Introducción:
La llegada de los Dávila agita las tranquilas aguas de Forks. Una familia de origen europeo, lleva consigo secretos y un aire de misterio que los envuelve. Entre ellos destaca Valentina, una joven cuya belleza y aura hipnotizante despi...
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Una noche, bajo un cielo estrellado, Edward y Valentina se encontraban en el jardín trasero de la mansión Cullen. El suave susurro de la brisa y el resplandor de las estrellas creaban un ambiente íntimo y mágico.
Edward tomó suavemente las manos de Valentina en las suyas, sus ojos dorados reflejando una determinación tranquila. "Valentina, desde el momento en que entraste en mi vida, todo cambió. Tu presencia ilumina incluso las noches más oscuras y me has mostrado un mundo que nunca creí posible."
Valentina le miró fijamente, sus ojos dorados llenos de cariño y atención. "Edward, tú también has traído luz a mi vida. Tu amor me ha dado fuerzas que nunca supe que tenía."
Edward sonrió suavemente y se acercó un poco más a ella. "Valentina Dávila, te pido que consideres hacerme el honor de ser mi novia. Quiero ser la razón de tu sonrisa y el apoyo en tus días. Quiero explorar cada rincón de esta eternidad contigo."
Valentina en ese momento sintió sus ojos llenarse de emoción. "Edward, no hay nada que desee más que ser parte de tu vida de esta manera. Mi respuesta es un sí rotundo."
Edward exhaló aliviado y feliz, su sonrisa iluminando su rostro. Lentamente, se inclinó y selló su promesa con un beso suave pero cargado de significado. En ese momento, en medio de la noche estrellada y en los brazos del hombre que amaba, Valentina supo que su amor era un lazo que trascendería la eternidad.
