Capitulo 2: Que se quede entre nosotros.

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De un momento a otro las cosas habían cambiado, de una conversación, a un beso, casi se devoraban la boca en un par de segundos.

-Lo... lo siento -Steve estaba muriendo de verguenza, se preguntaba una y otra ves, como es que dejó que pasara eso y mas encima en aquella posición tan poco inocente.

-No.. no digas nada -La Rusa sintió que algo se prendió dentro de ella, sabía que solía provocar ese tipo de reacciones en los hombres, pero esta ves también algo mas pasó. En un intento por parte de Rogers de levantarse, Natasha lo tomó de la cara con ambas manos y lo besó de forma apasionada, mientras que con las piernas los aprisionaba para no dejarlo ir.

El rubio poco pudo hacer ante eso, no estana permitido, primero que todo, tener ese tipo de relaciones con compañeros, pero aún así, sabiendo todo por parte de ambos, este correspondió el beso, ¿cuando alguien lo había hecho sentir así? No oo recordaba, le gustaron muchas chicas cuando estuvo en su época, pero era una persona muy diferente a lo que era ahora.

-No, no... esto está mal -Se separó con gra fuerza de voluntad de los labios gruesos y de su compañera, la que asintió con la cabeza varias veces, dándole la razón.

-Demasiado mal, no le diremos a nadie, que quede entre nosotros -Trató de reincorporarse, pero Steve aun no se levantaba o mejor dicho, aun estaba sobre ella.- y dile a tu amigo de ahí abajo que se calme -Con ambas manos lo apartó, el soldado parecía en shock, pero no tardó mucho en reaccionar.

-Tu conduce -Dijo de forma rápida cubriendose la cara con amas manos, ni si quiera podía mirarla o pedirle disculpas, ninguno lo hacía, tal ves porque no había nada que disculpar.

-Eso mismo pensaba hacer -Se acomdó la ropa interior y el cabello, verificó que el traje estuviera seco, pero aún no. Maldijo algunas palabras en ruso y comenzó a avanzar a gran velocidad. Ninguno se daba el tiempo ahora mismo de explicar nada, la viuda no era la mujer mas santa y Steve parecía ser un santo, no quería ser la que lo corrompiera por primera ves.

Según ella el amor era para niños y no pretendia jugar con Steve, le importaba en el fondo o eso siempre se decía así misma.

El resto del camino se les hizo mas largo, Natasha no realizó bromas con respecto a la situación incómoda, y Steve se mantuvo en silencio, con la cabeza baja, reprendiendose así mismo por todo lo que ocurrió.

Al llegar a la base de Fury, porque ahora trabajaban para él en ese tipo de misiones, la viuda se puso el traje y fue a entregar el informe, por otro lado Steve esperó su turno.

-Bien hecho agente Romanoff, eficiente como siempre. Vamos al grano, ¿como vas con Banner?

-Amm bien -Se encogió de hombros, luego suspiró, Nick Fury le había pedido a ella especialmente que se acercara al cientifico para poder tenerlo controlado. El problema es que recurrió a sus encantos para eso, y ahora que la misión comenzaba a terminar, no sabía como haría para decirle la verdad o bien, como siempre, no diría nada y mentiría para salir ilesa.- De acuerdo, creo que podemos seguir como amigos, se que quieres que me mantega cerca, pero fingir cosas que no siento, se me da bastante bien, el problema es que las cosas a largo plazo comienzan a volverse mas cercanas y aunque puedo con la situación, él no es quien miente, soy yo, puedo seguir, pero Bruce... no quiero que se enamore -Era lo que temía, si bien había estado distanciado en las últimas semanas, no podía evitar sentirse fatal por estar jugando con los sentimientos de alguien que conocía y era parte de un equipo, creía que era hora de terminar y evitar problemas.

-Tienes razón, hazlo, de una manera en la que queden en buena... no quiero que sufra alguna clase de crisis y tengamos un gigante verde destruyendo la ciudad. Porque no se me da lo de consejero matrimonial.

Rompiendo protocolosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora