Pero, ¿en donde estás ahora?
La gran desesperación del alma del Príncipe Park en su reencarnación como patinador artístico hace que la búsqueda por su caballero sea cada vez más y más infernal, pero se encuentra con la sorpresa de escuchar a alguien...
Pasaron los siglos, y el reino Park pasó a ser hablado solo por los libros de historia "La familia Real Vampira que quedó sin herederos", no quedaron herederos ni descendientes, desapareció totalmente, y aquel Palacio paso a ser un museo histórico, hubieron almas que reencarnaron y otras que simplemente cayeron en manos de los Oscripterius.
Los palacios y reinos se esfumaron, la vida que vivía el alma del Príncipe Park volvió a ser olvidada, y el destino lo puso en el siglo XXI, Park Sunghoon, el joven patinador artístico que ganó numerosas medallas, representante de Corea del Sur.
Sunghoon era un chico bastante introvertido, no suele hablar con nadie, su madre siempre quería ver a su hijo en la cima, al igual que su padre, mientras tanto, Sunghoon se la pasaba de prácticas en la pista de hielo, todas las horas, nadie lo observaba, solamente estaba él.
Estaba intentando perfeccionar su salto doble, hasta que escuchó una voz proveniente de la grada, -realmente lo hace genial- aquella voz que hizo que Sunghoon se acordará de su caballero, al girar su mirada, se dio cuenta de que no había nadie, solo se escuchó el sonido de la puerta cerrarse, salió corriendo de la pista de patinaje, por la prisa que tenía no se puso ni su abrigo, salió a la calle y empezó a buscar a aquel chico, solo con escuchar su voz. -Heeseung, corre, perdemos el autobús- escuchó a lo lejos, y vio a dos chicos correr hacia aquel autobús, sin pensarlo dos veces, corrió tras ellos y finalmente alcanzó el bus, -joven, usted no ha pasado la tarjeta, no puede pasar- la voz del conductor lo asustó y se dio cuenta que se olvido su abrigo, sin más, bajó del autobús.
Estuvo todo el camino maldiciendo, hasta llegar a su casa, no saludó ni nada, entró directamente a su cuarto y se encerró. "A ver, Lee Heeseung" buscó por internet el nombre de su caballero, a lo mejor puede que tenga el mismo nombre que en su vida pasada al igual que él, después de tanta búsqueda, encontró un perfil de Facebook con ese nombre, su único post era de un amanecer en Nam-Yeong, un barrio que hay por Seúl, lo siguió y se fue a dormir con el objetivo de ir a aquel barrio el siguiente día.
Sonó la alarma de Sunghoon, de manera perezosa la apagó y volvió a dormir, -Sunghoon, levántate y ven a desayunar- la voz de su madre que se escuchaba de la cocina lo hizo despertar, y se acordó de que tenía que buscar a Heeseung, pero primero tenía que ir a la escuela e ir a entrenar para su próxima competición. Vio que lo esperaban para poder desayunar, se sento y empezaron a hablar sobre diferentes temas, -Sunghoon, no te olvides que hoy tienes entrenamiento hasta las 21:00 de la noche, no te lo saltes- él solo se limito a asentir, - querido, debes esforzarte al máximo, así podrás ocupar el primer puesto- comentó el padre, Sunghoon ya no sentía la misma pasión por el patinaje artístico, solo lo practica para hacer feliz a su madre, desde los 12 años, le empezó a apasionar el baile y la música, pero se siente realmente inseguro al querer dedicarle más tiempo, su madre se iba a negar rotundamente.
Tras finalizar la larga jornada escolar, se fue directamente a la pista de patinaje para practicar, aunque el tenía en mente irse más temprano para poder ir en busca de su amado. Eran las 18:00 de la tarde, y Sunghoon ya iba por la sexta vez que intentaba hacer 10 giros seguidos, pero se caía en la última, "por favor, solo pido que me salga esta vez, ya estoy cansado", intentó por última vez y por fin le salió, de repente, empezó a escuchar a alguien aplaudiendo desde las gradas, y él solo se limitó a hacerle una reverencia, aquel chico se fue y Sunghoon siguió practicando hasta las 20:00. "Ya es tarde, debo irme ya" al segundo salió de la pista y se dirigió al autobús, justo el que iba a Nam-Yeong.
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Los copos de nieve empezaron a caer, la primera nevada del invierno llegó, el frío era intenso, la gente en la calle se metía a sus casas, y Sunghoon sabía que al volver a casa su madre le iba a regañar. Llegó a su destino, y a lo lejos vio al mismo chico de las gradas, estaba solo, se giró y vio a Sunghoon, y extrañamente, se fue a donde estaba Sunghoon, -hola, estuviste fabuloso en tu práctica- él se quedo paralizado al escuchar la voz de aquel chico, lo empezó a escanear con la mirada y realmente se parecía a su caballero. -Oye. ¿estás bien?- Sunghoon se dio cuenta que no le ha hablado, así que decide hablar con el chico para poder confirmar que es su caballero. -Gracias por apoyarme, lo agradezco- el chico solamente asintió, le preguntó que si vivía en Nam-Yeong a lo que Sunghoon se negó rotundamente, el chico le pareció divertida su reacción por lo que empezó a reirse, -por cierto, ¿Cómo te llamas? - "ojalá y sea Heeseung" lo repetía seguidamente en su mente, a lo que el chico sonrió y le respondió, - lo siento, no me presenté, soy Lee Heeseung, puede que hayas escuchado mi nombre en algún lado, soy muy conocido entre los aprendices- y le guiñó en forma de orgullo, y justo cuando Sunghoon le iba a preguntar en que agencia entrenaba, el móvil lo interrumpió con una llamada de su madre. - ¡Park Sunghoon! ¡¿Me podrías decir donde te has metido?!- la voz de la madre la llegó a escuchar hasta Heeseung, realmente estaba enfadada.
Sin más, Heeseung le deseó suerte a Sunghoon con su madre y se marchó, "mierda" maldijo en su mente, lo había encontrado, pero ahora no sabía en que agencia de entretenimiento se encontraba, en mitad de la calle, vio como su querido se alejaba mientras sonaba el móvil con numerosas llamadas de su madre que simplemente las ignoraba, sin más cogió el autobús y e marchó.
Llegó a su casa a las 23:30 de la noche, al abrir la puerta, se encontró a su madre esperándolo, -¿Dónde te metiste y por que no me contestabas?- simplemente la ignoró, enfadada lo agarró del brazo y lo presiono, -me llamo la entrenadora y me dijo que saliste una hora antes- Sunghoon se safo del agarre y simplemente le dijo un "no te incumbe".
Las ganas enfermizas de Sunghoon de saber en donde entrenaba su amor, lo iba a matar, toda la noche buscando agencia por agencia y no encontraba nada, así que decidió ir por el siguiente paso, visitar todas las agencias que habían en Seúl y eso implicaba no ir a las últimas prácticas de patinaje que quedaban para la competición, sabía lo mucho que su madre le iba a regañar pero haría lo que sea para estar con el amor de su vida.
