capitulo 4

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Al final resultaste ser lo que todo el colegio habla de ti.


El profesor de teatro estaba explicando nuevamente, el porque está obra sería el suceso más importante que pasaría en el colegio.

O eso creía que decía.

Hace rato había dejado de prestar atención ya que solía decir lo mismo de cada obra que él dirigía.

En mi opinión Will era un excelente profesor a comparación de los otros profesores y no solo lo decía porque se había convertido en un gran apoyo para mí. Will también daba clases como si fuese lo único que le importará. Era de esas personas de las cuales no les interesaba cuál era su posición o si su trabajo generaba mucho dinero.

Él era profesor de actuación porque de verdad le gustaba ser profesor de actuación.

Diría que era lo único que él consideraba importante en su vida si no fuera por la forma en la que hablaba acerca de esposa cada vez que intentaba darme ánimos.

Su cautivadora y amada esposa -como él solía llamarla- aparecía en el colegio cada vez que Will estaba a cargo de una obra y cada vez que lograba verla ahí sentada con su cabello azabache rizado, a veces trenzado o a veces justo como hoy que lo mantenía suelto luciendo lo largo de el por encima de sus hombros pálidos que el vestido azul dejaba descubiertos. Siempre su maquillaje se basaba solo en una poca cantidad de rubor y un labial rosa.

Mirarla ahí sentada tan atenta a las palabras de Will, estaba segura de que la palabra maravillosa se quedaba corta para ella.

En algunas ocasiones su esposa traía comida para los tres; para Will, para ella y si, también para mí.

Al principio me negaba rotundamente a aceptar cosas de parte de ella, me parecía muy grosero aprovecharme de tal cosa, sin embargo, su esposa Annette insistía tanto para que yo me sintiera cómoda con ellos que ya era inútil rechazarla.

-Bien chicos, ya pueden irse mañana daremos otro ensayo por la tarde -aviso dándose la vuelta pero enseguida regreso como si recordara algo-. Aidah, quiero un ensayo escrito a mano de todo lo que acabo de decir.

Todos se levantaron del suelo dando por terminada la conversación.

-¿Desde qué momento? -comencé a balbucear-. Hace cinco, diez minutos o...

-Aidah...

-Si señor -dije tomando posición firme llevándome una mano a la frente.

Los dos sabíamos que yo no entregaría tal cosa.

Está vez se dio la vuelta sin detenerse, entonces yo ahora sí daba terminada la conversación.

Me di la vuelta pasando una mano por mi cara con frustración.

¿Ahora a dónde iría?

Will bajo los pequeños escalones de la tarima para ir directo con su esposa que ya lo esperaba con los brazos abiertos, al separarse se dieron un pequeño beso en los labios muy alegres.

Mis esperanzas en el amor existían gracias a ellos.

No quería interrumpir, evite acercarme para que así Annette no tuviera oportunidad de hablarme. No era algo en contra de ellos y claramente nunca lo tendría ya que ambos me habían ayudado de cierta forma con mis problemas.

Annette, su esposa, era psicóloga y fue quien me aconsejo para calmarme cuando tuviese un ataque de pánico Y Will, era una persona muy objetiva.

Ellos dos eran una de las pocas razones por las cuales yo aún permaneciera con vida.

Eres Tú (+18) Où les histoires vivent. Découvrez maintenant