-Eres muy considerado, Kakashi. Así será.

Kakashi salió de la Torre Hokage para dirigirse a su casa y preparar sus cosas. Durante el camino se arrepintió de su decisión, quizá estaba forzando la situación o la compañía, pero se había quedado sin opciones y en realidad estaba un poco inquieto, por no decir desesperado. Podía elegir rendirse, era lo más sencillo y lo más correcto, siempre se prometía dejarlo, olvidarlo, pero al final siempre seguía intentándolo, y cómo no hacerlo si se trataba de ella, de su sonrisa, de su rostro, del sonido de su voz y de su compañía que era lo que más disfrutaba.

Comenzó a empacar sus cosas deseando silenciosamente que ella accediera. Era una oportunidad invaluable para acercarse y tenerla un poco más cerca que lo habitual. No estaba bien, no era correcto y estaba más allá de lo profesional y los límites, pero al menos no dañaría a nadie, quizá sólo a él mismo por sus descabelladas ideas de imaginar lo que no era.

Mientras tanto, en la Torre Hokage, la legendaria Sanin preparaba y respondía el pergamino para la misión de Kakashi. Estaba todo casi prácticamente decidido, salvo por la compañía.

-Adelante- gritó cuando alguien tocó a la puerta.

-Tsuande-sama, ya le he avisado que usted la necesita.

-Gracias, Shizune.

-¿Está segura de su decisión? Justamente ella se encuentra entrenando y está logrando buenos resultados, sé que es una misión una poco larga y podría interrumpir su progreso. Hay otras ninjas que podrían ir en su lugar.

-Lo sé. Pero el entrenamiento también requiere un poco de aire fresco, no quiero que ella se encierre y olvide sus habilidades físicas o su trabajo como ninja, así será más fuerte. Y estoy segua que será la más fuerte.

-Sí, ahora entiendo y estoy de acuerdo, Tsuande-sama.

-Adelante- pidió cuando alguien más llamó a la puerta -Debe ser ella.

-¿Me necesitaba, Tsunade-sama?

-Sí, entra por favor. Tengo una misión para ti.

-¿De qué se trata, maestra?

-Aquí tienes el pergamino de la misión, por favor léelo y dime si puedes cumplir con la misión- la ninja leyó el pergamino durante su lectura hizo varios gestos, ninguno de incomodidad, simplemente de sorpresa -Sé que nunca has cumplido con una misión así, por lo que entiendo si te niegas.

-¿Con quién iría a la misión?

-Con Kakashi- la joven ninja dio un respingo por la sorpresa. Seguramente no esperaba esa compañía, y quizá era la última persona que le pasaba por la cabeza.

-¿Iríamos como... ummm?- ni siquiera se atrevía a decirlo en voz alta, no aceptaría.

-Sí- la Hokage tomo el pergamino de la misión y comenzó a buscar entre los papeles las otras candidatas a la misión. Tendría que pedirle a Kakashi que volviera para elegir a alguien más -La misión pide explícitamente que sean ninjas encubiertos, podrían ser marido y mujer, un par de hermanos o padre e hija, pero bueno, por las condiciones no creo que puedan infiltrarse como hermanos y como padre e hija es más improbable, Kakashi es muy joven para ser tu padre.

-Sí...

-Vuelve a tu entrenamiento, te llamaré si surge una misión adecuada para ti.

-Espere, Tsunade-sama, aceptaré la misión.

-¿Estás segura? Es una misión de tres meses.

-Por supuesto, maestra. Quiero ir a esa misión.

-De acuerdo, Sakura, entonces ve a preparar tus cosas. Saldrán mañana a primera hora.

LA MISIÓNWhere stories live. Discover now