[Editando]
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Wei Wuxian acaba de darse cuenta de que ama a Lan Zhan y quiere casarse con él, pero antes debe resolver miles de conflictos.
ー ¿¡ 𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙙𝙚𝙢𝙤𝙣𝙞𝙤𝙨 𝙚𝙨 𝙩𝙖𝙣 𝙙𝙞𝙛í𝙘𝙞𝙡 𝙥𝙚𝙙𝙞𝙧 𝙢𝙖𝙩𝙧�...
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¿QUÉ SI ESTABA nervioso? Wei Wuxian estaba apunto de morir nuevamente sólo por los nervios que estaba comenzando a sentir. Y con justa razón, porque pedirle la bendición a alguien que prácticamente te odia, es una tarea que Wei Ying prefería evadir a toda costa.
Pero lo haría, por Lan Zhan, y sólo por él, lo haría.
Y ahí estaba, parado frente el salón ancestral, siendo acompañado por su futuro cuñado, quien también le estaba dando ánimos mentalmente. Lan Xichen también estaba nervioso, sabía que su tío no sería tan receptivo, sobre todo si se trataba de Wuxian, pero tratarían y cómo dice el dicho; "la intención es lo que cuenta".
Después de todo, Wei Ying no se iba a rendir tan fácilmente.
—No, no puedo.
O... puede ser.
Se dio medio vuelta, con la intención de irse, pero Xichen lo detiene, agarrando el cuello de su túnica.
—Vamos, A-Xian, ya llegamos aquí —dice con una sonrisa que Wei Ying no puede ver.
El de cinta roja es arrastrado hasta el salón por unos pasos, luego decide caminar por su cuenta. Toca la puerta del salón y espera unos segundos, cinco en total, antes de oír un "adelante" por parte del Gran maestro.
Wei Ying comienza a sentir los nervios más reales, su estómago hormiguea, sus piernas se sienten como una gelatina y sus manos no dejan de moverse. ¿No hay una enfermedad que tenía dichos síntomas? Wei Ying está demasiado ansioso para recordarlo.
Detienen sus pasos hasta estar frente, y un poco alejado, de Qiren. Wei Ying se inclina y decide hablar.
—Gran maestro, requiero hablar con usted —dice.
Aún le sorprende su capacidad de hablar con tantas formalidades en esos momentos.
—Wei Wuxian —Qiren habla.
Wei Ying no deja de inclinarse, pero sabe que probablemente Qiren se agarra de su barba y la acaricia unas pocas veces, pensando, que niega con la cabeza y lo mira, siente aquella mirada tan pesada sobre suyo.
—Shufu, el tema del que el joven Wei quiere hablar trata de Wangji —Xichen se mete un poco, dirigiendo la conversación.
Wei Ying no sabe si sentirse traicionado o agradecido por ello.
—¿Qué ocurre con Wangji?
Wei Ying deja de inclinarse, para sentarse en el suelo y estirar su cuerpo completamente, reverenciando con más respeto a Qiren.
