- Tú pensabas sobornarme, no quieras parecer un santo.

- Bien, sí quiero sobornarte, pero no pienso acceder a tus bajezas.

- Entonces puedes irle arreglando una corona de flores para tu próximamente difunto novio.

Seungmin lo miró furioso ante la negativa del hombre, aunque, con franqueza, debió ser más sensato y menos ingenuo pues era obvio que si pedía ese favor, Minho no se contentaría con migajas. Sí creyó que Minho podría pedirle algo semejante, sin embargo, conservó la esperanza de que no sucediera. La decepción es un platillo que se alimenta de la maldita esperanza de las personas.

- ¿Crees que comprarme sería tan sencillo, cachorro? -ronroneó lujurioso contra el oído del jovencito-. Puedes darme un cheque en blanco si quieres, pero entonces estarás en bancarrota.

- Eres una bestia insaciable.

- Pero tú sí sabes cómo satisfacerme, ¿o no, Seungmin?

La tosca mano de Minho se coló por debajo de su camisa blanca, acariciando con sinvergüencería su piel ante la rotunda negativa de Seungmin.

- No me toques -gruñó, pero sus palabras sólo hicieron reír al otro.

- Vamos, si realmente quieres salvar a tu novio tendrás que ser un dulce cachorro obediente. ¿O realmente piensas que puede vencerme?

Seungmin quería tenerle fe a Changbin, pensar que él podía ganar, no obstante, eso era desear demasiado. Sí, Changbin estaba en forma y tenía un temperamento terrible a veces, pero eso no le daría la victoria cuando no sabía pelear a puño limpio y Minho era un experto. Quizás no debería estar ahí suplicándole a un torpe maleante por la salud de su novio, tal vez sólo debía dejar las cosas ser.

- Si no piensas ayudarme, entonces suéltame -farfulló, removiéndose fuera de la prisión de Minho.

- Quiero ayudarte, pero sabes cuál es mi precio.

Seungmin le dio una fea mirada antes de salir de esa recámara, arreglándose la camisa con furia a medida que avanzaba por el pasillo, así hasta llegar a la barra donde pidió un trago para pasar el mal sabor de boca que esa situación le dejó. Ugh, ese licor podía no servirle sino para disgustar a sus papilas.

En poco tiempo vio a Changbin llegar acompañado de Felix y Chan, ninguno lucía particularmente feliz por la pelea de la noche.

- ¿Llegaste tan temprano, Seungmin? -increpó Felix al verlo en la barra bebiendo de un vaso cuyo líquido era de dudosa procedencia.

- Acabo de llegar -señaló parco.

- No has respondido mis llamadas -le dijo Changbin, acercándosele para una charla más íntima.

- No tenía mucho que decirte.

- Y aun así has venido.

- Porque me preocupo por ti y la estupidez que piensas cometer. Sé sincero contigo Changbin, sabes que no peleas a puño cerrado y piensas enfrentarte a un hombre que vive de ello.

- No tienes fe en mí.

- Soy realista -le gruñó-, pero es tu problema si quieres salir herido. Yo vine hoy a hacerte entrar en razón, aunque eso parece imposible.

- Es mi orgullo lo que está en juego.

- No tienes razón para sentirte ofendido por perder bajo la misma treta que tú utilizaste para sacar a un competidor del camino. ¿De qué orgullo me hablas?

Changbin bisbiseó algo que Seungmin decidió ignorar, entonces se alejó en dirección de un camerino para que se vistiese adecuadamente. Felix miró a Seungmin con recelo y aprovechó que Chan se fue para hablar con él.

- ¿Viniste a hablar con él?

Y Seungmin sabía perfectamente a quién se refería el castaño.

- Le pedí que no lastimara a Changbin, pero no accedió.

- ¿Intentaste pagarle?

- Se negó diciendo que yo sabía su verdadero precio, es decir, yo.

Felix soltó una carcajada y le contestó:

- Bueno, eso te pasa por ser tan desinhibido con ese sujeto.

Y como si estuviesen invocando al diablo por medio de un muy efectivo ritual, Chan y Minho aparecieron en la zona de la barra. El boxeador llevaba unos pantalones cortos estilo militar y calzado deportivo, las manos vendadas con tela blanca que le cubría hasta los nudillos. Un pequeño jadeo se le escapó a Seungmin al verlo así, con el torso expuesto, enseñando lo bien labrado que estaba, y ese aire rudo tan peligroso.

- Hum, si así luce él, puedo entonces entender porqué sucumbiste ante sus encantos -comentó Felix con una sonrisa traviesa.

- Céntrate en Chan, después de todo, es él quien te agita las hormonas.

Felix bajó la mirada avergonzado cuando sus ojos se toparon con la firme mirada de Chan, aquella que doblegaba su rebelde espíritu y le hacía temblar las piernas. Era una locura la facilidad con la que podía manipularlo si así lo quisiera pues Felix estaba a su completa merced. Sin embargo, Chan no se aprovechó de aquello, sólo tomó ventaja para flirtear con el muchacho y divertirse un rato.

- La pelea empezará dentro de poco -informó Chan ubicándose al costado izquierdo de Felix.

Su castaño amigo le guiñó un ojo antes de llevarse al motociclista lejos de la barra, preguntándole dónde quedaba la famosa zona de pelea. Entonces se quedaron solo Minho y Seungmin otra vez, como si la mala suerte del mundo confabulara en su contra.

- ¿No irás a verme?

- ... No quiero verlos pelear -dijo simplemente, tomando otro trago de su bebida, gruñendo bajo cuando el desagradable líquido acarició su garganta-. No me intereHyunjin sus absurdos juegos.

- ¿Y si te prometo no lastimar demasiado al inútil de tu novio?

- Si lo harás a cambio de dinero, entonces puedo pensarlo.

- No seas terco, cachorro, después de todo es la única forma de ayudarlo.

- Eres una persona horrible -bisbiseó con los dientes apretados.

- Entonces te veré en esa habitación cuando termine la pelea, cachorro -indicó con sonrisa triunfante-. Y..., si no vas a ir a verme pelear, puedes quedarte ahí y prepararte, sabes mi tamaño.

El muy descarado...

Seungmin se preguntó qué tan sencillo e indoloro era morir por intoxicación alcohólica, o cuántos años le darían por matar a Minho.

"Esto es el maldito infierno", pensó hundido en la miseria. "Pero es un infierno caliente que disfrutarás mucho", le dijo su morbosa conciencia.

No disfrutar de otro encuentro con Minho, no quería sentir su toque, no quería tenerlo cerca quería porque sabía que con sólo verlo sucumbiría ante sus rudos encantos. No quería caer de nuevo y engañar a Changbin.

Entonces se preguntó si ayudar a Changbin a no salir herido de esa pelea valía la pena esta traición y el cargo de conciencia que lo atormentaría después.

"Pero no quiero verlo herido", se dijo, creyendo que su decisión fue la mejor.

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¡Gracias por leer!

fight for love ✧ knowminWhere stories live. Discover now