ʟᴏꜱ ᴜʟᴛɪᴍᴏꜱ ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴏꜱ

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Lia: Y ahora está en el armario.

De nuevo, Marcos fue hacia el armario pero ver si estaba todo correcto.

Marcos: Esto no estaba así.

Lia: Está claro lo que estaba buscando. El portátil de Hugo.

Julia: Tiene que ser alguien que quiera eliminar las pruebas.

Vicky: Si, pero ¿quién? Si en el internado ya no queda nadie de Ottox.

Iván: O igual sí.

[...]

Estaba en mi habitación junto a Vicky y Julia, hacíamos turnos para ver unas cámaras que habíamos puesto en la habitación de los chicos.

Julia estaba sentada frente al portátil, Vicky frente al suyo y yo a su lado.

Julia: Esto no tiene sentido.

De repente, Amaia abrió la puerta de la habitación y entró.

Amaia: ¿Alguna quiere descansar?

Julia: Si. ¿Te quedas tú?

Amaia y Julia se intercambiaron.

Cuando Amaia se sentó, un silencio incómodo invadió la habitación en cuestión de segundos.

Yo miraba a las dos por si decían algo, pero solo podía contemplar como Vicky comía agusto y Amaia le hacía unos tremendos side eye.

Amaia: Supongo que a ninguna nos apetece estar juntas. Pero parece que no hay más remedio.

Vicky: Eso parece.

Amaia: Parece que se te dan mejor los ordenadores que las personas.

Vicky: Pues sí. Mira, cuando un ordenador me ralla, lo apago y ya está. Sin embargo con las acopladas, que van de buenecitas y de víctimas, es un poquito más difícil.

Lo siento, pero no pude evitar soltar una pequeña sonrisa. Vicky tenía razón, Amaia nunca me ha caído bien y eso que de mi familia.

Amaia: ¿Por qué me odiáis?

Lia: No te odiamos -dije mirándola-

Vicky: Simplemente, no nos gustas. Ni nos gustas, ni nos das pena.

Amaia: Menos mal que no todos piensan como vosotras.

Vicky soltó una pequeña risita.

Vicky: Oye, no des tan por hecho lo de Marcos. Porque me cuesta creer que a alguien que estuvo tan enamorado de Carolina, le puedas gustar tú.

Mi sonrisa se borró en cuanto dijo eso, le di un pequeño golpe en la pierna a Vicky para que parase ya.

Amaia: Deberías empezar a superarlo como hacen todos. Igual que hicisteis con Cayetano. -dijo mirándome-

Lia: Epa, ¿ahora sí que mencionas a Caye? Buah, que buena prima eres, tía -dije sarcástica-

De la nada, Marcos abrió la puerta y entró a la habitación.

Marcos: ¿Alguna novedad?

Lia: No. Nada nuevo.

Vicky se levantó de su silla y me cogió del brazo para levantarme a mi también.

Vicky: Tú te quedas, ¿verdad? Pues, os quedáis los dos juntitos. Que así nos damos una vuelta porque aquí el aire está muy cargado.

Dijo para finalmente salir de la habitación conmigo.

[...]

Después de un rato, volvimos a la habitación. En esta, aún seguían Amaia y Marcos.

Vicky: Nada, ¿no? -dijo en la puerta-

Marcos: Ha entrado Jacinta. Ha dejado las toallas y ha salido. Apasionante.

Vicky y yo nos sentamos en las mismas sillas de antes.

Vicky: Esto ya casi está -dijo refiriéndose al portátil de Hugo- Quedan por abrir dos carpetas.

De la nada, sonó un pitido que provenía del portátil.

Lia: ¿Y ahora qué pasa?

Se había ido la luz, no había luz en todo el pasillo.

Marcos: En el pasillo no hay luz.

Amaia: Pues en el comedor, sí.

Vicky: Los ordenadores solo aguantarán unos minutos.

Lia: ¿Habrá saltado el automático de este piso? Voy a comprobarlo.

Marcos se fue a comprobar eso.

Vicky: ¿Te vas a quedar con nosotras? -le dijo a Amaia- Que detalle...

Amaia acabó saliendo de la habitación y fue junto a Marcos.

Lia: Oye, voy un momento al baño. Vuelvo enseguida, ¿vale?

Vicky asintió a lo que dije y me fui.

Al volver, vi que Marcos y Amaia entraban a la habitación muy rápidos.

Vi que iban muy alterados así que me asusté.

Cuando llegué, pude ver que el ordenador de Hugo ya no estaba en la mesa.

Lia: ¡Vicky!

Fue corriendo hasta esta, estaba tirada a un lado de la habitación. Parecía estar inconsciente.

Marcos y Amaia fueron a donde estaba yo junto a Vicky.

Amaia le giro la cabeza a Vicky. Esta tenía una marca en el cuello, como cuando nos inyectaron el virus.

Amaia: Le han inyectado algo... No tiene pulso.

Me asusté muchísimo más por lo que Amaia acababa de decir.

Lia: ¡Vicky, despierta!

¿Me amas? - El Internado Laguna Negra. Iván Noiret Where stories live. Discover now