Break Down Your Walls ⎥ ᵀᵒᵐ ᴴᵒˡˡᵃᶰᵈ

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Me saca de mis pensamientos una dulce voz que dice: "¿En qué puedo ayudarla, señorita?". Miro el mini reloj del escritorio y veo que llego unos diez minutos antes a la entrevista, pero eso suele ser bueno para demostrar que estás preparado, ¿no?

— Tengo una entrevista con el señor Harrison Osterfield a la una para un puesto de secretaria — Digo, tratando de poner la mayor confianza posible en mi voz, pero naturalmente temblaba de nervios y esperanza.

— ¿Señorita t/n t/a? — Me pregunta levantando la vista del ordenador.

— Sí — Confirmo, sin dejar de mirar a mi alrededor.

— Voy a llamar al Sr. Osterfiled ahora. Siéntese allí mientras espera — Señala los asientos que hay cerca de mi y le obedezco después de darle las gracias.

Me siento frente al gran retrato de Tom Holland, de rasgos duros y severos, pero al mismo tiempo suaves, como para contar alguna historia del pasado.

He visto vídeos de Tom Holland cuando era actor, parecía tan feliz y alegre. Sólo he visto unas pocas entrevistas cortas típicas de la calle, antiguas, más recientemente y todavía parece dulce. Pero puedo decir que detrás de la actuación que pone, tiene paredes construidas.

Vuelvo a salir de mis pensamientos cuando oigo el suave chirrido de unos zapatos limpios que se dirigen hacia mí. 

— ¿Señorita T/A? — Levanto la vista y veo al señor Harrison Osterfield mirándome con una amplia sonrisa.

Me levanto de la silla y le doy la mano intentando sonreír, pero parece que he olvidado cómo funciona el cuerpo humano. Sus ojos me miran de arriba abajo muy disimuladamente, se mueven rápidamente. 

— Ese soy yo — Suelto una suave risita y su sonrisa se amplía aún más mientras me hace un gesto para que le siga.

Hago lo que me pide, pero sigo mirando a mi alrededor, veo que hay muchas salas de conferencias en los pasillos y que parecen cajas de cristal con mesas y sillas, e incluso a veces algún ordenador o proyector.

También pasamos por delante de algunas salas en las que no se puede mirar y que están etiquetadas como salas de audiciones. Se me encoge el corazón, esperando estar algún día en uno de esas, no sólo como secretaria, sino como actriz.

— Aquí, podemos coger esta habitación — Me abre la puerta de una de las cajas de cristal. Paso dentro, el eco no es tan fuerte en el pequeño y más lleno espacio comparado con el vestíbulo y los pasillos.

— Puede tomar asiento y luego podemos empezar. ¿Ha traído su currículum? — Me pregunta y coloco la carpeta de color claro en el escritorio frente a él.