VIII

3.4K 158 5
                                    

Empieza la peli.

-Sabes que si te asustas puedes agarrarte a mí.

-No lo necesitare. Estoy hecha una valiente.

-Si, si, lo que tu digas.

[...]

Noto suaves caricias en mi espalda y lentos besos en mi cuello. Me salé una sonrisa tonta de la boca. Me giro y abro los ojos.

-¡AAAAAAAHHH! -gritaba.

Jesus me tapa la boca.

-¿Tan feo soy para que grites nada más verme?

-¿Donde estoy? ¿Que hago aquí?

Posa sus dedos sobre mis labios queriendo decir que me callase.

-Ayer te quedaste dormida viendo la peli. Y te subí a mi cama. -me guiña un ojo.

-Eh...bueno...creo que me voy a ir...

-¿Ya? Pero si son las 9 de la mañana.

-Clara estará preocupada.

-Ya sabe que estas aquí.

-¿Eh?

-Ayer vino a buscarte y como estabas dormida accedió a que te quedaras aquí. -me da un beso en la mejilla y se levanta de la cama.

Oh mamá, Jesús sin camiseta. Wow. No se que me pasa pero está para comérselo.

-¿Quieres desayunar algo?

-Eh...

Interrumpe alguien abriendo la puerta.

-Ey tortolitos -es Dani- he hecho tortitas.

-Uy que hambre de repente. -bajé disparada a la cocina.

Por dios, ahí había tortitas para dar y regajar, con sirope de toda clase, nata, caramelo, helado,...

En seguida bajaron Jesús y Dani. Y desayunamos todos aquella deliciosa comida que había preparado Dani.

-¡Quieto ahi! -le ordenaba a Jesús viendo que iba a coger la última tortita que quedaba.

La cogí.

-Mejor me la como yo que si no te pones gordo.

Se quedó con una cara de ¿perdona?
No pude evitar reírme.

Acabamos y fui a mi casa. Clara seguía durmiendo.

Me duché. Me puse unos shorts negros rotos y altos con una camiseta rosa palo de tirantes básica y mis queridas Air Force.

Las 10 : 58. Había quedado con Jesús a las once en su casa. Salí pitando.

Allí estaban él y Dani.

-Vamos a ir a un parque aquático. -explicaba Dani.

Fuimos andando hasta la parada de autobús, donde cogimos el bus que nos llevaba hasta el parque aquático.

[...]

Llegamos. Era impresionante. Había uso a muchos pero aún así cada uno de ellos me sorprendía.

Los tres parecíamos niños pequeños. Queríamos montar en todas parte. Era como un sueño.

-Pongamonos serios. - dije son poder evitar reirme- Vayamos por orden, que cada uno elija cada vez una atracción... ¡Me pido pri!

Elejí una especie de montaña rusa de agua que iba a toda leche y era imposible no mojarse.

[...]

Y así transcurrió todo el día.

Las 21:47 marcaba el reloj de Dani.

-Me da que van a cerrar. -aseguraba Dani.

Nos dirijimos a la salida del parque para coger el autobús y volver a casa.

-Día productivo. -gritaba al montar en el autobús.

-Creo que no hemos dejado ninguna atracción por montar.

Asentí. Habíamos montado en todas. Incluso en las de los niños pequeños.

Llegué a casa. Me duché. Cené. Y a la camita a descansar.

Estaba medio dormida cuando empecé a oír golpes procedentes del balcón al principio no le di importancia. Pero el ruido incrementaba por momentos.

Me levante desganada y vagamente.
Abrí la puerta del balcón. Veo una enorme piedra viniedo hacia a mi. Me agacho. Esto hizo que me despejara.

Mire hacía abajo. Era Jesús el que tiraba las dichosas piedritas.

-¿Tu estas loco? Casi me atraviesa la cara una de tus piedras.

Se ríe.

-Cuando los locos seamos más, lis locos serán ellos.

-¿Ahora tienes complejo de poeta?

-Solo cuando estoy contigo. - esto hizo que me saliera una sonrisa tonta.

-¿Pero tu sabes que hora es? -bostezaba.

Asintió.

-La hora de darte las buenas noches.

-¿Y no hay otro método más normal de hacerlo?

-Puede...Pero así queda más romántico. -se ríe- Aún así podría haberte escrito un mensaje, pero como aquí la señorita Noa no me da su teléfono. Pues no hay más remedil que venir en persona a hacerlo.

-¿Me estas diciendo que todo esto es por mi número?

-Exacto.

-¿Si te lo doy no me vuelves a despertar?

-Eh...-se queda pensando- no te prometo nada.

Me heché una mirada fulminante.

-¿Eres bueno en matemáticas?

-No, pero a que viene est... -le interrumpí.

-Seis, cero, dos, uno, ocho,... -gritaba cada numero

-Ahí lo tienes y no lo voy a repetir, ahora buenas noche.


Inevitable. (Gemelos Oviedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora