Capitulo 10

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—Te lo dije cariño.

—Sabes también podría llamarte margarita —menciono Henri pensativo.

Lograba ver a Henri acostado en mi cama por el espejo frente a mi, perecía tan concentrado en sus pensamientos mirando hacia el techo, mientras que yo no sabia cuántos cambios de atuendo llevaba ya.

El arrogante en mi cama había llegado antes de que yo despertara y el cómo abrió la puerta fue un completo misterio.

—¿Margarita? No me llamo así —sentencie sin mucha importancia—. ¿A caso no te gusta mi nombre?

—No me malinterpretes, adoro cada parte de ti pero gracias a mamá, sé el significado de algunas flores y el de las margaritas es perfecto para ti.

—¿Y cuál es su significado?

—Pero también me gusta pequeña oruga, ya sabes, de donde salen las mariposas.

—No soy una mariposa —dije sin prestarle mucha atención.

Me estaba ajustando los últimos detalles.

Había elegido una falda de color rojo granate que me llegaba por encima de las rodillas, junto con una camisa corta color negro. Aún seguía sintiéndome insegura pero Henri no me daba muchos detalles sobre a donde me llevaría.

—Que tal... Una mezcla de ambas, podría ser... Morita —pensó en voz alta—. No, demasiado infantil.

Sonreí cuando me gire a verlo.
Tenía a Meezly entre sus piernas acariciándola, totalmente concentrado en lo que sea que estaba diciendo.

—Ya se. ¿Morugarita? Si lo sé muy largo y complicado... ¡Igual que tú!

—Listo —me quede ahí para frente a él, expectante a su reacción que nunca llego, en lugar de eso se puso de pie y dejo a mi gatita con cuidado sobre la cama.

—Bien, hora de irnos —menciono estirándose—. Después de usted.

Apreté los labios en una larga línea delgada.

No sé qué era lo que esperaba exactamente.

Ya una vez bajando las escaleras, casi al final Henri me detuvo por el hombro, gire a verlo confundida y luego él se llevó el dedo índice a sus labios.

Entendí que no debía hacer ruido pero ¿Porque?

Terminamos de bajar las escaleras y me tomo de la mano para guiarme hasta la puerta de la cocina, sigilosamente. Justo después de que salimos aun guardaba silencio, hasta que entramos a su auto. soltó un largo suspiro, liberando todo el aire que seguro guardo desde que salimos de mi habitación.

—¿Que ha sido eso? —lo mire extrañada.

—Una escapada.

—¿Una escapada? —repetí—. ¿De quién? Si mama te adora.

—De ella no, de tu novio pesado.

—No es mi novio —aclare rodando los ojos—. Y no sé porque no me sorprende que este aquí. No deja de seguirme a cualquier lado.

—No lo culpo. Si yo fuera el...

—Adivino, también estarías tras de mí.

—Claro que no. Yo jamás te habría perdido —declaro con una amplia sonrisa, arqueando una ceja.

Sin razón aparente, sentí como mis mejillas se calentaron, seguro tomando un color carmesí.

Me gire hacia la ventana para que Henri no lograra verme así, sería vergonzoso.

Eres Tú (+18) Where stories live. Discover now