Historias para Monstruos

Capítulo IV

Crear un corazón

Hoy 14 de febrero día de los enamorados

Nuestro profesor de Artes nos hizo una fiesta en un salón con piscina para celebrar el amor al arte. Y nos dijo que creáramos un corazón y le pusiéramos cosas que nos gusten en un recipiente con forma de corazón humano.

Muchos le colocaban hojas secas o vivas, colores, brillos, luces, estrellas, botones, plumas, cigarrillos, joyería, piedras hasta un reloj pero yo estaba indecisa en que ponerle, debía ser único y hermoso como mi alma y en eso veo a un chico de cabello negro, largo con lentes con una mirada sería de confusión

Y allí fui inspirada desde los cielos cuando escuche Everybody wants to rule the World busque flores, brillos, pintura de color negro y dorada y lo que más me apasiona sin auriculares blancos

Coloque todo en la mesa y veía como iba tomando forma mi corazón, cuando de repente una mano ajena toma la pintura negra sin mi permiso

—Oye eso es mío..— pero no termino de hablar al darme cuenta que era el mismo chico que había visto antes, no dice nada y solo me mira, en eso llega otro chico y dice:

—Creó que deberías pedirle permiso a la chica aún que la pintura no sea de ella, la va a usar — él chico de lente solo coloca la pintura en dónde la había dejado y se va sin decir una sola palabra

—Gracias —le digo al chico, que me da la sensación de que ya lo había visto en algún lugar, solo sonríe y se va.

De donde habrá salido?

Sin más interrupciones sigo con lo mío

Colocó un poco de pintura negra con agua en el recipiente con forma de corazón, luego las flores vivas y hermosas todavía, y le aplicó la resina con los brillos rosados, morados, azules y amarillos con un poco de la pintura dorada para por el final colocarle con cuidado mis auriculares y dejó uno de los altavoces por fuera y dejó que se endurezca mientras me divierto en la piscina con mis amigas con algunas copas llena de jugo, ya estaba haciéndose de noche.

—Sabe le hubiera echado un poco de vino tinto— todas nos reímos ante sus ocurrencias

—Yo si veo que ese chico de lentes te mira mucho —no puedo evitar mirar a dónde mis amigas dicen que esta y sin duda era cierto.

De la nada parece nuestro profesor y nos dice con entusiasmo

—Vayan a buscar sus corazones mis niños y si algunos quieres puede darselo a quien los hace latir —Al decir eso último todos sonríen y se miran entre sí

—Ve Rosalin ya sabes aquí darselo— dice una de mis amigas entre risas

Y por que no?..

Saco mi corazón rompiendo el recipiente con un bisturí

Al tenerlo en mis manos me emoción demasiado que no lo pensé dos veces fui dónde estaba aquél joven delgado de lentes y con algo de duda y vergüenza me puse en frente de él.. Y se lo di.

Él estaba algo tomando y respondió:

—Y esto que?— con conducción y sin importancia

—Es mi corazón—

—Esta muy lindo como tú—se notaba que había bebido alcohol en su mirar y cuando abría su boca. De repente llegan algunos de sus amigos animando lo a bailar, sacudiendo lo de un lado a otro y dejó caer mi corazón al suelo rompiéndose en cuatro pedazos y quede en shock, estaba triste pero él solo tomó mi mano y me llevó a bailar sin preguntarme si estaba bien o me importaba.

Baile una canción lenta con el diablo. Traté de olvidar lo que había sucedió anteriormente pero cada vez que se acercaba a mi solo pensaba en mis pedazos que estaban en el suelo sin importancia y veía en su rostro una sonrisa con aalgo de aliciosa.

Si no le gusta el gesto solo debió rechazar me y no jugar conmigo de este modo. Si vas tome valor y me solté de su agarre para buscar mis pedazos pero cuando fui a dónde había sucedido aquel caos que por más mínimo me marco, no había nada, ni un pedazo.

Busque por el lugar pero no halle nada, me di por vendido y busque mi bolso para cambiarme de ropa e irme pero encima estaba un corazón negro, con plumas, brillos y estrellas.

De quien sería?

Y por alguna razón me vino a la mente aquel chico que quería la pintura negra y fui a donde estaba riendo con sus amigos y mirando a mis amigas, llegue como un trueno y lo mire sin sentimientos

—Oh miren quien volvió —

—Te vine a devolver tu cosa— se lo di en las manos y solo se ríe

—Esta baratija no es mía, yo no hice esta tontería, en serio crees que haría algo así para ti —

Me lo devolvió y no supe que pensar, me estaba humillando

—Sabes no quiero un bobo por que alguien como tu jamás me hará feliz, dos veces no me equivoco, de todas las que se te han acercado yo soy la más inteligente — y me fui con una sonrisa por mis cosas y de repente ví un trozo cerca del fuego de la fogata y lo guardé.