𝐇𝐞 𝐡𝐚𝐯𝐞 𝐚 𝐝𝐚𝐦 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦

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TENEMOS UNOS MALDITOS PROBLEMAS DE PRESA

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Capítulo dedicado a lisbethgb

07



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Sia POV's

SEGUÍA MIRANDO LA FIGURILLA EN MIS MANOS.

A la salida del vertedero, tropezamos con un camión de remolque tan desvencijado que parecía que también lo hubiesen dejado allí como chatarra. Pero el motor arrancó y tenía el depósito de gasolina casi lleno, así que decidimos tomarlo prestado.

Thalia conducía, pues parecía menos aturdida que los demás.

— Los guerreros-esqueleto aún andan por ahí —nos recordó—. Hemos de seguir adelante.

Avanzamos por el desierto bajo un cielo límpidamente azul. La arena brillaba de tal modo que no podías ni mirarla. Zoë iba en la cabina con Thalia; Grover, Percy y yo, en la caja, apoyados en el cabrestante. El aire era caliente y seco, pero el buen tiempo parecía un insulto después de perder a Bianca.

Llevaba apretada en la mano la figurita que le había costado la vida. Aún no tenía claro qué dios se suponía que era. Nico lo sabría.

Mi mente se dispersó en el niño. ¿Cómo podría decirle lo sucedido y mirarlo a la cara? Estaba solo. Huerfano. Ni siquiera creía posible acercarme a él si fui quien llevó a la muerte a su hermana. Su única familia.

Debí ser yo. Yo debí meterme en Telos. No Bianca.

La culpa me consumía viva.

Bianca me hizo prometerlo, pero no había necesidad, yo me había hecho esa promesa desde que ella ingresó a las cazadoras. Pero ahora, tenía un peso más grande.

Nico ya no tenía hermana. Me tocaba ser esa persona y no me molestaba la idea, pero seguía sintiéndome demasiado culpable. Quería ser su soporte, quien lo cuide, pero no quería sobrepasar el fantasma de... Bianca. No quería ocupar su lugar, no me correspondía. No...

Quería pensar que Bianca seguía viva en alguna parte, esperando para volver con Nico. Pero solo era eso. Un pensamiento, no una realidad.

— Tendría que haberme tocado a mí —dije—. Tendría que haberme metido yo en el gigante. Fui la de la idea... ¡Cabía perfectamente!

Los tres estábamos metidos en nuestros pensamientos. Los chicos me miraron estupefactos.

— ¡No digas eso! —dijo Grover, alarmado—. Bastante terrible es que hayamos perdido a Annabeth. Y ahora a Bianca. ¿Crees que podríamos resistirlo? —Se sorbió la nariz—. ¿Cómo nos sentiríamos? ¿Cómo se sentiría Percy? ¿Crees que habría alguien dispuesto a ser mi mejor amiga?

— Oh, Grov... Yo lo siento...

Se secó los ojos con un pañuelo grasiento que le manchó la cara, como si llevara pinturas de guerra.

ANATEMA ⋆ PJOUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum