❝Mi corazón le pertenece al chico que bajó las estrellas del cielo solo por mí.❞
→ Para Jin, los corazones de las personas no eran más que juguetes. Nunca le habían importado las lágrimas de los demás ni los sentimientos que pisara por el camino. Fi...
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TRATO.
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Durante el funeral de Ai Hoshino, la pequeña Jin trató de mantenerse en todo momento al lado de su hermana. Sostuvo su mano con fuerza mientras esperaban afuera a su tío, quién había entrado en la sala para presentar sus condolencias a los que cuidaron de la idol durante su carrera profesional. Sayuri miró preocupada a la menor, que desde que recibieron la noticia días atrás había mantenido en su rostro una expresión realmente triste y desanimada, a veces vacía. Y es que en ese tiempo la Uchida había aprendido en verdad lo que significaba la muerte de una persona: no poder volverla a ver jamás más que por grabaciones, fotografías o recuerdos, no sentir la calidez y el latido del corazón de alguien, y el miedo de que aquello pudiera ocurrirle a uno mismo estaría ahí por siempre.
━Necesito ir al baño...━murmuró la peliverde en cuánto soltó la mano de la castaña, que la miró confundida por unos segundos. Esta trató de levantarse al ver que su hermana menor también lo hacía, para acompañarla por supuesto, ya que no quería dejarla sola en momentos tan horribles como aquellos.━Q-quiero estar sola un momento... por favor...━le pidió, mirándola de forma suplicante. La mayor no pudo hacer más que suspirar y asentir a sus palabras, se notaba de lejos que estar allí abrumaba a la niña.
━Está bien, pero no te pierdas ni hables con extraños por el camino. Estaré afuera esperando para que me dé un poco el aire.━le avisó, y al no recibir una respuesta simplemente pudo ver cómo Jin cruzaba el pasillo para ir a desahogarse un poco en los servicios. Necesitaba soltar un par de lágrimas y lavarse la cara, pero no quería que nadie la viera llorar, después de todo, aquella no era una de sus actuaciones para que alguien más tuviera que presenciar su llanto.━Me preocupa...━susurró por lo bajo la ojinegra, que decidió salir afuera para respirar aunque hiciera frío.
Aquel hombre que fue presentado en las noticias como el asesino de la famosa idol Ai, del grupo B-Komachi, acabó quitándose la vida antes de poder siquiera ser interrogado o juzgado por sus crímenes. Y era nada más ni nada menos que el mismo criminal que acabó con su madre la noche de unos meses atrás, quién irrumpió en su casa sin decir ni una sola palabra y terminó delante de sus ojos con la mujer que le dio la vida. La policía había tratado de encontrar a aquel chico de todas maneras, y no fue que apareció hasta que se llevó consigo otra preciada vida que ya no podía ser recuperada.
