Adiós a otro año (Día 860)

Start bij het begin
                                    

Por fin llego navidad, una fecha esperada y animada por muchos, incluyéndome, ese día fui a trabajar por la mañana pero mi turno se acortó bastantes horas ya que al medio día estaba a punto de salir, Gerry ya se encontraba afuera de mi trabajo esperando sentado mientras yo lo observaba por la ventana de la oficina comer unos azucarados churros, al salir corrí hacia él y emocionada lo saludé, correspondió a mi saludo
  — Señorita preciosa ¿Como le fue?
  — Le platiqué lo que sucedió en la mayor parte de mi día mientras caminábamos a casa, incluso le comenté que lo bueno de ese día fue trabajar pocas horas y recibir un poco más de dinero de lo habitual debido a la fecha. 
  — Te invitó un helado con lo que me pagaron, abrieron una nueva nevería cerca de aquí a la cual asisto todos los días en mis horarios de trabajo, a este paso terminaré siendo gorda.
  — Imposible que seas gorda, eres tan delgada, vamos por ese helado solo que yo te lo invito, aún tengo dinero de mi liquidación.
Caminamos algunos pasos hasta llegar por ese delicioso helado, ambos pedimos nuestro favorito y continuamos nuestro camino a mi casa, al llegar bebí unos un poco de agua, organizamos nuestro dinero y de inmediato salimos a casa de mis tíos pues a esta hora con regularidad comienzan con los preparativos para la noche.
Llegamos con ellos, todavía no llegábamos a la puerta principal cuando Gerry como era su costumbre ya estaba buscando en qué ayudar, saludo con su habitual alegría y su característico tono de voz a todos
  — Ya les traje a Gema a ayudar — Bromeó
  — Mejor así déjalo — Correspondió a la broma doña Esperanza mientras realizaba la comida
  — ¿Que hacemos doña Esperanza? ¿Que falta? ¿En que ayudamos? — Pregunto Gerry
  — Falta todo, si quieren empiecen con las manzanas para la ensalada de manzana.
  — Tu quitas la cáscara y yo las pico en cuadros — Me dijo Gerry mientras buscaba unos cuchillos en los cajones de la alacena.
Nos dirigimos a la mesa principal en donde todos los demás integrantes de la familia se encontraban preparando algunos otros postres para la noche, tomamos asiento y comenzamos con las manzanas, mientras esto ocurría Gerry como siempre hacía mil bromas y comentarios graciosos.
Después de muchas manzanas peladas y picadas por fin terminamos la ensalada, la mesa ya tenía listos algunos postres, servimos un poco de manzana en un vaso para saborear si había quedado con buen sabor o definitivamente esto no era lo nuestro, Gerry ofreció un poco a tía Lupe y a doña Esperanza a probar
  — ¿Como quedó? ¿Quedó rica o sabe feo? Porque si sabe feo es porque Gema la preparo y si sabe rica yo la preparé — Bromeó
— Si, esta rica
— Pues claro, yo la prepare, mire mis manos trabajadoras — Dijo Gerry mientras mostraba sus manos a lo cual solo rieron
— ¡Que tramposo! — Añadí
— Es la verdad Gema, tú solo me observaste, no hiciste nada... 
Le lance una mirada de desaprobación conteniendo la risa y comenzamos a levantar todo lo que se encontraba en la mesa pues hacía llegado el momento de comer, se sirvió la mesa mientras Gerry y yo salimos a la tienda a nuestra labor de cada semana, el refresco, volvimos y comenzamos a comer todos pues nuestro próximo alimento sería hasta la media noche.
Al finalizar la comida los preparativos continuaron durante varias horas hasta que comenzaba a atardecer, me refiero a las cinco de la tarde aproximadamente, todo o casi todo estaba listo para la noche así que sólo faltábamos nosotros de estarlo así que tomamos nuestras cosas y nos despedimos, prometiendo volver en un par de horas pues debíamos bañarnos y arreglarnos
  — Báñense y arréglense aquí — Sugirió tío Miguel
  — Así es, saben que no hay problema — Añadió tía Lupe
— Lo que sucede es que toda nuestra ropa que compramos está en la casa de doña Mirian (es decir mi abuela).
— Está bien, vallan a arreglarse, no lleguen tan tarde y con cuidado.
Antes de salir de casa de mis tíos salió el tema acerca de el celular que a Gerry le habían robado.
  — ¿Que celular estas usando ahora? — Pregunto tío Miguel
— Utilizó uno que Gema me prestó.
Esto ya que días después del robo de su celular le preste uno de los muchos repuestos que tengo en casa, los cuales son mis antiguos celulares que siempre conservo por cualquier emergencia, esta era una de ellas así que llevaba varios días utilizándolo.
  — Yo me acabo de comprar uno, si quieres te puedo dar el que tenia — Comentó tío Miguel
— No, no como cree, ya me dieron uno hace un año y no lo cuide.
  — Yo ya no lo utilizaré, úsalo, te puede servir.
Gerry aceptó el celular y ahora si volvimos a casa.
Al llegar a casa lo primero que hicimos fue sacar nuestras muchas prendas de la bolsa enorme en que las guardábamos, seleccionando lo que nos pondríamos ese día y al día siguiente, lo colocamos sobre la cama emocionados, toda prenda y zapatos era exactamente igual pues los anteriores días nos habíamos encargado de conseguir todas las prendas que nos hacían falta hasta obtener todo lo necesario.
  — ¿Te bañas primero tú? — Pregunté
  — No Gema, tú báñate primero, así mientras yo me baño tú te pones preciosa ¿Te parece?
Tomé una toalla limpia, mi ropa y me dirigí al baño, me di un relajante baño, al terminar comencé a vestirme pues en mi habitación estaba Gerry y lo conozco no se iba a querer salir y probablemente me mandaría a otra habitación a cambiarme, cuando estaba a punto de ponerme en pantalón lo desdoble y me di cuenta que era más grande de lo usual
  — ¡Que distraída soy!
Me había equivocado de pantalón y había tomado el de Gerry y claro como ambos eran exactamente del mismo color y estaban dóblanos como no confundirse, abrí un poco la puerta y le hablé a Gerry para pedirle me diera el pantalón correcto pero seguramente estaba viendo la televisión con mucho volumen y nunca me escucho así que tomé mi celular y lo llame
  — ¿Que sucede? — Respondió al otro lado del teléfono, le expliqué que había surgido una confusión con los pantalones y necesitaba el mío.
  — Lo siento Gema, tendrás que salir en ropa interior — Bromeó
  — ¡Que gracioso!
Enseguida lo vi acercarse y saqué una mano para recibirlo intercambiándolo por él de él. Termine de vestirme y salí del baño. entré a mi habitación y Gerry se encontraba cómodamente acostado en la cama mirando una caricatura que le encanta en Netflix
  — Ahora comprendo porque no me escuchaste cuando te llame
Emocionado comenzó a platicarme lo interesante del capítulo que estaba viendo
  — Ve a bañarte  — Indiqué
  — Espera, solo quince minutos más, ya está por terminar.
Sonreí de ternura pues parecía un niño pequeño emocionado con su programación favorita, cepille mi cabello y comencé a maquillar mi rostro mientras él veía la televisión ignorando todo lo que pasaba a su alrededor, seguramente si me desnudaba en ese momento ni siquiera lo notaría.
Al terminar el capítulo que estaba viendo tomó su toalla que ya tenía en mi casa y se dirigió a la regadera mientras yo terminaba de alistarme, al salir vestido ambos nos miramos e hicimos un gesto de emoción
  — ¡Que bonitos nos vemos!
Ambos llevábamos puestos un pantalón azul, una camisa blanca con franjas azules, una chamarra bastante gruesa color amarillo y unos botines color café.
Nos dirigimos hacia el espejo y comenzamos a tomarnos muchas fotografías de todos los ángulos posibles, Gerry colocó música y mientras terminábamos de arreglarnos cantábamos nuestras canciones favoritas, en medio de su playlist salió una canción que le gusta mucho la cual habla de "aprovechar cada momento de la vida ya que no sabemos cuando nos toca partir, en ella menciona que cuando muera no quiere ver el rostro de los que quiere tristes si no felices porque disfruto su vida"
  — Gema cuando me muera, esa será mi canción — Dijo después de cantar un poco de la canción
De inmediato le lance una mirada de enojo, cerré mi puño y di un golpe en su brazo
   — ¡No digas cosas!
Varias canciones y varias fotografías después salimos de casa listos, antes de llegar a casa de mis tíos al igual que el año pasado fuimos al centro del lugar en donde viví en busca de una piñata, encontramos una colorida y bonita la cual compramos, después de ello nos dirigimos a la dulcería más cercana y tomamos todos los paquetes de dulces que nos fue posible, cargamos nuestros dulces y nuestra piñata y ahora si en camino a casa de mis tíos, al llegar ya todos estaban listos, saludamos a quienes se encontraban y en ese momento Gerry conoció a Eduardo, el esposo de Mariand a quien nunca había visto antes debido a que por su trabajo regularmente no estaba los fines de semana, nos sentamos a mitad de la sala, destapamos nuestras bolsas de dulces y los metimos a la piñata.
Pocos minutos antes de la hora esperada nos reunimos todos en la mesa, esperando la media noche, cuando esta llegó como cada año Don Lucio se levantó de la mesa y brindó unas palabras de agradecimiento por llegar hasta este momento, agradeció a cada uno de los que estábamos allí por la compañía e hizo saber que todo integrante de la mesa era bienvenido, después de las palabras nos levantamos de la mesa y los dimos el abrazo navideño a la media noche
  — Gracias por terminar otro año más juntos — Dijo Gerry mientras me abrazaba, le regale una sonrisa y él correspondió
Me acerqué a mis tíos y los abrace a ambos al mismo tiempo
  — Gracias chicos, gracias por todo lo que han hecho por mi, por no dejarme sola y estar conmigo en todo momento, por regalarme esta y otras navidades en familia, los quiero mucho aunque quizá no con mucha frecuencia se los diga. — Les dije mientras los miraba y tomaba sus manos
  — Sabes que los dos te queremos mucho, te queremos más que una sobrina, desde que tu mamá se fue te hemos insistido que vivas con nosotros, nos haría feliz que vivas aquí, sabes que eres bienvenida, solo es cosa que te decidas.
Los abrace nuevamente debido a que no sabía que decir ante estas palabras, en el fondo moría de ganas por vivir con ellos pues el cariño que les tengo es enorme y me haría feliz formar una familia a su lado pero tengo motivos y miedos para no aceptar, motivos que nadie sabe.
Después de haber abrazado a cada uno de los integrantes cada quien tomó asiento en su respectivo lugar y llegó el momento de compartir la comida, a mitad de la cena el pequeño Raul hijo de Aarón se acercó a mi pues últimamente me seguía más de lo habitual, incluso comenzaba a ser cariñoso y abrazarme, algunas otras veces sentía celos cuando Gerry se acercaba a mi y le decía "Gerry, Gema es mía", lo cual admito era gracioso, el pequeño Niño de dls años me pidió lo sentara sobre mis piernas así que lo levanté con ambos brazos y lo cargué, cuando eso ocurrió Gerry para molestarlo me tomó de la mano lo cual al parecer si causó celos en él Niño pues él tomó mi mano y dijo — Gema, abrázame con las dos maños porque me puedo caer —obligándome  a soltar a Gerry
  — Parece que tienes competencia — Añadió don Lucio dirigiéndose a Gerry lo cual causó risa a algunos integrantes de la familia.
Al finalizar la cena, mientras colocaban la fogata afuera Mariand sugirió jugar verdad o reto entre mis tíos, Eduardo, Gerry y yo.
No muy convencidos aceptamos pues no es un juego que quieras jugar con tu familia, todos en todas las rondas eligieron verdad pues nadie se animaría a acortar un reto pues no sabíamos que tan fuertes serían.
  — Gema ¿Verdad o reto? — Pregunto Mariand
  — Verdad — Respondí sin pensarlo dos veces
  — ¿Porque terminaste con tu ex?
¡Que pregunta tan más incómoda! Pensé dentro de mi.
  — Porque lo descubrí siendo infiel — Respondí
— Gerry ¿Verdad o reto?
— ¡Verdad!
— ¿Porque eres tan celoso? — Preguntó Mariand
— ¡Ay! No se, siempre me ha costado mucho, verdaderamente mucho confiar en las personas.
  — ¿Te engañaron o porque?
  — No, nadie me engaño, Gema es mi primera novia, en general con la gente me cuesta mucho confiar.
— A mi me engaño mi primer novio y no soy nada celosa — Añadí
Nuestro juego se vio interrumpido cuando nos avisaron que ya podíamos salir pues la fogata y los postres ya se encontraban afuera, así que cada quien tomó su silla y salimos a reunirnos al calor de la fogata, como era de esperarse de él fanatismo de los fuegos artificiales de tío Miguel saco una enorme bolsa con ellos y comenzó a repartirlos a quienes ya nos encontrábamos en círculo alrededor de la fogata.
Durante la madrugada comimos muchos postres que se habían preparado previamente, es la noche que todos comemos como si no existiera un mañana.
Llegada la madrugada el momento de romper la piñata había llegado, fuimos por ella adentro y la preparamos para ser colgada, Gerry no dudo ni un segundo en ser el quien la sostendría pues le divierte ver como luchamos por romperla mientras él lo impide, subió en una escalera y se sentó sobre la barda de la casa en donde la sostuvo mientras se reía como si fuéramos su diversión, al igual que el año pasado le tomé la misma fotografía sosteniendo la piñata, ahora tenía dls fotos exactamente igual pero de distinto año, me causaba ternura ese momento, quiero tener una colección de fotografías de muchos años.
Cuando por fin logramos romperla y los dulces callaron al suelo todos levantamos algunos de ellos sin esperarnos que Mariand y su esposo habían colocado monedas dentro de ella.
Aproximadamente a las cinco de la mañana seguíamos despiertos y como nuevos, tal como si las horas no hubieran pasado, la convivencia seguía, pasaron algunas horas, estaba a punto de amanecer cuando a Anita, Katia, Gerry y yo se nos ocurrió una idea
— ¡Bromas telefónicas!
Para esta hora ya estaban a punto de dar las seis de la mañana así que la mayoría ya estaban adentro debido al frío así que pudimos llevar a cabo nuestras bromas sin que nos escucharan, saje mi teléfono celular pues fue el elegido mientras que Gerry y Katia buscaban entre sus contactos a nuestras próximas víctimas, llamamos a un par de amigos de Katia y a otros cuantos de Gerry quienes jamás se enteraron de quienes eran los autores detrás de aquellas bromas pues nadie tenía mi número celular entre sus registros, algunos tomaron aquellas bromas como algo divertido mientras otros cuantos se molestaban y colgaban el celular, no dejaba de ser graciosas sus reacciones, nuestras voces fingidas y chistes malos mientras los otros atrás aguantaban la risa para no arruinar todo.
El sol comenzó a salir lo cual significaba que debíamos ir a dormir todos ya que en máximo dos huras sería momento de despertar nuevamente, cada quien fue a su respectivo lugar para dormir.
Aproximadamente 3 o quizá 4 horas más tarde llegó el momento de despertar y compartir el desayuno para luego barrer y hacer el aseo de todo el patio pues una noche anterior había quedado un verdadero desorden. Cuando baje del segundo piso hacia el comedor me di cuenta que Tío Miguel y Gerry buscaban algo así que pregunté que era lo que deseaban encontrar
— Alguien perdió su cartera — Exclamó tío Miguel
— ¿Perdiste tu cartera? — Pregunté a Gerry para confirmar tal hecho.
— Si, ya la hemos buscado por todos lados pero no está.
Después de buscar por varios minutos más Gerry l dio totalmente por perdida suponiendo que quizá la dejó en la calle cuando pagó las piñatas y los dulces debido a que después de eso ya no volvió a sacarla de su pantalón.
Terminamos el destino y el aseo, la casa ya estaba impecable, cada uno fuimos a darnos un baño que termino de despertarnos, ya sólo faltaba yo pues había decidido bañarme al final, al salir de bañarme, mi tío y Gerry compartían algunas risas
— ¡Ya encontramos la cartera! — Comentó mi tío
— ¿En donde imaginas que estaba? — Preguntó Gerry
— No tengo idea — Respondí encogiéndome de hombros
— Mientras me bañaba hice una recapitulación de todo lo que había sucedido la noche anterior así que recordé el momento de la piñata, el momento en que me subí para sostenerla, me quede sentado sobre la barda así que subí las escaleras y efectivamente ahí estaba mi cartera intacta.
— Se vio muy gracioso como hizo recapitulación de todo y cuando menos lo espere ya estaba sobre la barda con la cartera en la mano — Añadió tío Miguel
Después de conversas sobre la aventura entramos a casa, en el momento exacto en que mi tía Lupe nos vio, exclamó su muy común
— ¡Ridiculos!
Esto debido a que además de haber comprado ropa para navidad compramos ropa para el día siguiente y en este momento ambos portábamos un juego de pants deportivos color negro con franjas blancas a los costados, unas panteras blancas con estampado de corazón y unos tenis de la misma marca de los juegos de pants en color blanco con líneas azules y rojas, pasamos la tarde entera en casa de mis tíos, cuando comenzaba a atardecer nos despedimos y nos dirigimos hacia mi casa, al llegar entramos a mi habitación y nos acostamos sobre mi cama pues el sueño comenzaba a hacerse presente, justo en el momento en que comenzábamos a dormir, su celular comenzó a sonar.
  — Es mi tía Clara — Dijo Gerry con voz adormilada
  — Respóndele
Tomó la llamada y al otro lado pude escuchar a su tía quien le pedía fuera a ayudarle a algunas cosas dentro de su hogar debido a que esa noche no tenía quien se quedara con ella, volteó a mirarme y en voz baja pregunto — ¿Que hago?
  — Ve con ella, te necesita... — Respondí hablando en voz baja para que no se escuchara al otro lado del celular
  — Si tía, estoy en casa de Gema, llego en una hora aproximadamente.
Colgó la llamada, se colocó los zapatos y yo hice lo mismo. 
  — Oye Gema, el esposo de Mariand me agrado mucho, se ve un buen hombre, además de que en algunas cosas me identifique con el. — Añadió Gerry mientras se alistaba para irse
  — Si, es agradable — Respondí
Gerry salió de la habitación y mojó su rostro con agua fría para terminar de despertar, se acercó a mí para despedirse y salió de casa. 

1460 días junto a él Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu