Su cuerpo se sentía flotar, el amor que recibía de aquel peli-azul era tan cálido que no sabía que pensar y cómo actuar, solo dejo llevarse por el amor. El amor tan dulce y hermoso, así como doloroso.
- Advertencias, los personajes no me pertenece...
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Al día siguiente todo parecía estar mejor, o al menos eso era lo que ambos chicos pensaban, Clara fue la primera en levantarse para poder preparar un desayuno para los chicos. El solo pensar que Alice no se estuviera alimentando como era debido le dolía.
Preparo un desayuno sencillo, también un poco de café y algo de jugo de naranja para el rubio, pues sabia que era su favorito, y de Alice el café de cada mañana, eso lo sabia por el peli-azul.
Una vez termino de preparar el desayuno y colocar la isla de la cocina para tres personas, fue el momento para llamar a ambos chicos y poder desayuno, sabia que no seria fácil sacar a Alice de su habitación, pero en verdad no pensó en nada más que ayudarlo.
Subió de manera lentas las escaleras hasta dar con la habitación de Alice, toco un par de veces la puerta sin recibir respuesta, volvió a intentarlo un par de veces sin éxito alguno, por lo cual decidió que tendría que pasar sin autorización alguna. Al entrar el cuarto se encontraba a oscuras, las cortinas aún estaban cerradas evitando el paso de la luz natural, por lo cual lo primero que hizo fue abrirlas.
El cuarto de manera inmediata se ilumino, también abrió una de las ventanas dejando entrar aire fresco a la habitación.
—Al menos las cosas siguen en su lugar — susurro Clara mientras se acercaba a Alice quien parecía no querer despertar de sus sueños. Se planteo la idea de dejarlo dormir por un par de minutos extras pero decidió no hacerlo.
—Alice — susurro la chica mientras lo movía de manera lenta — vamos, es hora de despertar — volvió a hablar con cuidado de no asustar al chico — Alice, es hora de tomar tu desayuno.
Sin hacerse esperar, Alice se levanto de manera rápida, la peli-verde pensó que eso seria una buena señal, que equivocada estaba, Alice en un rápido movimiento y sin dar muchas explicaciones, tomo a la chica de los hombros y la empujo fuera de su habitación, Clara no tuvo tiempo de alegar palabra alguna pues cuando se dio cuenta ya Alice le había cerrado la puerta en la cara.
Los siguientes días fueron lo mismo, por más que Clara iba a su habitación para poder sacarlo de ese lugar y que por fin pudiera probar bocado alguno, Alice nunca abría la puerta, incluso Lied trato de forzar la puerto pero ni eso parecía tener acciones positivas.
Fue semana y media después que la madre de Alice hizo su aparición por su casa, los dos chicos habían intentado de todo y nada parecía funcionar por lo cual esperaban que Amaryllis fuera de ayuda.
—Alice — llamo la peli-rosa con todo el cariño que una madre podría tenerle a su hijo — vamos, es hora que abras la puerta cariño — volvió a hablar.
Del otro lado no se escuchaba nada, parecía como si nadie estuviera en esa habitación y lo tres presentes intentaran sacar a un fantasma de ese lugar.
—Alice — volvió a hablar la mujer, esta vez más preocupada que antes, algo en su interior le decía que nada de lo que estaba pasando era malo, su hijo jamas se negaba a abrirle la puerta, siempre le escuchaba sin importar que, pues había dado total confianza para que pudieran tener esa relación madre-hijo tan estable.
