Ramo de violetas (HaiKaveh)

Capítulo 4

A pesar de haber faltado a una de tus clases, realmente no impacta mucho en tu rendimiento académico ya que vas a algunos pasos por delante que el resto de tus compañeros. Te encuentras en casa, es el segundo día desde que Kaveh enfermó, el rubio jura que ya se siente mejor e intenta hacer sus actividades de siempre, pero termina fallando rotundamente, cielos ¿por qué es tan testarudo? 

— Alhacén ve a clases en serio, no deberías faltar así... Yo estaré bien — Te brinda una sonrisa cálida, no eres estúpido sabes que solo intenta convencerte. 

— No me iré hasta que puedas siquiera trapear la casa correctamente. — Te cruzas de brazos, eso no es lo que quieres decir en realidad pero no es tan sencillo explicar lo que piensas o sientes mucho menos al rubio. 

— Ah... ¿Es eso lo que te aflige? — Por un momento se le ve algo triste, pero cambia su expresión con rapidez a otra sonrisa extraña. — Yo puedo hacerlo, mira — Se levanta del sofá y camina hasta el pequeño cuarto donde el trapeador y la escoba se encuentran, toma el trapeador y una cubeta para llenarla de agua pero en el proceso decide tomar un pequeño descanso en una de las sillas del comedor.

— No puedes, te cansas muy rápido. — Caminas donde Kaveh se encuentra, este te mira con un ligero sonrojo en sus mejillas ¿tan así es el esfuerzo que está haciendo?— Deja de ser tan cabeza dura y deja que yo lo haga. — Intentas arrebatarle el trapeador de las manos, pero se niega y lo acerca más a si mismo.

— Yo puedo solo — Vuelves a intentar quitárselo, pero sigue renegando ahora con una leve expresión de enojo.— En serio, no te molestes — Comienzas a molestarte también, frunces un poco el ceño y vuelves a quitarle el trapeador.— Alhacén hablo en serio, yo voy a trapear. 

— Déjame ayudarte — Forcejea pero es claro que tu no estas dispuesto a soltar el trapeador por nada en el mundo, esta batalla entre quien se queda la herramienta de limpieza se está tornando seria, comienzas a ponerte nervioso ya que posiblemente el rubio pedirá una explicación por tu comportamiento.

— ¿Porqué te importa tanto? ¿Acaso tienes tantas ganas de limpiar? — Kaveh se rinde con una expresión ya enfadada y te avienta el trapeador, lo tomas entre tus manos. Allí lo tienes, metiéndose en donde no le importa, sin embargo... te planteas el porqué te importa tanto el hecho de que Kaveh se esfuerce de más en general, la idea de que tu compañero podría desmayarse a mitad de la tarea y no tenga a nadie por ayudarle te da un poco de miedo, aunque claro que Kaveh es un hombre adulto que seguramente ya se hizo cargo de sí mismo tras algunos años de soledad, en el transcurso de esos años ya se habrá enfermado algunas veces y ha logrado seguir vivo, ¿Qué te hace pensar que necesita de tu protección cual niño pequeño? tu comportamiento irracional te hace avergonzar, delatándote con un escandaloso sonrojo en tus mejillas.— ¿Alhacén? ¿Qué ocurre? — El rubio suaviza su expresión y ahora te mira bajo una luz comprensiva para animarte a hablar. 

— Solo no quiero tener que limpiar el desastre que dejarás si te desmayas a mitad de las tareas... — En parte lo que dices es cierto, pero no refleja exactamente lo que sientes, así que se podría decir que es una verdad a medias, Kaveh lo nota y suspira. 

— ¿Puedes dejar de fingir? Siempre te ocultas en esa máscara del "tipo serio", para mi es obvio que algo te pasa, tú nunca te habías interesado por lo que hago ¿Por qué te importa tanto ahora? ¿Acaso te doy lástima porque estoy enfermo? — Te quedas petrificado en tu lugar, el rubio te tiene arrinconado con sus palabras, metafóricamente hablando. Nunca antes te habías enfrentado a este tipo de situación, en la que alguien te confronta directamente, en la escuela a los profesores les bastaba con que hicieras un buen trabajo y a tus compañeros los aterras con lo serio que eres desde la primaria, por lo que casi nadie se te acercó ni se te acercará, además  el ambiente competitivo de la Akademiya no da pie a forzar lazos de amistad de verdad. — Por favor dime algo Alhacén, tal vez pueda ayudarte si algo de verdad serio está pasando — Tu eres más del tipo de persona que se toma las cosas con calma y procesa la información para después dar una respuesta en lugar de dar contestaciones espontáneas, pero la impaciencia del rubio te hace desesperar.