—Es un gusto, Irene— me aclaro la garganta.

—El gusto es mío Antonella y permíteme decirte que ese vestido te queda hermoso.

—Lo mismo digo del tuyo, muy favorable.

—Y por último...— bromeó papá. Puse los ojos en blanco. Lionel se inclinó hacia mi para dejar un beso en mi cabeza con cariño.

—Creo que no necesito presentación, ¿recuerdas quien soy, Nell?— usaba esa voz picarona y burlona que lo caracteriza, y que solo yo conocía. Mis ojos viajan hacia él, quien obtiene mi atención de inmediato. Lionel Herrán me observa desde arriba, con su cabello negro perfectamente peinado, su traje negro y la mano forrada de anillos. Está sonriendo.

—Hola, Leo. No sabia que habías vuelto.

—Yo tampoco sabía que vendría, pero ya sabes como es tu padre. Me ha amenazado.

—¿Que te he amenazado? ¡literalmente me haz ofrecido tu casa para hacer el evento!— papá se ofende y quiere continuar hablando pero alguien lo llama y el se disculpa antes de marcharse. Los demás reímos.

—¿Como te está yendo en la universidad?— pregunta Jeremiah, dándose un trago de su whiskey.

—De maravilla, pero agradezco las vacaciones.

—¿Querías volver?— pregunta Irene, desviando la atención de Lionel hacía mi.

Frunzo el ceño al notar nuevamente lo íntimos que parecen.

—Estaba entusiasmada por volver— suelto una pequeña risa, pasándome una mano por el cabello. De hecho si lo estaba, extrañaba las fiestas, a mis amigos y a algunas cosas más.

Visualizo a un amigo; Sebastian, subiendo las escaleras. Me alejo, disculpándome, y camino detrás de él hacia la segunda planta. Se detiene en una esquina y al notarme sus labios atacan los míos. Jadeo, aferrándome a sus hombros para no caerme, ya que siento las piernas flaquear.

—Bash— llamo soltando un gemido involuntario— detente, alguien podría encontrarnos.

Gruñó. Yo también odiaba detenerlo, pero lo último que quería era que alguien nos encontrase y armasen un escándalo por estarme besuqueando al mejor amigo de mi hermano.

—Pero me encanta besarte– deja un pequeño beso antes de alejarse completamente— ¿Como va la universidad?

Suelto un bufido y me muevo hacia la barandilla.

—Joder, todos me preguntan de la universidad.

Levanta las manos en son de paz.

—Pensé que querías hablar de ello.

—Fue tan terrible, que quiero borrar ese recuerdo de mi cabeza— me miró con diversión.

Sebastian Bennett ha sido mejor amigo de mi hermano desde que usan pañales y mi folla-amigo desde el año pasado. Había acabado la universidad y ahora trabaja en un bufete de abogados junto a su padre. Pero me agrada saber que, aunque no tenemos una relación, podemos follar y a ninguno le molesta.

—¿Que fue lo más malo qué pudo haberte ocurrido, Antonella?

—Te lo contaré cuando esté lista— le lancé un beso antes de alejarme y volver a bajar las escaleras, encontrándome allí con Irene.

—¿Encontraste el baño?— preguntó.

No había ido al baño, pero ya que esta era la casa de Lionel y había venido casi mi vida entera, sabia donde estaba.

—A la derecha, la puerta del final.

—Muchas gracias, la casa de Lionel es muy grande. ¿Haz pasado veranos aquí, cierto?

El Mejor Amigo De Mi Padre. Where stories live. Discover now