Capítulo 6: Si tu cabello fuese negro...

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Una vez que llegué a casa, me fui directamente a mi habitación; no era necesario saludar a nadie porque la única persona que me acompañaba era mi madre y ella estaba en el trabajo. Terminé por acostarme en el suelo de la habitación; ver el techo de la misma a veces me servía de mucho. Así pasé por un buen rato hasta que me di cuenta que de nada servía estar tanto tiento tendida en el frío suelo. Volví a levantarme y esta vez fui directo a la cama, ya tendría más tiempo para pensar en que hacer; por el momento solo deseaba dormir.

La siguiente mañana no fui al instituto; se habían suspendido las clases porque pintarían todo el lugar. Desperté a las nueve y media de la mañana; cuando fui a desayunar, mamá hablaba por teléfono.

-¿Está noche?- mamá caminaba de un lado a otro- aún no es horario de invierno...

Me senté en una de las sillas del comedor y ella me sirvió cereal con una sola mano.

-No creo- volvió a hablar- bien, tienes razón...

Yo me mantenía en silencio y lentamente llevaba la cuchara llena de cereal a mi boca.

-Yo te aviso- dijo mamá- bien, adiós- y cortó con la llamada

-¿Saldrás?- le pregunté

-Jack quiere que cenemos juntos esta noche- me dijo- hoy es su día libre y quiere aprovecharlo

Jack tenía un trabajo fijo y bueno, él era bombero. Jack era originario de Alisstay, una ciudad ubicada al oeste de Biltropia (ciudad donde vivo); él había sido trasladado a la estación de bomberos actual por su buen récord, desde hace cinco años. Yo consideraba a Jack una persona recta, que sabe divertirse y que nunca sabes cuando está hablando enserio; él y mamá llevaban como tres años de relación y en ese tiempo se ha portado bastante bien con ambas.

Asentí.

-Eso es bueno- le dije- ¿a qué hora vendrá por ti?

-A las 8:30 PM- me respondió- ¿puedes quedarte sola?

-Puedo sobrevivir- le respondí

Ella me sonrió.

En toda la mañana esa fue la única conversación con mi mamá, ella estaba ocupada limpiando la casa mientras que yo lavaba la ropa. Cuando llegó la hora de almorzar, Jack había venido de sorpresa y consigo traía bolsas de supermercado.

-¡Mamá!- le grité una vez que Jack entró a la cocina- ¡Te buscan!

Mamá bajó rápidamente y vaya sorpresa que se llevó al ver a Jack justo entrando a la sala.

-¿Qué haces aquí?- le preguntó bastante sorprendida

-Creí que era buena idea pasar la tarde con mis dos mujeres favoritas- dijo y me abrazó por los hombros

Mamá asintió.

-Iré a cambiarme- le dijo y volvió a subir por las escaleras

Jack me soltó y volvió a la cocina, yo le seguí.

-Vaya, eres todo un Romeo- le dije cuando puso un ramo de dalias en uno de los jarrones que se mantenían sobre la mesa de comedor

Él sonrió.

-Ella ama las dalias- me lo recordó

-Lo sé, ¿recuerdas que soy su hija?- le dije mientras me apoyaba en la pared de la cocina

-Tú deberías decirme "papá"- me dijo- tú eres nuestra hija

Le sonreí.

-Por el momento no- le dije- primero tienes que ganarme

Estrella BinariaOnde as histórias ganham vida. Descobre agora