05. Sol de Invierno.

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SOL DE INVIERNO.
❁ཻུ۪۪

El jardín de invierno refulgia en el verde brillante de ligustrinas y hierbas, azucenas, lilas, petunias y rosas blancas brotaban, entre otras, como diamantes en bruto en el delicado espacio.

Ese era el lugar favorito de Feryal, aunque debido al acceso que tenía el jardín a la ciudad era poco el tiempo que podía pasar ahí si no era acompañada por un séquito de guardias.

Ese cálido día de invierno, eligió el sitio para un banquete al aire libre.

Los festejos seguirían hasta la noche, para cuando los sirvientes ya estaban disponiendo una pista para la velada, adornándola con las flores favoritas de la reina y candelabros que imitaban un ambiente de ensueño.

Pero por el día los nobles se dispersaban entre los kioscos y las mesas de los banquetes, disfrutando de las variadas actividades.

Ese sería también el día en que conociera al resto de la familia de su esposo, sus hermanos Raelar Sinester y el bastardo Eskandar de Ivera al que su padre había reconocido.

Quería darles una buena primera impresión, pero sin ellos a la vista eso parecía una tarea difícil de cumplirse.

──Según debo entender, no es suficiente nuestra compañía para alegrar el día de la siraytza.

Feryal torció una mueca de disgusto.

No estaba en ese momento de ánimos para lidiar con el humor de su hermano Sneg y mucho menos del amigo de este.

──No, claro, debería aprovecharla al máximo antes de que, quizás, encuentres mejor consuelo en los brazos de alguna condesa.

Su hermano miró de un lado a otro, antes de acomodar un largo mechón de cabello blanco detrás de sus hombros.
Usaba su traje de comandante, celeste con pechera dorada, lo que significaba que no estaba ahí más que para llamar la tensión de alguna noble aburrida.

Sneg sabía cuánto le valía su uniforme del ejército entre las damas.

──No es correcto calumniar a tu hermano, ni aunque seas nuestra linda reina ──se fingió ofendido.

──La verdad no ofende.

Ella siguió cómoda en su enojo y con el hecho de haber encontrado en quien liberarlo, pero Sneg sostuvo sus hombros como si tranquilizara a un animal rabioso.

──¿Qué te aqueja, hermana?

Feryal entonces hizo su camino a través del camino de grava que cruzaba un estanque, él la siguió como siempre había sido su fiel consejero.

──Nada, ¿cuándo dices que llega la hermana de Levi Vatory? ──decidió cambiar el tema──. Me gustaría conocerla, creí que llegaría con su hermano.

──Ella viene de un viaje desde Katreva, pero no te preocupes, se llevarán bien, es encantadora.

Feryal lo miró por el rabillo del ojo.

──¿Qué tan encantadora te parece?

Sneg no tardó en leer sus intenciones.

──Olvidalo, Levi Vatory la entregaría al templo de Vaestea antes de darme su mano ──explicó Sneg──. Además, nunca me fijaría en la hermana de mi mejor amigo.

──Con lo bien que nos vendría, un matrimonio contigo y Savina Vatory ──meditó la joven reina──, nos aseguraría una alianza firme.

──Mmm ya suenas como nuestro viejo padre.

Penumbra invernal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora