En unos segundos ella entrará por esa puerta, pienso mirando las puertas del ascensor. Estoy sentando en mi escritorio revisando papeles, mientras cada tanto le doy un vistazo al ascensor. Soy un tonto, por qué mi corazón late fuerte con solo pensar que la voy a ver y cuando escucho su voz, aveces me pongo a fantasear que dice mi nombre entre gemidos.
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El ascensor para, las puertas se abren y ella sale con ese impresionante traje color azul marino, pantalón, chaqueta y debajo una camisa blanca, es muy formal y elegante y aunque le queda muy sexi, esa no era la intención del vestuario, de hecho, no la había visto con faldas o vestidos nunca en la oficina, solo en los eventos importantes, pero nada muy llamativo o sexi, más bien formal y recatado y aun así bellísima.
-Buenos días Ariel- me saludó como de costumbre con esa hermosa sonrisa
-Buenos días señorita Lascurain- dije devolviendo la sonrisa
Camina entrando hacía su oficina y yo voy detrás, con mi tablet y su taza de café.
-Bien, ¿qué tenemos hoy?
-Bueno señorita Lascurain- respondo entregándole el café- lo primero del día es una reunión con los señores Jeff Bezos y Bill Gates. A las 10 tiene una reunión con los accionistas-ví ese gesto de incomodidad en su rostro- y la señorita altagracia llamó, me preguntó si había espacio para el almuerzo, como no tenía nada para esa hora la puse en la agenda
-Muy bien hecho Ariel y sobre la reunión con los inversionistas...
-Sí señorita Lascurain, el señor Alvarez confirmó su asistencia y ya está en su oficina
-Ok
Siempre que hay una reunión de ese tipo, me pregunta si él estará ahí, a estas alturas ya debería de acostumbrarse a qué siempre esté presente.
-Se le ofrece algo más señorita?
-Si, tráigame los informes y carpetas para la reunión con Jeff Bezos y Bill Gates, tengo 20 minutos para revisarlos
-Si claro
Volví a mi oficina y tomé los informes, para luego llevarselos.
La primera reunión fue bastante tranquila en realidad, hablaron sobre el marketing e ingresos de las tres empresas, ya que las tres están asociadas y dependen una de la otra para tener los ingresos.
Al ser asistente personal de la gran CEO, estoy presente siempre en estás juntas y me siento a su lado, muy cerca por si necesita mi ayuda y eso me hace tan feliz, que incluso llego a olvidar qué hay más gente en la habitación.
Luego comenzó la junta con los accionistas, como en todas las demás José Manuel alvarez se sienta a su otro lado, cerca de ella y nos quedamos frente a frente. No tengo nada en su contra, no me agrada y si pudiera evitar que estuviera aquí, lo haría, pero personalmente no me ha hecho nada, más allá de lo clásico de esta gente: miradas de superioridad y tratarme como si trabajará para él.
-Bien en ese caso tendremos que rehacer la gráfica representativa de este mes
-Sí señorita Lascurain y creo que debemos hablar también con los de marketing- uno de los accionistas mayoritarios habló
-Si claro, bueno si eso es todo, creo que terminamos por hoy
-De hecho, yo quisiera hablar sobre la fusión que ya había mencionado antes preciosa
Odiaba con todo mi ser que la llamara así o de cualquier otra forma cariñosa, pero quién soy yo para impedírselo o decir algo al respecto? Ella lo miró con furia, como cada vez que la llamaba con algunos de esos apodos.
-Señor Alvarez 1 soy señorita Lascurain para usted y 2 ya habíamos hablado de esa fusión antes, no hay motivos, garantías, ni beneficios en hacer eso
-Tal vez sí me permitiera una reunión privada, pueda convencerla- la miró con lujuria y la ira se albergó en mi pecho
-Está bien- respondió neutral, estoy furioso, pero no es mi asunto-hablaremos en mi oficina
Todos se levantaron, ambos se dirigieron al despacho de mi jefa y yo los seguí detrás.
-Traenos un café niño- esté sujeto, quien se cree? Mire a mi jefa y ella asintió
-Claro señor
Salí del lugar, fuí hasta la cocina y volví con el café, golpeé la puerta y después de escuchar que mi jefe me dijo que pasara, entré. Alvarez estaba sentado al frente de ella y por supuesto la jefa estaba en su lugar.
-Gracias Ariel
-De nada señorita, ¿se le ofrece algo más?
-No por el momento gracias
-Niño lo pedí con crema
-Ya no había- mentí
-Hag está bien, sal y no interrumpas. Tenemos que hablar cosas de grandes
Grande la paliza que quiero darte imbécil. Dije que no tenía nada en su contra? Mentí, lo detesto es un patán y arrogante, presumido, hijo de su.... 3
-Claro señor-respondí con mi mayor sonrisa complaciente
Volví a mi lugar, los minutos que estuvieron allí adentro fueron una tortura para mí y las imágenes de ellos dos teniendo sexo, tomaron poseción de mi cabeza, poniéndome celoso y furioso.
Por fin la puerta se abrió y un enfadado hombre salió de allí dentro, mientras se acariciaba la mejilla, la cual se veía roja. Una sonrisa burlona y complacida se formó en mi rostro, él me observó con furia y superioridad, como si yo fuera un insecto, para luego irse.
-Pase- oí detrás del otro lado de la puerta, después de haber golpeado
-Señorita se encuentra bien?- pregunté, en la puerta.
Se veía algo agitada, con el maquillaje corrido y la ropa algo desarreglada. Pros y contras de matarlo, decía mi mente.
-Si estoy bien, es un idiota, pero yo puedo con el
-¿Necesita que le traiga algo?
-No, estoy bien gracias Ariel
-Esta bien señorita, volveré a mi trabajo
-Si
Después de eso el día fue bastante tranquilo, ella fue a almorzar con su amiga y yo con los míos, empleados de la empresa.
Mi turno terminó a las ocho de la noche, como todos los días. Volví a mi casa, es pequeña y nada elegante, pero al menos es mía. Mi salario como asistente es muy bueno, pero estoy lejos de ser rico, más que nada por los préstamos que pedí para no perder la casa, préstamos que aún sigo pagando.
Mi madre me dejó la casa, era lo único que tenía para darme, desde muy pequeños fuimos pobres, mi padre nos abandonó cuando yo era un bebé y nos dejó en la pobreza. Estudié y trabajé muy duro en trabajos de medio tiempo, hasta que una amiga de la escuela, me ofreció hablar de mi con el señor Lascurain, ya que tenía contactos con ellos y así fue como empecé a mis 23, siendo el chico de los recados, el que lleva el café y eso. Cuando cumplí 26 gracias a un hecho fortuito (la asistente anterior de Isabel, fue despedida por hablar a sus espaldas) me convertí en su asistente. Ya la había visto antes, la primera vez en una foto qué mi amiga de clases llevaba pegada en su carpeta y luego en la empresa varias veces, pero jamás volteo a verme y siempre la tuve como un amor platónico, pensé que era solo por ser un adolescente, pero no es así, cada día me gusta más. No puedo asegurar que sea amor, pero me duele verla sufrir y me encanta cuando triunfa. En fin, otra noche pensando en ella y tratando de convencerme que no estoy obsesionado y que no soy un pervertido, por tener esos pensamientos.
