04. Reyes de Valtaria.

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REYES DE VALTARIA.
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La ceremonia se llevaría a cabo en el gran templo de Rella en la ciudad, Feryal Vedasto fue atendida por un séquito de dieciséis doncellas nobles, con labores algunas tan importantes como sostener un trazo del largo brocado de su vestido.

Cualquier cosa con tal de congraciarse con la familia real.

Fue casi un respiro cuando el saerev Aeto Sinester las dispersó del gran salón para pedir un momento a solas.

Era un hombre casi anciano, de poblado cabello gris y piel pálida, compartía las facciones duras y atractivas de su hijo, pero no su altura y porte regio, quizás arrebatados por la misma ancianidad.

La joven reina Feryal de Val Velika se apresuró a realizar una reverencia completa, arrodillándose frente al que ostentaba el cargo de emperador de la Gran Valtaria.

──Padre.

Él se apoyó por completo en su bastón, ayudándola a ponerse una vez más en pie, con cuidado de no arruinar los finos detalles de su pomposo vestido.

──He venido a darte la bendición para que te cases con mi hijo.

Era una tradición en Valtaria y Val Velika que retomtaba a los tiempos de los paters ─cabezas de familia─ en el imperio de Escar al que alguna vez pertenecieron ambas naciones.

Por lo tarde que ocurría, suponía que no guardaban con demasiada añoraza sus antiguas costumbres.

──Me hubiera gustado tener más tiempo para conocerte antes de verte entrar en mi familia ──dijo con total sinceridad──, pero los tiempos corren y los cortejos no estabilizan naciones.

Ella asintió, tomando el reproche en sus palabras.

──Aun así, reconozco que eres una jovencito especial, bien criada, que sabrá complementarse con mi hijo.

──Muchas gracias, padre, se lo agradezco, prometo pondré todo de mí para que me acepte orgulloso como miembro de su familia.

Él sonrió, con una tranquilidad que ella no sentía.

Feryal quería agradarle, él no era solo el gran protector del imperio, sino el padre del hombre al que ella debería amar por el resto de su vida.

Ella se tomó el tiempo de estudiar a su nueva familia, los Sinester pertenecían a un grupo de personas denominadas Raguen, practicantes de las artes de la synergia, una habilidad que les permitía mover las fuerzas que corrían en el mundo.

Por su investigación, sabía que no eran siempre habilidades inatas y no era común que se pasaran de familia en familia, los Sinester era el único caso, de hecho, de una familia con largo linajes de Raguen, todos al servicio de Rella y la sombras, un largo legado de nigromantes.

El alcance de sus poderes era tan vasto e impreciso como la oscuridad misma.

Aeto Sinester le tendió un beso en el único anillo que cubría su mano izquierda, sellando la unión entre ambas familias.

──Largos sean los caminos por tu dicha.

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Sobre la ceremonia de casamiento entre Feryal Vedasto y Lysander Sinester los presentes coincidieron en que no había dos novios más atractivos, elegantes y regios para presentar la unión de tan poderosos reinos.

Sobre la reina, el máster Netrami escribió: «hay un tipo de belleza suave y cálida que solo se encuentra en las rosas más delicadas, aquellas que crecen en el más crudo invierno solo para marchitarse un momento después, con el único fin de complacernos con la vista de todas las cosas hermosas, ese tipo de belleza tan efímera y etérea como deseable es con la que nos deleita nuestra dulce soberana».

Penumbra invernal.Where stories live. Discover now