Prólogo - Joshua

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Arruinado. Estaba completamente arruinado. Debería haber estado preparado para esto. Su tío odiaba perder y tenía que haber contado con la posibilidad de que tuviese un as en la manga. Fraude. No solo había sido acusado de fraude, sino que, por los papeles que estaba leyendo mientras se llevaba sus pertenencias, le estaban embargando. La empresa de mi padre estaba sufriendo un destino similar, siendo rifada al mejor postor que sin duda sería mi tío. Había luchado todo lo que había podido, pero ya estaba cansado. No quería seguir peleando. No le iban a condenar a la cárcel, solo se llevaban sus pertenencias, su hogar y su dinero. ¿Para qué seguir esforzándose?

Se suponía que iba a pasar la Navidad con su hermano, pero, allí estaba, celebrando la mañana con los empleados del banco que se lo llevaban todo. Para colmo, necesitaban mi presencia durante el resto de los días hasta año nuevo para buscar si tenía más cuentas secretas en paraísos fiscales como si en algún momento hubiese tenido alguno. Sin embargo, daba igual, mi tío tenía sus contactos. Ahora que el escándalo había salido, él era el santo que pese a ser engañado por su sobrino, había ayudado a que no entrase en la cárcel. Así de altruista era.

—Ya hemos terminado, señor Choi, debemos rogarle que coja su maleta y se marche —Ni una mirada de compasión. Para ellos era un hombre vil y avariciosos que se enriquecía a costa de los demás—. De gracias a su tío, por él se le permite quedarse con el coche —Si quiere, me pongo a saltar de emoción. El diablo se salía una vez más con la suya—. Estaremos en contacto.

Cogí mis maletas, humillado y derrotado, y me subí en mi coche en dirección a la casa de Manny. Mi amigo había tenía la manía de acoger a personas en necesidad y si además eran de sub, más aún. ¿Qué mejor que yo para suplir su necesidad de heroísmo? Estaba completamente destrozado. Mi tío había ganado y lo peor era que le estaba dejando. No había hecho nada para evitarlo, no quise que buscasen quién era el verdadero culpable ¿De qué hubiera servido? Todo le apuntaba y él no tenía ni la mitad de los contactos que su tío para acabar con las vidas de los demás. Solo iba a servir para desgastarle.

—Ven, Josh, te he preparado chocolate caliente —Me dijo Manny en cuanto me abrió la puerta. Una vez en su casa me permití llorar. Todo lo que había trabajado desde la muerte de mis padres no había servido para nada. Me lo habían arrebatado todo, menos algo de ropa, el coche y mis fotografías de Seungcheol de bebé.

Cuando terminó el proceso y se aseguraron de que no había escondido nada más, me dejaron marchar. Me despedí de Manny, cogí el coche y el dinero que me quedaba para poner rumbo al lugar que siempre había considerado mi hogar. Mi corazón se encogía al pensar en cómo le diría a Seungcheol que había fracasado, primero en ayudarle y segundo en proteger el legado familiar. 

NOTAS:

He vuelto con el prólogo del tercer libro. Iré poco a poco subiendo los capítulos mientras voy corrigiendo y editando el segundo libro y el de La manada del lago Yang, pues planeo publicar ambos en Amazon. Será un trabajo conjunto. Espero que disfrutéis con los cambios del lago Yang y con esta nueva pareja. Seokmin tiene un cachito de mi corazón con esta nueva aventura.

¡Gracias por leerme!

Los hombres del Valle 3 - El psicólogo y sus sub [+18 ] (SEVENTEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora