Horror

43 2 0
                                    


La situación se estaba complicando y empeoraba conforme avanzaban los días

Podía sentir las miradas curiosas cuando salía a caminar, lograba escuchar los murmullos a sus espaldas. Y lo de anoche, no entendía porque ocurrió; solo sabía que lo había estropeado

No quería hacerlo, en verdad no quería; pero se convertía en un completo estúpido cuando se trataba de él

Toda la seguridad que en algún momento de su vida tuvo, desaparecía; se evaporaba como el agua de lluvia sobre el césped

El recipiente que sostenía estaba casi vacío, derramo parte de su contenido sobre su camisa; así que tenía andar el resto del camino tratando de cubrir la escandalosa mancha roja sobre esta

No era sencillo, pero lo haría y ya

La guardia del edificio efectuaba un cambio a las 2 de la mañana, tendría que esperar solo 20 minutos en su escondite. Conto los segundos mientras miraba su ventana, lo sentía

Su ansiedad creciendo

Cuando el hombre del portón se levantó, se movió rápidamente; debía subir por la escalera del fondo, esa donde la iluminación fallaba a partir del segundo piso

Apenas llego al sexto nivel, fue capaz de olfatear la podredumbre que salía de su habitación; voces, miradas, llantos; lograban salir de esa puerta; y él, Jotaro Kujo, era la única persona que lo sabía. Solo en su mente, permanecían los rostros de todos aquellos que había asesinado, cada vida tomada, exclusivamente para él

Aun así, se acercó y giro la perilla con suavidad; la repulsión y la culpa se desvanecieron en cuanto cruzo el umbral del departamento, el hartazgo disminuyo y fue sustituido por el placentero alivio de su presencia

- Tardaste mucho – le dio la bienvenida sin siquiera mirarlo, estaba absorto en cepillar su largo cabello
- No podía…
- Ya nunca puedes Jojo – reprendió – no comprendes lo necesario que eres para mi

Esas palabras le dolían, pero lo merecía. Quizás era parte de una amarga expiación. Rodeo el espacio que los separaba dejando el recipiente sobre la mesa enfrente suyo

- ¿Lo soy? – cuestiono acercándose
- Lo eres – suavizo sus facciones al por fin mirarle, tan hermoso y delicado justo como cuando lo conoció – no estaría vivo sino fuera por ti

Noriaki se levantó, su nívea piel contrastaba con el tono rojizo de sus labios; sus iris amatistas lo contemplaban extasiado; justo había terminado de alimentarse

- Te debo todo Jojo – deslizo su mano sobre su mejilla, pintándola de carmín - ¿verdad, que yo también soy así de importante para ti?

Su corazón latió con fuerza; la misma adrenalina que sintió al saberse amado por ‘ese hombre’ casi irreal empezó a correr por sus venas; un grato calor lo empujo a ese pequeño y delgado cuerpo

El castaño busco refugio entre sus fuertes brazos; Jotaro lo acuno como si se tratase de un ser indefenso, hundiéndose y aspirando el aroma de su cabello, dejándose llevar por la vorágine de sensaciones que provocaba dentro suyo

- Lo arruine otra vez Nori, lo siento
- No lo has arruinado del todo querido – lo consoló enredando los dedos entre sus rizos negros – siempre puedes arreglarlo, ¿no es así?

Cuando escuchaba esa voz; su deseo crecía, un desenfreno que percibía en cada parte de su ser; Noriaki lo sabía, por eso sin pudor alguno lo tocaba, restregaba su cuerpo inmortal en el del maltrecho pacto que mantenía desde hacía casi 15 años

Jojo jadeo cuando esa cálida lengua toco su cuello y toda la culpa, la vergüenza o el arrepentimiento que pudo haber experimentado esa noche, se hablan esfumado

- Lo arreglare
- ¿Y por qué lo harás Jojo? – pregunto depositando un fugaz beso en sus labios
- Porque te amo

Noriaki sonrió con malicia, se regodeo del poder que lograba con unas cuantas caricias y un montón de cursilería barata

Después de todo, los humanos eran tan patéticos

- Sangre joven – ordeno a su sirviente, hundiendo las uñas en su piel – arriba… y rápido… ese bebé no ha querido dejar de llorar

🍷

Jotakak Week 2023Where stories live. Discover now