El Eco de mi Abuelo

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En una noche silenciosa, sentado con mi abuelo, corren los recuerdos de su juventud por una vela colgada en el cielo. Señalando que admiraba su pueblito de calles tranquilas, y de una catedral construida con minas de sal que alumbrada su corazón; además sintió esa conexión con las tradiciones del pueblito, como su comida y sus lugares históricos, que describen una belleza colonial de grandeza y riqueza. No se trata solamente de un museo de los comuneros, sino que dispone al pueblito un recuerdo aún más profundo.

Dentro de las casas pequeñitas, se puede apreciar la dulce melodía de los niños entornando sus canciones llenas de inocencia, mariposas multicolores revolotean libremente, pintando el cielo con consonancia. La gente, contagiada de alegría, celebra con entusiasmo, mientras bailan al ritmo de la música. En sus manos, sostienen una hermosa bandera llena de colores vibrantes, transmiten un mensaje de fertilidad, pureza y sangre de aquellos soldados por conseguir la libertad.

Pese a todas estas maravillas, el pueblito ha perdido parte de su gloria en estos últimos tiempos, debido a que la gente carece al habitar en una fantasía desprovista de optimismo, amor y bondad. Me duele ver el alma de mi abuelo enferma por la ausencia de celebraciones. Ya no hay cantos infantiles, mariposas en vuelo ni la felicidad de la gente... la vela titubea, a punto de extinguirse, pero anhelo estar aquí, a tus pies, bajo un rayo de luz, acompañado por el farolito de mi abuelo para apreciar las vibras de las mariposas y escuchar los ritmos que florecen en mi querido pueblito.

El Eco de mi AbueloWhere stories live. Discover now