Me llamo Andrea Robinson, la historia que les voy a contar es de una mansión, pero no como una de las que solemos ver, esta era extraña y anormal. Se encontraba a la vuelta de mi casa. Era inmensa, pero tenia sus problemas. Algunos decian que la casa estaba poseída, otros comentaban que estaba embrujada, ya que sus dueños habian muerto allí a causa de un accidente muy grave. Otros contaban que tenia inteligencia propia y que controlaba cada rincon. Todos la llamaban "La mansion de los muertos".
Era una casa mounstruosa, cada vez que pasaba delante de ella, parecia que me miraba. Su puerta chillaba como un grito, su color era negro como la noche, espantaba a cualquiera que la mirara. El tejado era morado, como cuando los labios se te ponen de ese color por el frío.
Siempre se escuchaban pasos, eso era raro, ya que allí no habitaba nadie. A su alrededor se encontraban flores marchitas, a las que ya no les quedaba ni un aliento por dar. Sus paredes eran de color gris, como la mina de un lapiz. Los marcos de las ventanas eran de color verde como el musgo, sus vidrios estaban llenos de suciedad y tierra.
Un dia estaba con Liam, mi mejor amigo, él estaba jugando a la pelota con sus amigos y yo estaba con mi mejor amiga, Angeles. Lo mirábamos desde la vereda. En un momento la pelota se fue hacia "La mansion de los muertos", entró hacia la misma, y esta tosio con un tono de voz grave y fuerte. Todos nos asustamos, Liam penso que era producto de su imaginación, entonces to grité
-¿¡Ustedes vieron y escucharon lo mismo que yo!?
-¡Sí!- todos contestaron
Liam con gran desesperación gritó
-¡La casa esta viva, corramos!- saliendo disparado hacia nosotras, nos tomó y nos llevó. Cuando nos estabamos yendo, Javier, uno de los amigos de Liam gritó
-¡Liam! Te reto a hacer algo que ni nosotros podriamos hacer-
Liam se acerco donde estaba Javier y contestó
-Que
