- ¡Víboras!, ¡Eso es lo que son, desean hacer leña del árbol caído, alimañas! _grita Magdalena mientras ingresa a su hogar, venía en ese estado desde la mitad del camino de regreso.
- Querida, por favor _suplica el marido.
- ¡Pero no les voy a dar el gusto! ¡¿Me oyeron?! ¡Van a tragarse sus palabras malditas serpientes venenosas! _finaliza sus gritos una vez su esposo cierra la puerta.
Las tres jovencitas bajaron de inmediato al oír el escándalo.
- ¿Mamá, papá, que pasa? _pregunta Mariana.
- Mamá, pareces una verdulera _regaña Martina.
- Hijas, mías, por motivos de fuerza mayor, nos mudamos a una mansión _informa la matriarca.
- ¡¿A una mansión?! _preguntan las dos castañas.
- Eso o nos fugamos del país, pero no podemos seguir en esta casa por mucho tiempo _afirma retomando la compostura.
- ¿Querida, como nos vamos a mudar a una mansión que no tenemos? _pregunta el mayor.
- Tú, renacuajo, me vas a conseguir mi mansión y mi fiesta de en sueño, así tengas que vender tu alma al diablo _reclama con llamas en los ojos.
- S-si, querida _asiente mientras tiembla.
- Fuera de mi camino _ordena viendo a su hijastra_ vende la suya también _finaliza apuntando a la pelimorada.
- ¿Papá, nos vas a explicar? _dice ña de cabello corto.
- Haz algo, esta histérica _indica la gemela mayor.
- Lo siento, chicas, pero creo que lo mejor para nuestro matrimonio es cerrar la boca _afirma mientras abraza por los hombros a sus dos hijas.
- Que horror... _niega Martina.
°◇Al día siguiente◇°
- Su zumo de manzana, señora Magdalena _habla Dalia dándole el vaso.
- Dije que quería de moras, ¿ni siquiera sabes hacer eso? _reclama la adulta.
- Pero dijo "Manzana", la oí bien _insiste confundida.
- ¿Me estas diciendo loca, niña? _cuestiona viéndola fijamente.
- Mamá yo también escuché que dijiste manzana _interviene Mariana.
- Bueno, pues ahora quiero uno de moras, muévete _ordena, y la menor va de inmediato a la cocina.
Ronald tomó un panecillo antes de ver a su esposa, respiro hondo antes de hablarle.
- ¿Sigues enojada, mi amor? _pregunta con miedo.
- Tú no hables si no es para decirme que empaque mis cosas para mudarme a mi mansión de lujo _lo mira clavando el cuchillo en su plato de huevos con jamón.
- Zumo de moras, señora Magdalena _habla la ojiazul dándole a su madrastra lo que pidió.
- Eres una lenta _responde tomando el vaso.
- Me voy a mi despacho, nos vemos, querida _se despide poniéndose de pie y tomando su saco.
- Haz algo bueno en tu vida y pídele un aumento al tacaño de tu jefe, mi mansión no va a comprarse sola _indica igual de enojada.
- Nos vemos en la noche, niñas _se despide con un beso en la frente a las gemelas.
- Adiós, papá _responden al unísono.
La puerta se cerró tras el padre, dejando en casa a las mujeres.
- Estas siendo muy cruel con él, mamá _habla Mariana.
- Hija mía, así es como hay que tratar a los hombres para que no se pasen de listos. Una tiene sus ambiciones _afirma la adulta, tomando una pieza de pan de la cesta.
- Es verdad, yo también deseo vivir en una mansión tan grande que necesite un mapa para hayar mi habitación _responde la gemela mayor.
- El dinero no lo es todo, Martina _aconseja la de cabello corto.
- Esos son sentimentalismos baratos, hermanita. Tal como dice mi mamá, si una no los domina, ellos lo harán _insiste mientras la madre la mira orgullosa_ pero claro, ¿que vas a saber tú?, si el único chico que te se ha fijado en tí es un gato sin oficio ni beneficio, y que para colmo, solo te utilizó _molesta finalizando con un mohin en los labios.
- ¡Cállate, tú no sabes nada! _grita antes de lanzarse sobre su hermana.
- ¡Suéltame, idiota! _reclama la mayor.
Y en menos de dos segundos, las hermanas estaban en el suelo casi matándose la una a la otra.
- ¡Niñas, basta ya! _suplica la madre, luego de separarlas.
Ambas estaban despeinadas pero se veían como ojos matadores.
- Dalia, ve a comprar algo para bajarles los golpes _ordena seriamente.
- Si, señora Magdalena _asiente tomando el dinero para ir corriendo a comprar el encargo.
- Ahora mismo me van a explicar que pasa aquí, ¿por que le dices esas cosas a tu hermana, Martina? _cuestiona la mayor.
- ¿Que, no sabías? Tú hija, por qué no hay forma de que sea mi hermana, fue terminada por un patán que no daba una, el canalla solo estuvo con ella por una apuesta y ahora le llora como a un santo _habla cruzándose de brazos.
- Pero Mariana... _susurra la adulta.
- Caleb no es ningún canalla, no lo juzgues sin conocerlo _reclama la gemela menor.
- Es un ocioso, y para colmo es más feo que un día sin pan. En cambio deberías aprender de mi, Jude es el chico más guapo y como si fuera poco, más asquerosamente rico de todo el Instituto, quizás te pueda presentar a sus amigos aunque... no creo que estés a la altura _la molesta, casi desatando una pelea más entre las dos.
- Eres una... _habla lista para lanzarce sobre ella nuevamente.
- Basta, no se peleen más _ordena la matriarca.
- Como si Sharp fuera a tener en cuenta a una chica tan interesada _responde Mariana.
- Que poco me conoces, Marianita, te recuerdo que donde yo pongo el ojo, pongo la bala _presume sacando su telefono_ Jude y yo somos oficialmente una pareja desde anoche, está en su perfil.
Finaliza victoriosa mostrando una fotografía de ellos besándose.
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Lo Bueno Llega al Final [Jude Sharp × Lectora]
FanfictionRuth terminó con su novio una noche después de descubrir que este le había sido infiel con otra mujer, y se fue de su vida para siempre, o eso creía ella. 5 años después, Ronald, el ex de Ruth, recibe la noticia de que la misma ha sido diagnosticada...