Ver a la señorita Lascurain tan feliz el día anterior me alegró el resto de la jornada, de hecho cuando volví a casa no hice más que pensar en esa hermosa sonrisa. Después de ejercitarme y tomar una ducha, aún seguía pensando en eso, finalmente cuando fuí a la cama para descansar, lo único que hice fue soñar con ella, y si, fué ese tipo de sueño.
A la mañana siguiente desperté, después de hacer mi rutina diaria, mientras me cepillaba los dientes y veía mi reflejo hablé.
-Escucha niño, si niño, porque así es como te estás comportando, no puedes tener ese tipo de pensamientos sobre tu jefa. Porque es tu jefa, tu superior. Además, ¿qué crees? Que se fijaría en ti? Por favor eres un don nadie y diez años menor además. Vas a ir al trabajo y no vas a pensar en nada de eso sobre ella y otra cosa, te vas a buscar una buena chica. Magaly está bien, es bonita y dulce, si ella está bien.
Así que ya sabes nada de pensar maliciosamente en tu jefa, nada de esas cosas que te imaginas y mucho menos verla como un bobo, Ok?
Una hora después.....
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Vaya que si es hermosa, me digo, mientras la veo caminar hacía mí. Lleva puesto un traje color rosa pálido, que la hacía verse genial😍. ¿Por qué tengo que tener está reacción cada vez que la veo?
-Ariel? Te ves algo distraído, estás bien?
-Si, si señorita- respondí. Había tratado de quitarme esos pensamientos de mi cabeza
Durante el día todo siguió con normalidad, me enfoque en mi trabajo lo más que pude y así logré no darle tanta importancia a mis pensamientos.
Invité a salir a Magaly el viernes, si se qué es algo temprano, ya que es martes, pero quería que ambos tengamos tiempo para programar todo, ella aceptó.
Al finalizar el día, cuando terminó mi turno y después de despedirme de mi jefa, fuí hasta el estacionamiento de la empresa y como todos las noches, iba muy pendiente de todo, solo por si acaso, ya que era un poco oscuro. Aunque quise quedarme, ella insistió y me fuí.
Escuché unos pasos a mis espaldas y cuando lo giré, ví a ese tipo viniendo hacía mí. Creí que ya me había deshecho de él. Que hace aquí este idiota?
-Por fin te encontré
-Oye que quieres? Creí que ya te había dejado todo muy claro
-Crees que dejaré las cosas así?
-Tú imbécil, me quitaste mi sumisa y ahora no quiere volver a mí
-Yo no te quité nada, ella y yo somos amigos y si no quiere estar contigo no es mi culpa
-Maldito infeliz!- se acercó amenazante
-Qué sucede aquí?- esa voz, ella no puede quedarse aquí, ni escuchar nada de esto y ese tipo no se que sería capaz de hacer
-Nada vete- respondí serio, era la primera vez que usaba mi tono Dominante con ella y que le hablaba de tú, nunca jamás la había tuteado
-Qué?- preguntó ella confundida
-¿No escuchaste? qué te vayas dijo el otro hombre
-Pero como se....- me acerqué rápidamente a ella quedando frente a frente y con la mirada más aterradora hablé
-¡Qué te vayas! es una orden!- sus ojos se abrieron de par en par
-Una orden?
-Si! ¡Una orden! Vete, súbete a tu auto y vete!
Isabel lascurain
Un rato después de que Ariel saliera, decidí irme también. Bajé hasta el estacionamiento, pero cuando llegué pude ver aún hombre cerca de él, creí que estaba en peligro así que me acerqué para ver si todo estaba bien, solo escuché que el otro hombre lo insultaba pero no entendí porque.
Después de preguntar qué sucedía, el tono de voz de Ariel cambió por completo, a lo qué habitualmente suele ser conmigo y me trató de tú, algo que nunca ha hecho en los cuatro años que llevo de conocerlo, dos de ellos siendo mi asistente. Sus hermosos ojos, se oscurecieron haciendo que se tornasen más fascinantes y esa voz gruesa ordenándome, me hizo sentir escalofríos.
-Yo...- respondí. No sabía porque me estaba hablando así, ni porque me ordenaba, ni mucho menos porque quería obedecer, solo sé que no pude negarme- sí lo haré
Me subí a mí auto y me alejé, preguntándome qué diablos fué eso y porque mis bragas estaban completamente húmedas. Al llegar a casa no podía quitarme de la cabeza a Ariel, sus ojos oscurecidos, su voz grave y penetrante y su forma ruda de hablarme, por qué me sentía así? ¿Por qué me gustó eso? Y por qué estoy teniendo esas ideas con él?
-Estás completamente loca isabel-dije en voz alta
Preparé la tina y me metí allí, para tratar de relajarme y poner mi mente en otra cosa, pero mi cerebro se negaba a dejarlo ir. Sus ojos se clavaron en mi cabeza y su voz dándome órdenes de cómo colocarme y qué hacer, me estaban atormentando y no sé en qué momento, mis manos descendieron hasta mi zona íntima y comencé a tocarme mientras pensaba en Ariel miramontes.
