Su cuerpo se sentía flotar, el amor que recibía de aquel peli-azul era tan cálido que no sabía que pensar y cómo actuar, solo dejo llevarse por el amor. El amor tan dulce y hermoso, así como doloroso.
- Advertencias, los personajes no me pertenece...
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La mañana había llegado, no sabe en que momento de la noche se durmió de nuevo, lo único que sabía en ese preciso instante es que sentía su cuerpo más liviano, se sentía más trnauilo y en paz.
Tal vez todo eso se debía a los sucesos que ocurrieron en las últimas horas. Aquellos que de alguna manera le habían dejado marca en su persona.
Con cuidado se levantó de su cama, ya era hora de cambiar un par de cosas y debía comenzar lo más pronto posible, antes de que cambiara de opinión y siguiera con su vida como hasta ese momento.
—Es hora — hablo tranquilo a la nada.
Comenzó por darse un baño extremadamente largo, lavando cada parte de su cuerpo, dejando que sus problemas y miedos se fueran junto con el agua. Al culminar su baño procedió a vestirse, sabía que no iría a ninguna parte ese día, por lo cual solo se coloco ropa ligera para estar en casa, después de terminar de arreglarse un poco, salió de su habitación.
Su cuerpo ya no se sentia tan pesado como en días anteriores, ya no sentía las inmensas ganas de llorar por todo. Ya no sentía tanto ese pesar en el pecho que muchas veces lo obligaba a llorar por horas hasta dormirse. Y todo eso era gracias a sus amigos que nunca lo dejaba solo, siempre estaban presente para él.
Mientras bajaba las escaleras, pudo escuchar ruido que probablemente venía de la cocina, pues un olor a comida recién hecha llegó a sus fosas nasales. Había pasado mucho tiempo desde que dejó alguien estaba en su casa cocinando otra él, sabía que Clara había estado por mucho tiempo, pero Alice no lo consideraba de esa manera pues muchas veces se negó a comer debido a su dolor, hoy, al recordar aquellos sucesos le dan tanta vergüenza por pensar en su actuar.
Al llegar al pie de la cocina pudo notar a sus dos amigos, Lied estaba sentado en una de las sillas de la isla de la cocina, mientras que Clara cocinaba alguna cosa. No sabía con exactitud que era, pero podía intuir que era algo que debía estar bueno debido al olor que se desprendía.
A pasos tranquilos llegó hasta colocarse a un lado del rubio, quien apenas notó que se encontraba a un lado suyo le saludo.
—Hasta que despiertas Alice — hablo de manera alegre. Tan alegre estaba el chico que lo contagio, no pudiendo evitar brindarle una sonrisa pequeña.
Sin embargo, dentro de él sentía la necesidad de disculparse por muchas cosas. Deseaba hacerlo para poder estar en paz.
—Perdón — hablo tranquilo, el sentimiento de culpa se podía notar en la forma en la cual hablaba, se lamentaba por preocupar a sus amigos de esa forma.
Después de todo, ellos siempre han estado ahí con él, agradecía el que se quedarán en su casa a cuidarlo, de no ser por ellos, desde hace mucho hubiera cometido alguna tontería.
—No importa Azz, entendemos todo — hablo esta vez la peli-verde, mientras se acercaba al chico con un plato lleno de comida — te perdonamos solo si te terminas todo — y con una sonrisa le dejo el planto en la isla.
