❧ Décimo capitulo

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—No podéis ir solos— repitió Kokomi. —Os ayudaré, llamaré a mi ejército e iremos... Aunque muramos en el intento al menos no nos quedaremos de brazos cruzados mientras la princesa se queda con todo.

Los ojos de Xiao brillaron y apretó sus puños antes de asentir con determinación. Estaban preparados para luchar y lo harían hasta el final.

—No podemos dejar que ganen— dijo el muchacho y se giró para mirar al resto.

Thoma, Ayaka, Yoimiya, Kazuha, incluso Tartaglia... todos estaban allí pero no podía pedirles que siguieran adelante.

—Es el momento de echaros atrás si no estáis seguros de esto... lo entenderé. Pero yo voy a buscar a Aether y a salvar a mi padre.

—No me cae bien tu padre, pero tampoco voy a quedarme de brazos cruzados— dijo Ayaka.

—¡Contad conmigo!— exclamó Yoimiya.

—¿Echarme atrás y perderme la diversión? Ni de broma— dijo Tartaglia y miró a Scara con una sonrisa. Estaba claro que no se quedaría atrás, menos cuando ya habían llegado hasta allí.

No fue el único. Thoma y Kazuha también parecían muy dispuestos a seguir al resto.

Xiao miró a todos y sintió una extraña calidez en su pecho. Siempre se había sentido solo y aunque sabía que muchos no estaban allí por él, agradecía tener su apoyo en ese momento.

—Entonces no esperamos más— dijo con determinación y sus ojos brillaron. Estaba listo, sentía el poder fluir, ese poder primordial del que su padre le había hablado. Ahora no pensaba retenerlo y llegaría hasta donde fuera necesario para salvar a Aether.

—No podréis ir bajo el agua si no sois seres de agua, pero para eso hemos inventado un alimento que os hará poder bucear por bastante tiempo. Iré a por provisiones para que podáis ir comiendo si se os agota el oxígeno— explicó Kokomi.

Uno de los guardias, que al parecer había escuchado todo, se acercó y al tocar la superficie su cola de tritón se transformó en unas piernas humanas. En su cinturón llevaba una bolsa que le tendió a Scaramouche. Este la tomó en sus manos y sacó una especie de bola de color rosado. Parecía un chicle. Fue el primero en tomar una y comenzar a masticarla. No sabía para nada dulce, pero era menos desagradable de lo que pensaba.

—Tomad una cada uno y venid a mi palacio, necesitáis otra ropa menos pesada e incómoda para estar bajo el agua.

Todos obedecieron y uno a uno se acercaron para comer aquello. Kazuha tomó la mano de su chico luego de hacerlo y entrelazó sus dedos.

—Estamos listos— dijo y esperó para meterse juntos en el agua.

Kokomi los guió hacia su palacio. Todos bucearon como si no fuera la primera vez que lo hacían. La chica tenía razón en que la ropa era incómoda, sobre todo para Scaramouche, que odiaba que se le ciñera tanto al cuerpo. Llegados a ese punto les daba igual que todos supieran que era trans, ya sabían su nombre de nacimiento, Kokomi lo había dicho minutos atrás.

Yoimiya nadaba bastante bien, pero no pudo evitar quedarse atrás, había algo que le preocupaba bastante y nadó hasta quedar al lado del pelirrojo.

—¿Con quién dejaste a Teucer?— cuestionó. La academia estaba en peligro y todo aquel que estuviera dentro también por regla de tres.

El pelirrojo le dirigió una mirada sorprendida y la expresión llena de seguridad de Tartaglia se desvaneció sin poder evitarlo. La seguridad de su hermano era otra de las razones por las que iba a arriesgar su vida.

—Lo he dejado con el profesor Albedo, sé que tiene una hermana pequeña y pensé que sería bueno cuidando de los niños— explicó aún sorprendido por la capacidad que les otorgaba aquel alimento de comunicarse bajo el agua. Sin duda era un gran invento.

𝘼𝙡𝙢𝙖 𝙤𝙨𝙘𝙪𝙧𝙖 (Xiao x Aether) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora