Capítulo 1

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Recordaba que aquella vez era una noche fria de invierno. Copos de nieve caían como confeti y la luna iluminaba cual farola el inmenso bosque que rodeaba aquella pequeña ciudad. Todo confabulaba para crear un paisaje de ensueño. Sin embargo, entre las cortinas de niebla y los árboles sin hojas, se desarrollaba una terrible carrera contra el tiempo.

Con sus pequeñas piernas corría una niña de melena azabache, temiendo que la bestia que la había atacado a ella y a su mamá la atrapase y la devorase. Si no fuese porque su madre pudo bloquear a tiempo el ataque de ese monstruo, quizá no estaría hoy recordando ese trágico evento.

—¡Corre, Himeko! ¡Busca a tus tíos! —todavía podía escuchar las últimas palabras de su progenitora, reteniendo a duras penas al inclemente vampiro.

Recordaba con amargura su ingenuidad al creer que sus sobresalientes habilidades serían suficientes para lograr su cometido y que los adultos pondrían fin a la malvada criatura que había osado en perturbar su pacífico sueño. Sin embargo, no le faltó correr mucho más para descubrir que por ser su sueño no todo le saldría como ella querría y que esa misma noche todo su País de las maravillas se pintaría de un brillante color rojo.

 Sin embargo, no le faltó correr mucho más para descubrir que por ser su sueño no todo le saldría como ella querría y que esa misma noche todo su País de las maravillas se pintaría de un brillante color rojo

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—Yagari, pequeña Himeko. ¡Qué gusto volver a verlos! —se lanzó para recibirlos con un abrazo y como era costumbre el actual director de la Academia Cross fue únicamente correspondido por la menor de sus visitantes .

—También es un gusto verlo de nuevo, señor Cross. Que bueno saber que goza de tan buena salud como siempre —saludó con una radiante sonrisa a pesar de ser apretujada entre los brazos del antiguo cazador. Mientras tanto, su padre se limitaba a recostarse en una de las paredes de la oficina y encendía su enésimo cigarrillo del día.

—Y tú has crecido tanto que casi no te reconozco —confesó el director Cross, liberándola por fin de su casi mortal abrazo— Pensar que te vi en el vientre de tu madre.

—Dejemos los saludos para otro momento. ¿Cuál es el estado de Zero? —intervino Yagari, cansado del largo viaje en tren. Lo que menos tenía era energía para soportar la efusiva bienvenida del rubio; sin embargo, a insistencia de su hija fueron a ver al director para aclarar algunas cosas acerca del traslado de escuela y quizá tener la oportunidad de ver al Kiryuu.

Entonces, el director de dicha institución se dirigió hacia uno de los cajones de su escritorio, sacando de ahí un album de fotos que colocó frente a los recién llegados. Himeko tomó la iniciativa de echarle un ojo al contenido de este, viendo con tristeza todos los momentos que se perdió de su querido albino. Touga tampoco se quedó atrás, acercándose para ver junto a su hija las fotografías de esos últimos cuatro años. De repente, una llamó la atención del joven cazador.

—¿Qué es esto? ¿Entró en una etapa rebelde? —cuestionó al apreciar la fría expresión de Zero en la imagen. Era cierto que nunca fue un niño efusivo, pero jamás lo hubiese imaginado con una actitud así.

Rojo Tatuaje (Vampire Knight)Where stories live. Discover now