Tres

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Los primeros rayos de sol molestaron a Tae haciéndolo despertar y se recrimino por haber cedido al sueño. Ahora la habitación estaba iluminada y pudo notar que ninguna de las terribles cosas que creyó que era el lugar donde lo confinó eran reales.

Se encontraba en una habitación bastante amplia, decorada austeramente, pero con todo lo básico y por lo que parecía no había sido usada en mucho tiempo ya que todas las cosas incluyendo la cama estaban cubiertas de una fina capa de polvo.

Llevo la mano al picaporte, pero este no cedió, seguía cerrado. Se dispuso a explorar el pequeño espacio que al parecer serían sus aposentos temporales.

En el pequeño vistazo que dio desde la ventana se dio cuenta que no había manera de salir de ahí, aun incluso si sobrevivía a la caída de la torre todas las ventanas parecían selladas y solo podía ver la copa de los árboles más altos alzarse sobre la neblina; se preguntó si lo habría hecho la bestia para que no escapara sus presas o era un encantamiento para retenerlo a él.

En un suspiro había investigado todo lo que podría haberlo mantenido entretenido, no había nada en esa habitación más que ropa en los armarios, el tocador estaba completamente vacío, sabía que era arriesgado, pero decidió que era más seguro dejar en los cajones la bola de cristal que su madre le había dado en lugar de traerla con él todo el tiempo si al parecer en algún momento la bestia lo dejaba salir.

Su estómago rugió, no había probado bocado desde la tarde anterior y este no había sido demasiado debido a los nervios, ahora estaba muy arrepentido.

Tae escuchó un murmullo que provenía detrás de la puerta, pero sonaba demasiado bajo para poder entender lo que decían por lo que en silencio se acercó con la esperanza de escuchar mejor.

-Te meterás en problemas-.

-No voy a dejar que mate de hambre a ese pobre chico- se sobresaltó al escuchar que había dos personas detrás de la puerta, aunque eso era imposible.

Su madre le había contado una vez que cuando la bestia fue recluida aquí las personas que estaban bajo su cargo había huido con la ayuda de Edail y el aquelarre para ponerlos a salvo y nadie además de los tributos eran capaces de traspasar los limites así que era imposible que hubiera alguien aquí además de él y el monstruo.

- ¿Así que solo abrirás las cerraduras y esperaras a que el deduzca que es libre? ¿Cómo lo vas a regresar antes de que anochezca? - Taehyung estaba totalmente confundido.

-Yoongi cállate por cinco segundos- el sonido de la llave esta vez fue apenas perceptible probablemente si no hubiera estado escuchando no se habría dado cuenta así que lo más rápido que pudo tomo la perilla y la abrió.

-Eso fue más rápido de lo que pensé, parece astuto ya veo porque Jungkook lo encerró- justo en frente de él había dos hombres cerca de los 30 años que lo observaban bastante asombrados, Tae no dejó pasar el nombre que escucho, ¿Jungkook era el nombre de la bestia?

-Tiene cierto parecido a...-

-¿Quiénes son ustedes?¿Cómo están aquí adentro?- fue lo primero que dijo Tae al ver que aquellas personas no se iba amover y lo observaban con desfachatez.

Su pregunta pareció tomarlos desprevenidos ya que la cara de sorpresa de ambos fue evidente. Uno era bajito con una cara felina bastante endurecida y el otro un chico alto bien parecido que reflejaba rasgos un poco más amables sin intentarlo.

-P-p-puedes vernos? - el castaño alto tartamudeo.

-Bueno tengo dos ojos y están parados justo en frente de mi- dijo con obviedad- Ahora pueden responder, ¿cómo entraron aquí?

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⏰ Last updated: Jul 31, 2023 ⏰

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El susurro escarlataWhere stories live. Discover now