sangre de dragón

Recuerdos

Joff y yo nos quedamos un rato más en Godswood comiendo y charlando, hablar con un niño de seis inviernos es realmente interesante, pero después de un rato ya nos habíamos llenado y decí que era momento de irnos.

Me levante de la manta y Joff tambien se paro.

-Es hora de irnos- dije y tomé su mano.

-Me prometiste que me ibas a llevar a volar en Drogon- dijo Joff mientras caminábamos.

Cerré los ojos y frunci el ceño.- ¿No lo podemos cambiar para otro día?.

-No, no podemos.

-Demonios- susurre para que Joff no escuchara.

Caminamos hasta que nos topamos con Ser Erryk y me dio una sonrisa.

-Princesa llevaba buscándola toda la mañana-mencionó dejando salir un suspiro de alivio.

-Lamento no haberle avisado que estaría con mis hermanos, Ser-dije amablemente.- pero ¿podría pedirle algo?

-Claro princesa.

-Puede preparar un carruaje para ir a Pozo dragón- dije provocando que Joff sonriera.

-Enseguida princesa- dijo y se retiro a paso apresurado.

-Te llevare a volar, pero antes necesito hacer algo, ¿puedes quedarte con mamá en lo que hago eso?- pregunté mirando a Joff.

-Esta bien, pero que no se te vaya a olvidar- contesto Joff.

Rei y lo tome con la mano para llevarlo con mamá.

Llegamos a la puerta y lo deje ahí.

-¿No vas a entrar conmigo?.

-No, seguramente Jace y Luke se están quejando con ella.

Joff asintió y entró a los aposentos de mamá.

Solté un suspiro y me dirigí a los aposentos de Aemond.

-Aemond, ¿puedo pasar?-dije desde la puerta.

-De todas formas lo ibas a hacer- dijo abriendo la puerta de sus aposentos.

-¿Puedo?-pregunte señalando el interior de su habitación.

Aemond se aparto de la puerta dejando que entrará.

-¿Qué quieres?-pregunto secamente.

-Ya regañe a Jace y a Luke por lo que hicieron- dije sentándome en un silla cercana a su cama.

-¿Y quieres que te felicite o que?

Su respuesta me sorprendió, esperaba algo más amigable.

-No, solo quería que supieras que ya se que nada de lo que paso fue tu culpa- dije un poco a la defensiva.

-Mmm-dijo sin más.- Bueno supongo que ya te puedes ir a de regreso a Rocadragón.

-Hablando de eso, nos quedaremos un largo tiempo aquí en Desembarco del rey-mencione admirando su cara de sorpresa.- Tendremos más tiempo para estar juntos, tío, ¿no es increíble?.

-Sal-ordeno señalando la puerta.

Me quedé en la silla ignorando completamente lo que Aemond dijo.

-¡Qué salgas!- ordenó de nuevo levantando más la voz y señalando la puerta.

Me levante de la silla, rode los ojos soltando un bufido y salí a paso apresurado de sus aposentos.

Aemond de verdad me esta hartando.

Iba tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando choque con Ser Erryk.

-Discúlpeme, princesa.