El resto la imito

Si ya era la última, mejor tomarla lo más rápido posible, así podría irse a dormir pronto

Así lo hizo, acabo con ese vaso al tiempo que una melodía conocida llegaba hasta sus oídos

- ¡Esa es mi canción! – proclamo levantándose de su lugar, iniciando un contoneo, cerrando los ojos dejándose llevar por el ritmo

Los abrió cuando escucho las palmas sonar, un par de sus compañeros lo alentaban, además de… ¿el profesor Kujo?

¿El profe Kujo sabia sonreír? Porque era la primera vez que lo veía hacerlo y sorprendentemente se veía muy… ¿lindo?

Las mejillas rojas de Nori se encendieron casi del mismo tono que su cabello; y aunque bajo la intensidad del baile, no podía dejar de ver al adulto sentado a unos cuantos metros de él

Llevaba esa gabardina blanca que parecía no dejar de usar, sin embargo, no llevaba la gorra puesta, se le formaban unos rizos sobre la frente

Con esa iluminación empezó a dudar de algo que ya daba por hecho, ¿sus ojos eran azules o verdes?

En el laboratorio se veían verdes, pero ahora era posible decidirse

Su canción termino y ubico la silla en la que se encontraba por puro instinto, porque no era capaz de despegar su mirada de la del mayor. Al notarlo, este volvió a sonreírle

Dios, ¿Cómo podía ser el profe Kujo tan guapo? O peor aún ¿Por qué alguien así de condenadamente apuesto seguía mirándolo?

Nuevamente la sed, salió de su ensimismamiento y pidió, la que esta vez, si iba a ser la última

- ¿Cuántas llevas Kakyoin? – cuestiono Kujo quien en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en el asiento de al lado
- Ho… hola profe – atino a decir, tratando de identificar el olor que emanaba de ese hombre

Con un movimiento de su mano, Kujo llevo sus rizos rebeldes hacia atrás

- Hola – contesto divertido - ¿Cuántas entonces?

El sonrojo en su rostro era permanente, esperaba que de notarlo, su profesor creyera que se trataba de la luz

- Dos… - la mirada ajena se acentuó incrédula – bueno tres
- No creo que tres sean suficientes para hacer que uno de los chicos más tímidos de mi clase baile como lo hiciste tu

¡¿Pues de qué manera había bailado?!

Pues normal, en su mente todo lo que hacia estaba tranquilo, en una adorable y relajante calma, el profe Kujo exageraba; igual que todos los adultos

- No he bebido tanto – le aseguro – seguramente usted bebía de más cuando era más joven

No supo de donde salió eso, pero lo dijo; Kujo estaba sorprendido

- Has hablado mas de lo que hiciste en todo el semestre
- Eso no es cierto – rebatió – yo siempre participo en sus clases
- Decir ‘presente’ no es participar
- Es que su clase no es de hablar mucho – se justificó – es mas de poner atención y… y mirar lo que usted hace...

Contemplar sus movimientos, su manera de sostener el libro frente a su cara, aquel ademán al inclinar su gorra; el como llevaba su cigarrillo a los labios en el salón de profesores cuando ningún alumno, salvo Noriaki, lo veía

Era inevitable sentirse atraido por él, el profe Kujo era tan guapo

Noriaki no hablaba en su clase porque sus ojos lo ponían nervioso, pero en ese momento, con quien sabe cuantas copas encima, ese nerviosismo desaparecía

Su “última” bebida llego, el pelirrojo miro al adulto y el vaso alternadamente; no quería otra ronda de cuestionamientos; eligió ceder y levantarse para ya irse a dormir

Pero hacer eso tan de golpe lo hizo tambalearse y sujetarse del brazo del profesor para no besar el piso. Noriaki se preocupó, pero una risa nerviosa le gano pues percibió unos músculos tensarse aun con aquella tela cubriéndolos

Se los imagino alrededor de su cuerpo, levantándolo suavemente, colocándolo sobre una cama

Comenzaba a hacer calor. Con la mano libre sacudió el cuello de su playera, eso lo refrescaría

El aire del exterior también le ayudo

El pelinegro no lo llevaba en calidad de bulto, más bien se mantenía a su lado tratando de mantener la verticalidad en su ebrio estudiante

- Mañana hay que ir a las aguas termales, ¿profe usted conoce las aguas termales?
- Las de esta ciudad no
- Oiga profe, ¿usted no es tan viejo verdad?

Kujo supo que la conversación de borrachos había iniciado

- Tengo 28

La risa nerviosa otra vez

- Solo son 10 años, yo creí que serían más – grito – bueno, mi cumpleaños es la próxima semana, entonces son 9

El mayor ignoro eso, se ocupo de presionar el botón del ascensor que no tardo en abrirse, el joven entro y de inmediato se recargo en una de las paredes de este

- 9 años, solo 9 años – se repetía a si mismo con los ojos cerrados

El aparato se detendría en el 4º nivel, todo el equipo de oratoria se hospedaba en ese piso, cada uno de los dos profesores encargados en un extremo del pasillo, Kujo sabía que Higashikata se alojaba con el chico, pero el primero seguía en la mesa del restaurante

Esperaba que el pelirrojo llevase consigo la tarjeta para entrar a la habitación

- Oiga profe…
- Mph
- ¿Usted tiene novia?

Kujo estaba verdaderamente sorprendido por el cambio que podía provocar el alcohol en una persona tan reservada como lo era su alumno

- No, no tengo – respondió con una sonrisa
- ¿Y novio?

El ascensor se detuvo

- No, tampoco tengo novio – carraspeo un tanto incómodo – dime Kakyoin, tienes la tarjeta de la…

No alcanzo a reaccionar porque el menor se habia movido de prisa, se congelo

Pero para Noriaki todo, todo había comenzado a dar vueltas; giraba aun cuando ya no se movía; la intoxicación etílica en sus venas fue demasiada

La prueba de ello estaba justo sobre sus labios; posados con algo de desesperación en un apretado roce sobre los de su profesor

(...)

😜

Jotakak Week 2023Where stories live. Discover now