XXVI

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Narrador enpersona: 

«Ya solo me queda decirte que ojalá lo que estés buscando, valga más que lo que estas perdiendo. Porque yo lloré, lloré por ti, sin saber que la vida me hacía un favor.» -esas dichosas palabras daban vueltas en la cabeza de Jesús.

Noa seguía hablando. Pero Jesús solo se quedo pensando en esas palabras. Estaba a punto de salirle las lágrimas.

Noa ya tenía un río por sus mejillas.

El gemelo mayor no oía las palabras que le decía Noa. Estaba embobado en sus pensamientos.

-¡Jesús! -gritaba Noa- Que te estoy hablando joder.

Jesús le agarra del brazo a la chica. Mientras ella hacía una mueca de dolor.

-Estas muy equivocada. Fuiste tu la que lo jodió todo. Eres una zorra más. Nada del otro mundo. Y me hiciste creer todo lo contrario. -conseguía articular el chico.

-¿Perdon? -lloraba la chica- ¿Sabes? Pensabas que eras diferente a los demás, te di la oportunidad de ser la excepción, de ser único, especial. Pero decidiste ser del montón. Y creo que esto es ridículo. No te quiero volver a ver, en mi vida. No quiero volver a oír tus sucias mentiras. Me dí la vuelta. Y agarre a Joan para irnos.

-Bueno la chica esta, se creerá importante o algo. -se escuchaba una voz de pito- Si en el fondo lo ama, es una celosa asquerosa.

Esa voz chillona era la de Tatiana.

Me di la vuelta. Eso me sacó de mis casillas.

-Mira bonita. Por mi él movió montañas, mientras que por ti no ha movido ni una piedra. Así que dime ahora quien debería estar celosa aquí.

Narrador enpersona (Noa):

Y me fui. De esa escena. Con Joan y Dani.

Dani se fue a su casa, después de todo lo sucedido.

Invinte a pasar a Joan a mi casa. Me ofrecí a curarle las heridas que le había hecho Jesús. Ya que en parte, eran por mi culpa.

Hizo una mueca de dolor mientras le desinfectaba una de las heridas.

-Ay, perdón.

-Estoy bien tranquila.

-Lo siento. Lo siento por todo lo que has tenido que pasar hoy.

-No es culpa tuya.

-Si, si lo es. Esto es solo culpa mía.

-Sabes, creó que ese chico de verdad te quiere.

Me encogí de hombros.

-A mi eso ya me da igual, forma parte de mi pasado.

-Creo que él se piensa que tu y yo tuvimos algo cuando tu estabas con él.

-¡Que! Es una tontería. Yo nunca le he engañado.

-Creo que deberíais hablar.

-No. -dije fría- Mi orgullo me lo impide. No voy a decepcionarle. Gracias a él he llegado hasta donde estoy ahora.

-Oh venga ya. Los dos esta is enamorados en uno del otro. Se os nota demasiado.

-No. Por lo menos por mi parte. El ya no forma parte de mi vida. Y dejemos de hablar del tema por favor. -estaba a punto de estallar en lágrimas, quizás aún le sigo queriendo.

Hubo un silencio enorme.

Narrador enpersona:

Jesús entra en su casa. Sube a su habitación y se encierra pegando un portazo.

¿Por que? ¿Por que me habla así? Seguro que ahora me odia. Y joder, aún después de haberse liado con ese tío la sigo queriendo como el primer día. No soporto verla con él. Y es que me ha descrito a la perfección cuando estuvimos discutiendo hace unos minutos. Soy débil ante ella. No puedo. Creo que la sigo queriendo como el primer día en el que nuestras miradas chocaron creando un univeso paralelo del que nunca supe de su existencia. Y se que estaba con otro mientras estaba conmigo, o a lo mejor no, joder, ya no se. La foto que me enseñó Tatiana era ella, ¿no? Ahora hasta lo dudo. El tal Joan ese me dijo que ella deberdad me queria y que no tuvo nada con él, pero tampoco se si fiarme. Soy gilipollas. La he podido perder de un manera tontísima. Y ahora no me quiere ni ver. -lloraba desconsoladamente Jesús.

Este es interrumpido por unos leves golpecitos en la puerta.

-¡Dejadme solo! -protestaba Jesús.

-Jesús...-se podía apreciar que el que hablaba detrás de la puerta era Dani.

Dani abrió la puerta, aún sin permiso de su hermano. Y en cuando le vio llorando este fue corriendo a abrazarle. No podía verle así. Era su mitad. Si uno estaba mal el otro estaba igual, cosa de gemelos... Y en el fondo Dani sabía que no podía sin seguirle sin hablar a su gemelo.

-Jesús, lo siento.

Jesús no podía articular ninguna palabra. Esta llorando a mares.

-Mira, se que Noa es mi mejor amiga. Pero tu eres mi hermano. No puedo seguir sin dirigirte la palabra. Aun que me da mucho coraje lo que le has hecho. Y no... No le heches la culpa a Noa, ella es la que me animó, incluso me obligó a hablarte, a reconciliarme contigo. Aún sigo sin entender por que le has hecho sufrir tanto.

(Foto de Joan el Galería)

Inevitable. (Gemelos Oviedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora