-Gracias por todo, Rosa – se obligó a decir.

La mujer se despertó de su ensimismamiento y asintió.

-Llámame mamá, así me llaman mis niñas – dijo -. Yo también tuve problemas con mi familia de joven. También tuve problemas por amor.

-Hell y yo no...

-Lo sé. Solo recuerda que ahora estás bajo mi cuidado.

Kiara volvió a darle las gracias y la vio alejarse por el pasillo. Transmitir tanta confianza a los demás no debía prever nada bueno.





* * *





-Te lo podría confirmar Aya. Lástima que no hable – contestó Hell sentado en una silla del comedor nupcial y con los pies sobre la mesa.

La boda había acabado. La búsqueda tan solo había comenzado.

-Solo quiero que me digas la verdad, ¿la has ayudado a escaparse? - preguntó Babe presa de los nervios.

-Mamá, no he tenido contacto alguno con la niñata. Ya te lo he dicho, estaba con Aya en una de las habitaciones de arriba. Un tipo intentó robarle y tuve que ponerme serio con él. Rhett Capaldi ya ha comprobado mi inocencia con los empleados.¿Seguro que quieres saber lo que estábamos haciendo?

Aya sonrió para sí y ambos se miraron. Ella se tocó la parte inferior de la barbilla y él negó con la cabeza dando a entender que no valía la pena.

-Dijiste que no te acostabas con ella – murmuró entre dientes.

-Todos sabíamos que tarde o temprano iba a ocurrir. No puedo dormir con una mujer atractiva sin tener sexo con ella.

-Deja de proclamar el incesto – rio Tears acunando a DD Junior.

-Sí, mamá, es hora de que lo sepas. Sky, Tears y yo somos amantes. Tenías que saberlo, lo siento.

Tears soltó una carcajada y Sky, que no paraba de quejarse a su marido Nick de que quería irse a casa, le gritó que dejase de decir estupideces. Babe se llevó las manos al rostro cansado. Si era cierto que Aya se había acostado con su hijo se había quedado sin compañera de cotilleos, sin ayudante para ir de compras, sin amiga con quién ver las telenovelas. Hell siempre la fastidiaba con las mujeres.

-Júrame que no tienes nada que ver con la desaparición de Kiara Capaldi, Henry – ordenó Babe -. Júramelo.

-Te lo juro por lo que quieras – retó mientras rezaba en su interior porque lo creyese.

El camino de vuelta a casa fue tenso. Aya no dijo una sola palabra a pesar de que estaban solos en el coche y sabía el por qué.

-Lo siento, ¿vale? - dijo harto de pedir perdón - ¡Eh! Deja de ignorarme.

Aya se giró hacia él y le mostró el dedo corazón.

-¿Estás celosa?

Aya arqueó las cejas, se dio un golpe en el pecho y después se señaló la entrepierna.

-¡Vale, vale, vale, ya lo has dejado claro...! - exclamó Hell levantando las manos del volante -. No debí haber insinuado que mi pene ha estado en tu vagina pero fue lo primero que se me ocurrió. Además, ¿qué importa? No era creíble que estuviésemos juntos sin que hubiese nada. No si se da por hecho que te gustan los tíos.

Éxtasis (Saga Adrenalina II)Where stories live. Discover now