Capítulo 43, final: El fenómeno más hermoso

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—No puedo creerlo. En serio, nuestra madre se enojará mucho contigo.

—Nuestra madre lo entendió, Jai. Ella fue quien habló con Koen. Además, sabes que ellos preferirían mil veces que seamos felices a que vivamos una mentira.

Sonreí al escuchar aquellas palabras. Realmente sus padres eran esa clase de personas que solo querían la felicidad en ambos.

—Pero, Ryuu. Tenías toda una vida y —dijo aquello, suspirando. No parecía juzgar, sino preocuparse por su hermano.

Koen observaba todo desde atrás, como queriendo conocer toda la conversación.

—Mira, Jai. Dejé atrás todo lo que debía ser, no lo que sentía correcto. Cualquier persona tomaría la opción de irse si surgiera la oportunidad, Koen me la dio, así que aquí estoy. En la vida no todo es blanco o negro, hay miles de gamas cromáticas, no tienes por qué elegir las que la sociedad te dice que elijas.

Lo observé confundido.

—¿A qué te refieres con eso último?

Él apretó sus labios con una sonrisa algo triste.

—El blanco y el negro representan a las opciones obvias, estudiar, trabajar, casarse, tener hijos, las miles de gamas cromáticas te advierten que hay un sinfín de opciones en esta vida, te dicen que si quieres algo fuera de la norma vayas por ello. 

Koen pareció sonreír al escucharlo hablar así, y yo no pude evitar hacerlo también, porque sus palabras me recordaron a lo que tanto amo hacer.

—No me refiero a que tener un plan normal de vida sea malo, algunos son felices con ello, a mí no me funcionó, entonces quise arriesgarme conociendo a las gamas cromáticas, al igual que Koen.

Koen se acercó, dándole unas palmadas en su espalda.

—Ustedes son más chicos que nosotros, incluso Ryuu es más chico que yo, los tres tienen toda una vida por delante para decidir lo que desean y aunque la estabilidad en algún lugar se ve como lo más correcto, no lo es para todos —habló por fin Koen, quien parecía haber querido intervenir en la conversación desde un principio—. Si hay algo de su vida que les está haciendo dudar, como por ejemplo sus estudios, pero creen que igual es lo suyo, entonces no lo es. Si lo fuese no estarían dudando. Y no hablo de que les esté yendo mal en unos exámenes, los exámenes se pueden aprobar con más estudio, hablo de una carrera en sí, de no sentirlo en su corazón. Si no lo sientes, entonces, ¿por qué sigues ahí? 

Sonreí al escuchar sus palabras, unas lágrimas amenazaron con salir de mis ojos, pero bajé mi rostro fingiendo que comía.

¿Por qué era tan difícil que mi padre me dijese unas palabras así?

Sentí la mano de Jai en mi pierna, otorgándome el apoyo que necesitaba. 

Le sonreí, y él me devolvió el gesto, para luego observar a Koen.

—Entonces, ¿ustedes qué hacen aquí? —preguntó el hermano de Jai, queriendo cambiar de conversación. Parecía afectarle hablar de ello, y no lo culpaba.

—Un poco de esto, un poco de aquello. Nos peleamos, queríamos arreglar nuestra amistad, es como una luna de miel de amigos —respondió Jai, lo último que dijo logró que ahora fuese yo quien se atragante con un pedazo de comida—. ¿Verdad, Nani? —preguntó observándome con complicidad, rozando su rodilla por mi pierna.

Amistad, descubrimiento y romanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora