Midas y Sileno

6K 166 2
                                    

Midas, rey de Frigia, en Asia Menor, capturó a Sileno en una fuente cerca de Macedonia. Lo consiguió mezclando vino en las aguas de la fuente, y emborrachando así a Sileno; al ser llevado ante la presencia de Midas, habló sobre la vanidad de las riquezas mundanas, y dijo al rey que el mejor destino para el hombre es el de no nacer en absoluto, y el segundo en importancia es morir lo más rápidamente después de haber nacido. No conforme con aquellas palabras, Midas dejó marchar a Sileno. Poco después, Sileno regresó a la fuente donde había sido capturado y bebió del agua hasta emborracharse; los sirvientes de Midas lo encontraron vagando en el pueblo, lo llevaron ante el rey, y éste, después de alojarlo hasta que le pase su embriaguez, lo devolvió a Dionisio. Como recompensa a su hospitalidad, Dionisio concedió a Midas la satisfacción de un deseo, y el pidió la facultad de transformar en oro todo cuanto tocase. Pero pronto lamentó su elección porque hasta su comida y su bebida se convertían también en oro. Para liberarse del encantamiento, Midas recibió el consejo de Dionisio de lavarse en las aguas del río Pactolo; así quedó liberado de su aciago poder, pero las arenas del río se convirtieron en oro.


Mitologia GriegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora