-Freen, ya estamos en casa- murmuró, moviendo su brazo hasta que Freen despertó, al mismo tiempo que Becky.

Freen miró por la ventana al exterior, una sonrisa cansada se plantó en sus labios, destrabando la puerta.

Escuchó aplausos, quiso reír y llorar al mismo tiempo.

Freen miró por la ventana al exterior, una sonrisa cansada se plantó en sus labios, destrabando la puerta.

Escuchó aplausos, quiso reír y llorar al mismo tiempo.

Su padre se acercó a ella, con pasó apresurado, abrazándola con fuerza.

Freen sintió el agradable y una vez fuerte aroma a bosque y tabaco de su padre, apenas entendió las palabras bonitas que le dedicó.

El hombre tampoco podía hablar claramente, ahorrando sus lágrimas en sus ojos.

-¡Freen!

La nombrada miró sobre el hombro de su padre, hacia la mujer que venía corriendo hacia donde estaba, su corazón se encogió un poco, viendo a quien recordaba con su pelo pulcramente peinado y completamente lacio, siempre vestida de forma elegante pero casual, ahora con el cabello más largo y de tono gris, despeinada y con lo que parecía un pijama.

Su madre había cambiado mucho en poco tiempo.

El hombre la soltó y ella corrió hacia la beta que le dio la vida, a pesar que sintió el olor a humo de cigarrillo antes de que su encontrarán en un emotivo abrazo.

Su madre la abrazaba con fuerza, preguntando si era real, descargando mares de lágrimas.

-Es real, mamá- murmuró, con la voz rota de las lágrimas.

Escuchó la risa de la mujer, entre sollozos. Su madre se separó un poco para llenar de besos su rostro, apretando sus mejillas un poco, haciéndola reír.

Freen sintió un tirón en su remera, volteando para ver a Becky, que se frotaba las lágrimas de sus ojos, con una leve sonrisa.

Freen se sorprendió un poco, tomando su rostro y limpiando sus húmedas mejillas.

-Cachorra, ¿Qué pasa?

Becky rio un poco.

-Estoy llorando por tus emociones.

Freen sonrió un poco, rodeando a Becky con un brazo, hizo un ademán hacia su madre.

-Hola, de nuevo- dijo la omega, e hizo una reverencia hacia la señora.

Dejando de lado cualquier formalismo, la mujer la abrazó, sin dejar de sonreír.

Sintió el aroma de su padre antes de que este colocara una mano sobre su hombro, invitándolas a entrar, donde más gente (desde empleados, hasta familiares, que esperaba su llegada desde que Heng había llamado para decir que la había encontrado).

Tanto Freen como Becky se sintieron abrumadas ante tantas miradas, al punto en que la omega se había apegado a la mayor, sin soltar su brazo.

La gente tardó un momento en darse cuenta de la incomodidad de ambas, y una empleada las guio hasta el cuarto de Freen, que estaba tal y como lo había dejado años atrás, permitiéndoles un poco de paz.

Abrazadas sobre la cama, calmándose con el aroma de la otra, olvidando la mezcla de olores de tantas personas, ambas se sonrieron.

Freen acarició el rostro de Becky dejando un tierno beso en su nariz.

-Gracias por hacer que vuelva- murmuró.

Becky tardó un momento en entender.

De no ser por ella, Freen no hubiera recuperado su loba, y seguiría con su vida de falsa beta, lejos de su hogar y su familia.

-Gracias por adoptar un perrito mugriento- Becky rio, haciendo que Freen lo haga también.

-Eres linda incluso como una pulgosa.

-¡No tengo pulgas! - se quejó, haciendo que su voz se volviera más aguda.

Freen no pudo evitar reír, la abrazó más fuerte, al punto en que la omega soltó un quejido.

Las manos de la alfa fueron hacia el vientre de Becky, sonriendo tiernamente.

Sus miradas se encontraron, llenando a la otra con cariño, Becky sintió seguridad, y su corazón aleteo por la emoción de Freen.

-Gracias por esto- murmuró la mayor, refiriéndose no sólo hacia el cachorro que Becky llevaba, sino también a su relación, y ese ambiente de cariño que ambas podían crear.

Becky sonrió, y eliminó la distancia para besar a Freen con lentitud, siendo correspondido al instante, en un lento y tierno baile de labios y lenguas.

No dijo nada más, no lo sintió necesario, podría sentir la gratitud de la otra en sus pechos, y sólo continuaron abrazadas para dormir, en paz, con una sonrisa en los labios.

No dijo nada más, no lo sintió necesario, podría sentir la gratitud de la otra en sus pechos, y sólo continuaron abrazadas para dormir, en paz, con una sonrisa en los labios

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DELTA || FreenbeckyWhere stories live. Discover now