¿Qué sucedió? -preguntó nervioso.

-Él esta bien. Sin embargo, él pidió que usted entrara ahí -dijo serio mientras el otro trataba entrar a ver a su pareja. -Pero debe ponerse algo por precaución. -avisó mientras lo detenía.

Actualmente se encontraba la pareja dentro de la sala de parto, el delta estába pujando lo más que podía mientras apretaba la mano de su esposo.
-¡¡Ahhhh!! -gritó de dolor.

El creyó que pujar sería lo más fácil, que gran error. Era doloroso, un dolor insoportable, sentía que su cuerpo era desgarrado cada que pujaba y solo podía llorar.

Habían pasado unas horas más y por fin oyó el llanto de su bebé. Sintió una gran paz, tal vez ahora podría descansar, tan solo un momento.

-Señor ya puede ir a ver al bebé, nosostros nos encargaremos de su esposo. -dijo la enfermera, mientras él otro hacia caso a la petición.

Cuando vio a su bebé, no podía explicar lo hermoso que era. Con sus mejillas regordetas, todo rojo, con unas pequeñas pequitas que no resaltaban mucho y su poco pelo de color negro. Era una mini copia de él.

El delta ahora estaba agotado, en una camilla mientras tenía a su bebé en brazos, veía como su hijo se acomodaba y buscaba algo entre su pecho.
-Oh parece que alguien tiene hambre. -susurró para su bebé mientras lo acomodaba para alimentarlo.

Sabo no podía sentirse más feliz al ver a su bebé, había sido muy duro todo el embarazo sobre todo el parto, pero sin duda había válido la pena.

Luffy se encontraba esperando afuera de la sala donde estába su hermano, se sentía nervioso por conocer a su sobrino.

-Oh Luffy, que bueno verte pasa adelante -dijo con una sonrisa, él omega pudo notar la cara de cansancio de su hermano. -Me alegra que estes aqui, te presentó al pequeño Shun. -dijo feliz mientras veía a su pequeño hijo.

-Shun... ¡oooh! ¡Shun es una gran nombre! -alzó la voz mientras sonreía feliz.

-¿Quieres cargarlo? -preguntó mientras lo veía.

-Oh claro. Pero, ¿cómo se carga? -preguntó inocentemente.

Después de que el delta le diera la indicación de como cargarlo. Él omega sentía mucha alegría al sostener a aquel bebé, era muy pequeño y sentía ese instinto materno que tenía cada omega.

Mientras que el alfa observaba la escena muy a gusto. Su pareja estaba con el pecho algo descubierto con una sonrisa en su rostro mientras tanto el omega sostenía al bebé también con una sonrisa.

_________________________________________

Perdón por la demora, no se si pueda actualizar seguido por la escuela, pero trataré de no dejar esta historia en el olvido.

La crianza de un hijoWhere stories live. Discover now