Dos

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El aura del castillo cambiaba cuando la tétrica noche lo cobijaba, sin poder evitarlo Tae sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, aún se encontraba lejos pero incluso el bosque comenzaba a cambiar. Tratando de calmar el temblor de sus manos y bajó del caballo sin mucha prisa.

-Vuelve sano a casa amigo- dijo acariciando y viéndolo perderse de visita.

Sabía que aquel era el límite para cualquier ser vivo que no fuera una ofrenda para la criatura por lo que a partir de ahí tendría que seguir a pie.

Con incertidumbre comenzó a avanzar a tientas, alguna vez durante su adolescencia había intentado cruzar la barrera con la intención de poder cumplir su destino antes, pero todos esos intentos habían sido en vano ya que jamás pudo descifrar como era que mientras más parecía avanzar hacia el castillo el camino lo conducía a todas partes menos a donde él quería llegar.

Pero está vez parecía que había funcionado, ya que después de andar un rato estaba frente a una puerta de roble que era enorme, quiso llamar, pero algo en el ambiente le decía que su presencia había sido notada y así fue como antes de que levantará su mano hacia la madera está fue abierta con un horrible chirrido que lo puso aún más tenso.

Tomó una bocanada grande de aire y con el pensamiento de que era Kim Taehyung el brujo sucesor de Kim Edail, el deber era algo que se le había inculcado desde niño y no planeaba fallar por ningún motivo.

El ambiente dentro aún era más denso, parecía que las sombras tenían vida propia en ese lugar y se movían como observándolo, el silencio era tan sepulcral que le ponía la carne de gallina. Trató de aguzar sus sentidos sin embargo no podía ver más allá de dos pasos que daba.

-Así que ha llegado esta época otra vez- Tae freno en seco, una voz resonó dentro de su cabeza como si estuviera rebotando dentro de él, sabía de quien se trataba.

-N-no puedo ver nada- se quejó en voz alta- ¿Es está la manera en que tratas a tus visitantes? -.

Una risa resonó por todos lados y el brujo agradeció que esta vez no sonara dentro de él.

-Visitante es una palabra que ningún tributo había utilizado jamás, suena hasta... patético?... poético? Lo siento no estoy muy actualizado con ciertas palabras y suelo confundirlas- Taehyung pudo sentir la ira instalarse en la boca de su estómago ante las burlas de la criatura.

"Tienes que actuar sumiso y desprotegido, actuar bien tu papel es fundamental para el plan"

Las palabras de su madre resonaron en su cabeza casi como la voz de la bestia hace poco.

- ¿Qué pasa? ¿Te comió la lengua el ratón? - de nuevo lo estaba presionado pero el trataría de jugar siendo más listo que el- La verdad estoy algo intrigado, para este punto todas las personas que han estado en tu lugar ya están llorando, pidiendo que los libere o incluso desmayados-.

-Bueno, yo no soy los otros- no pudo evitar el tono arrogante en su voz y se reprendió de inmediato.

- ¿Y qué es lo que te hace a ti diferente? - un susurro en su oreja le hizo pegar un brinco, de nuevo las sombras habían cambiado y ahora se ajustaban para que la figura frente a él se viera tan imponente y grotesca que casi le hizo llamar su don.

-Supongo que tendrás que mantenerme vivo hasta que lo averigües-.

Sus años de preparación habían sido muy claros, no podía solo matarlo y ya. Había que esperar la noche roja para que el ritual funcionara, era la noche en la que la que el perdía el control y no existía parte racional en él, pero siempre existía la posibilidad de que un día cualquiera perdiera el control y lo matara según su madre ese había sido el destino de muchos tributos.

Ese simple pensamiento le revolvió el estómago.

- ¿Cuál es tu nombre? - se le exigió saber al momento en que sentía como una uña afilada tocaba su mejilla.

-Taehyung- dijo sin vacilar.

El toque suave pronto se convirtió en un agarre ferroz sobre su mandíbula hasta el punto de hacerle daño.

- ¿Qué dijiste? - ahora no sonaba divertido - ¿Te ha parecido gracioso? Podría matarte ahora mismo si lo deseas débil humano estúpido-.

-Ese es mi nombre- dijo con un ligero quejido en la voz.

La helada mano sobre su piel paro su presión y Tae preso de la irá y el pánico lanzó su mano ante las sombras para ser impactada en algo que parecía tan duro como el mármol.

Cuando estaba a punto de soltar otro quejido sintió como lo tomaban del cuello impidiéndole respirar.

-Primero te burlas de mí y me levantas la mano en mi propia casa- por primera vez en lo que llevaba en el lugar vio algo más que sombras, unos orbes rojos como el carmín lo observaban fijamente.

-Tal vez tú tengas que aprender a ser un buen visitante- sintió como erra arrastrado por los pasillos aún sin ser liberado y pronto la falta de oxígeno comenzó a afectarle.

El aire golpeó sus pulmones al mismo tiempo que él fue impactado en el frío suelo de madera.

Aún en su estado aturdido escuchó el sonido de la puerta y una llave girando, no le fue difícil deducir que lo había encerrado.

De nuevo estuvo solo entre las sombras, no tuvo el valor de llamar su don del fuego por temor a ser descubierto por lo que solo se quedó pegando su espalda la puerta en caso de que la bestia decidiera regresar.

Podía escuchar la voz de su madre diciendo "Es tu primera noche ahí y lo has arruinado, no estoy segura de que merezcas tu don".

-Por favor sal de mi cabeza- susurro para sí mismo con la esperanza de poder calmar sus pensamientos, pero no fue así.















El susurro escarlataWhere stories live. Discover now