5 | "But don't look at me like...that"

Start from the beginning
                                    

¿Por qué me pasaba eso? ¿Por qué?

Redirigí mi vista otra vez, quizás con oportunidad de ver algún cambio o revisar su estado luego de casi un mes sin verlo, pero regresé rápidamente mi mirada hacía mi helado cuando sentí la suya.

—Abril—murmuró, audible para mi a lo que metí un poco de helado a mi boca para no decir alguna niñada.

¿Y por qué carajos me importaba? ¿Por qué no lo decía y ya?

—Buenas noches, Abril—expresó, y ahora si lo vi con una fingida impresión, para luego soltar una sonrisa que tenía escondida en algún lado de mi cuerpo.

—¡Volviste! ¡Hola, Sho!—quise pegarme por la emoción en que dije ello, pero de verdad no estaba aguantando. Hundí la cuchara en mi helado, quitándolo de mi regazo y dirigí la dirección de mi torso hacía él—¿Cómo estás? ¿Cómo te fue?

Pude notar una sonrisa que quería salir de sus labios, pero solo recibí un tierno sonrojo de tal hombre de más de 1.85 metros que estaba vestido con una franela gris y un par de joggers negros, y se cruzada de brazos más una sonrisa tímida que logró que una calidez residiera en mi corazón.

—Estoy bien. Nos fue muy bien. Fueron unas buenas dos semanas, aunque no ganamos algunos de los juegos. ¿Estás bien?

Asentí distraída, recordando la mayoría de comentarios de Adrián que me contó mientras hablabamos de lo que serían los planes futuros del podcast en el inicio de la temporada y quizás, QUIZÁS, pasé uno de los canales durante mi zapping y consegui el juego de los Angels contra otros equipos.

O quizás lo consegui "casualmente" otras tres veces más.

U otras doce veces más, contando con los famosos tres juegos que juegan con cada equipo.

Si, pura casualidad.

—Por lo que vi, noté que fueron unos buenos días, digo, me alegra que les fuera bien—no sabía porque en este instante no tomaba una gran cucharada de helado y me la metía en la boca para no seguir hablando ridículeces y ver ese breve ceño fruncido del japónes que lo hizo lucir tierno, pero a mi en pánico por lo que acaba de salir de mi boca. Busqué la hora en mi télefono como acto de que quería salir corriendl ahora mismo por la forma en que la cagaba y carraspeé—Bueno, tengo que irme, pero me alegro en verte Shohei.

Me asinceré con el nipón y noté una breve impresión en su rostro, para luego un mayor sonrojo que deseaba tomar sus mejillas entre mis manls y...no, no y no.

Me paré, recogiendo mis vainas sin mucho que decir al igual que él, a lo seguí mi camino a mi apartamento para acostarme, colocarme otra almohadita fría y gritarle a la almohada que soy una idiota irreverente y...

—Yo también me alegro de verte, Abril.

—¿A mi?—repliqué de inmediato, incrédula, viéndolo con escepticismo como si estuviera mintiendo o como si eso que dijo era una broma.

¿A mi? ¿Se alegra de verme? ¿Tan importante soy para él?

Él asintió con sus mejillas más rojas, a lo que de mi corazón solo salió una amplia sonrisa que me hizo acercarme a la baranda que dividía algunos centímetros de su terraza de la mía, quizás unos 60 o 80 centímetros, pero no me importaba.

Ahora realmente no me importaba.

—¿Seguro que a mi? Me estás bromeando, apenas nos conocemos, Sho—dije divertida, apoyándo mis brazos en lo que dividia mi espacio y él luchó por unos segundos con esa sonrisa, que al final salió de sus labios a pesar de su tímidez.

—Caíste encima de mi, Abril, ¿eso no es suficiente?—dijo eso, con tal confianza y con sus mejillas rojas, que me sacó una carcajada incrédula.

—Wow, Sho. No esperaba ese detalle de ti. Eres divertido—confesé y él sonrió, pasando su mano por su cabello pelinegro que quise también tocarlo por tan abundante que era—Me agradas tu también, bonito.

Lost In Traslation || Shohei Ohtani ©Where stories live. Discover now